lunes, 11 de julio de 2022

Racing ganó el partido que tenía que ganar.

Racing ganó su clásico más importante para felicidad de todos nosotros, triunfo que festejamos a más no poder porque no es un partido más, es el que queremos que gane siempre, sin importar como.

Y en la primera parte, sin tener la tenencia de pelota habitual fue mucho más que Independiente pero si bien se fue ganancioso no la pudo cerrar bien, porque después del ESPECTACULAR GOL de chilena de Hauche (lo tiene de hijo y es el segundo que le convierte de esa manera), tuvo dos oportunidades para aumentar, la primera y la más importante el penal a Vecchio, pero el fuerte remate de Copetti pega en el palo y la segunda, la que el "Demonio" le gana a los centrales pero su remate va a las manos de Sosa, situaciones que podían haberle dado al equipo un gol más para afrontar con mayor tranquilidad la segunda etapa.

La salida de Vecchio le hacía perder a Racing a su jugador más claro para el segundo tiempo, porque Jonathan Gómez es otro tipo de jugador y quizás eso más la carga de no haber podido concretar otro gol en los primeros cuarentena y cinco puede haber impactado en el ánimo del equipo, que al no poder tener la pelota comenzaba  a retroceder ante un Independiente que iba tomando posiciones más avanzadas, lo que lo llevó a jugar el partido pensando más en defender la ventaja obtenida, dejando cada vez más solo a Copetti en la ofensiva.

Pareció que hubo jugadores que quizás sintieron la presión del clásico ya que se los notaba cada vez más desconcentrados, indecisos (Mura y Chancalay, después Carbonero) y con ese panorama donde solo Sigali, Insúa, Moreno y Mena respondían con cierta seguridad, Gago se dio cuenta que debía reforzar el medio campo y la defensa para asegurarse que nada modifique el resultado.

Sabían que ganar era una exigencia, una imposición del hincha y el Cilindro totalmente colmado y desbordado por la pasión y la emoción, les hizo sentir ese mandato por lo que sobre todo en la segunda parte, la cabeza le fue dando más lugar al esfuerzo y a la lucha que al pensamiento.

Racing ganó el partido que tenía que ganar, porque lograr el triunfo frente a los vecinos es lo más esperado por todos los racinguistas, sabiendo además que esta victoria es una gran inyección anímica para todos, especialmente para el plantel y el cuerpo técnico, que deben saber aprovecharla para ir por el único objetivo que le queda en este año: el campeonato.

Hasta pronto.

 

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