Con el empate de visitante en el clásico, Racing logró cortar la racha negativa en la Copa de la Liga, lo que lo ayuda anímicamente para afrontar los dos partidos que restan en la semana.
Después de idas y vueltas sobre cómo iba a formar el
equipo, Racing finalmente presentó prácticamente a todos sus titulares, aunque
alguno de ellos no estaban al ciento por ciento físicamente y en el primer
tiempo pudo haber logrado un par de goles más pero terminó convirtiendo al
arquero Rey en figura.
Ante un Independiente que se veía presionado, Racing
con un juego directo, rápido e intenso, consigue abrir el marcador pasados los
veinte minutos a través de una jugada que comienza con Nardoni ganando la
posesión de la pelota, la sigue “Maravilla”
que abre para Salas sobre la izquierda quien lanza un centró atrás que cruza
toda el área, el que finalmente recibe Martirena quien con tranquilidad la pone
cerca del palo.
Era el momento porque el uno a cero a favor puso loco
a los hinchas de nuestro vecino, y nerviosos a los jugadores locales que sin
dudas sentían esa presión y ahí estuvo Racing a punto de conseguir aumentar primero
con un remate de Salas que rechaza Rey y que Martínez no alcanza, otra que
Solari desperdicia por entregársela mal a “Maravilla” y cerca del final es Sosa
el que tiene dos oportunidades para convertir, la primera cerca de los cuarenta
y la segunda faltando un minuto pero las dos son tapadas por el arquero del
rojo.
Era para irse al vestuario con una diferencia a
favor que le hubiera sido difícil remontar a Independiente, aún con la evidente
ayuda de un árbitro que después del gol de Racing comenzó a cobrar infracciones
dudosas a favor del local, sobre todo en el segundo tiempo donde el rojo se fue
haciendo dueño de la pelota por el lógico cansancio que sentían varios jugadores
de la Academia, al que le sumó el gran respaldo de Ramírez Ramírez quien a través de fallos inentendibles
fue metiendo a Racing en su área.
Creo y con todo respeto lo digo, que a esa menor
respuesta física Costas no le encontró solución rápida y además cuando lo hizo dejó
muy solo a un “Maravilla” lesionado al sacar a Salas (salvo que no diera más)
lo que le dio más libertad a los defensores locales porque sin velocidad,
tampoco encontraba compañeros en la ofensiva como para descargar rápido porque
todos estaban en posiciones más retrasadas y eso lo fue desgastando aún más,
situaciones que terminaron por darle a Independiente la tenencia de la pelota
con la que llenó de centros el área de Racing que flaqueaba porque nadie
cabeceaba y si bien podía llegar el empate, el mismo se da en una jugada donde
Di Césare y Arias se duermen ante el pase de Cabral para Angulo.
Un empate que se dio en gran parte porque el árbitro
Ramírez a partir del gol comenzó a perjudicar a la Academia, inclinando la
cancha a favor del local sancionando pequeñas pero múltiples infracciones que
no eran justas para el local para después hacerse el bueno a la hora de los encontronazos
separando como un juez de boxeo para finalmente amonestar a Costas, obviamente
enojado porque veía como su equipo era llevado contra su arco por esas reiteradas
faltas que no correspondían, llegando a cobrar 18 faltas a favor de Independiente
y solo 2 a favor de Racing.
Una lástima porque como se dio el primer tiempo era
para ganarlo, pero así y todo fue un empate positivo porque Racing demostró que con la vuelta de
algunos titulares, varios de ellos sin estar bien del todo en el aspecto
físico, dio amplias muestras de ser temible y eso es lo que hay que rescatar
por sobre el resultado final, porque esta actuación le permite recobrar la confianza
y la fe para ir a ganar los dos partidos restantes de esta semana y para prepararse
para el sprint final donde hay que sumar de a tres en cada encuentro para
clasificar entre los ocho primeros.
Vamos Racing carajo!
Hasta pronto.