domingo, 5 de diciembre de 2021

Menos la camiseta, todo es confuso.

Racing transita un proceso de involución del cual parece no poder salir y cada vez más da la sensación de que este retroceso no tiene fin.

Sin identidad, sin orientación clara y sin ningún tipo de convicción, sale a la cancha a ver qué pasa, a lo que salga, con acciones que se basan en un insistente juego lateralizado que finaliza en toques hacia atrás o enviando centros sin destino, resultado de la propia incapacidad de quienes los ejecutan.

Debido a que nada es concebido con seguridad y todo es impreciso, ya no importa quién es el rival de turno, porque con poco lo complican como anoche lo hizo Huracán, que logró el gol con una pelota cruzada sobre la zona de Domínguez/Prado, que sorprendió a ambos y a Gómez, algo que ya había pasado con Lanús.

Pero hablar de si Copetti debe jugar o no, si Pillud hizo todo mal o si Martínez fue de lo peor, ya se me hace repetitivo y desgastante y además porque considero que el problema es más profundo que lo que se ve en la cancha, donde menos la camiseta, todo es confuso y a la hora de buscar culpables, sabemos que casi siempre la paga el técnico.

Pero hubo otros responsables que contribuyeron a que todo esto suceda y desde un plantel mal conformado hasta malas decisiones de los dirigentes respecto a los tecnicos - como la de echar a Pizzi (aun a pesar de las fuertes críticas que recibía (me incluyo)- sin tener realmente un reemplazante superior, llevaron a la frustración a este Racing que casi sin oxígeno se va ahogando en su propia desesperación, a aferrarse a su única esperanza, el alma de sus hinchas quienes con su dolor a cuestas, y a través de su permanente aliento, le darán el aire necesario para seguir con vida.

Pero debe haber un cambio de mentalidad, de raíz, por lo que la CD debe buscar las alternativas para volver a conformar un equipo como aquellos que nos poníamos a ver sabiendo que iba a ganar y para ello Racing debe abrir la puerta del adiós para muchos profesionales, algunos de los que le han dado todo al club y otros por su propia ineptitud o los motivos que sean, porque es de suma gravedad lo que está pasando y si no se atiende debidamente este problema, muy pronto nos lamentaremos no solo por no poder clasificar a alguna copa, sino por comenzar a preocuparnos por algo que no lo venimos haciendo desde hace unos cuantos años.

Este final indica que las cosas deben cambiar y los dirigentes deberán comportarse verdaderamente como responsables que se supone que son, con una autocrítica real que los lleve a tomar decisiones más conscientes, más sensatas, como se dice, minimizando el error en la búsqueda de soluciones, para que después no se terminen lamentando.

Hasta pronto.