domingo, 16 de febrero de 2025

Echémosle la culpa a Río. (*)

Los hinchas nos ilusionamos con ganar otra copa internacional, pero por lo menos en mi caso me es difícil digerir derrotas como la de anoche ante Argentinos Juniors y de local.

Pero buscando un atenuante y respetando palabras de Gustavo Costas sobre el porqué de estas decepcionantes actuaciones, encuentro que en la interacción entre el cuerpo y la mente está la respuesta, porque el estado del cerebro afecta al rendimiento físico y entonces creo que el vivir pensando permanentemente en los partido frente al Botafogo, puede haber desconcentrado a los jugadores, más enfocados en el futuro éxito internacional que en los partidos de la Copa de la Liga,

Gustavo Costas nos permitió disfrutar de una gran alegría al llevar al plantel a ganar la Copa Sudamericana, pero por su lógica y admirada pasión por Racing vive transmitiéndoles a sus jugadores que lo más importante es ganar una copa internacional, lo que no deja de ser verdad, pero también es cierto que se han dejado de lado puntos que lo podrían haber ubicado en la cima de su zona, por lo que habría que buscarle la solución al problema de la formación del equipo para los torneos internos, porque dentro de un mes comienza la Libertadores y obviamente habrá que poner todos los cañones en esos enfrentamientos, que seguramente no serán nada fáciles.  

Lo de anoche ante los “bichitos” dolió mucho, porque la mayoría eran titulares, aunque quedó en claro que las ausencias de “Maravilla”, Sosa, Vietto y García Basso se sienten mucho y además confirman que si bien este plantel es amplio no está equilibrado, porque en algunas posiciones por ahora no le encuentra solución

Los primeros quince minutos del primer tiempo a través de una presión alta fueron esperanzadores, pero no era claro a la hora de generar una situación de gol, algo que sí logró el rival en ese mismo tiempo y a las que Arias respondió de gran forma.

A partir de ese momento Racing perdió la pelota y pasó a ser dominado totalmente, a lo que nunca pudo encontrarle solución y en diez minutos Argentinos convirtió dos goles, con la sensación de que cada vez que llegaba al área iba a conseguir otro, mientras los jugadores académicos vivían dándose indicaciones.

Después de un primer tiempo desastroso, Racing buscó despertar en el segundo con las entradas de Zucculini y Zaracho que reemplazaron a Escudero (fue de lo mejor de atrás pero parece que salió por ser el más joven) y Almendra, pero Argentinos se siguió aprovechando de los desajustes defensivos y a los tres minutos lo volvió a dormir nuevamente.

Fue un golpe tremendo y la confusión se fue apoderando de un equipo que ofuscado no tenía respuestas y de un Costas que sin su habitual euforia, mostraba en su cara una mezcla de tristeza y resignación, reflejo de lo que transmitía su Racing.

Cualquiera podía salir porque el equipo cada vez estaba más desordenado y errático, así que Solari le dejó su lugar a “Totó” Fernández, que mostró habilidad y una gambeta interesante y Salas, quien en una acción individual estuvo a punto de convertir fue reemplazado por Di Gregorioy cuando nada parecía que iba a cambiar, Barrios, a poco de entrar por Nardoni, con un gran remate descuenta faltando ocho minutos y a tres del final Di Césare convierte el segundo gol, que reavivó a una hinchada que ya parecía resignada, pero los minutos de descuento no alcanzaron para el milagro.

No tengo dudas que este equipo puede dar más de lo que dio y ahora llega el momento de la verdad, por cada uno deberá poner su parte, los hinchas alentando más que nunca y el plantel a dejar hasta la última gota de sudor para poder alcanzar el famoso sueño del que habla Costas, asi que aceptando que la cabeza estaba puesta en los partidos frente al Botafogo de Río de Janeiro, por estos partidos perdidos solo se me ocurre decir echémosle la culpa a Río.(*)

Vamos Racing carajo!

Hasta pronto.

(*) Parafraseando con el título de la película “Échale la culpa a Río”.