lunes, 30 de septiembre de 2013

Carta abierta al plantel de Primera División de Racing.


Con el debido respeto y como hincha de Racing me he tomado el atrevimiento de escribirles estas líneas, con el fin de comentarles lo que siento en estos momentos.

No se los motivos por los cuales ustedes no están rindiendo como en algún otro momento lo han hecho, pero me preocupa que esta baja perfomance no se da en algunos pocos jugadores, sino que extrañamente afecta a todo el plantel.

Esto es grave desde todo punto de vista, porque quiere decir que hay algo que ha contagiado a todos Uds. y los ha sumergido en una profunda crisis, donde en 9 fechas y con tres técnicos diferentes, no han podido responder a las mínimas exigencias que demanda un club como Racing, dejando diría yo, partido tras partido (salvo algunos momentos contra Lanús y  Newell's Old Boys.) una triste imagen de resignación, donde ni siquiera han sacado a relucir su orgullo personal.

A pesar de los problemas internos entre los dirigentes, deben entender que son ustedes y nadie más que Uds. los que deberán revertir esta situación más que alarmante, salvo que deseen convertirse en adictos a la derrota, sin darse cuenta que esto los puede llevar a quedar en la historia, pero por haber enviado a Racing al descenso.

Posiblemente Carlos Ischia podrá colaborar y si no es él será algún otro DT, pero el tiempo avanza y este estado tan particular del plantel creo que amerita una prolongada reunión donde cada integrante debería sincerarse con el mismo y con los demás compañeros, exponiendo lo que siente con su verdad.

Como seres humanos únicos e irrepetibles seguramente disponen de aptitudes distintas, de mayor o menor inteligencia, de más o menos talento, de mejor o peor pegada o de mucha o poca habilidad, pero hay algo que si poseen todos y pueden comprometerse a entregarlo: el máximo esfuerzo en el campo de juego.

Alguna vez Ortiz declaró que hay momentos en que el jugador se debería rebelar a la disciplina táctica impuesta por el técnico.

Bueno, espero que esa premisa se lleve a cabo en algún momento, abandonando las caras de resignación que muestran en cada partido para que en su lugar aparezcan voluntades y actitudes que señalen al hincha que hay esperanzas de revertir situaciones adversas al disputar cada pelota como si fuera la última.

Nada es comparable a la pasión del hincha, por eso es inexplicable.

Se perfectamente que lo entienden porque en su niñez seguramente eran hinchas de algún equipo y quizás hoy lo sigan siendo, pero sus vidas han cambiado y posiblemente ya no se desviven por esos colores, como aquellos que hemos seguido a nuestro club toda la vida.

Mi pasión por Racing se instaló desde que tengo uso de razón (mi viejo me llevaba a la cancha desde que se inauguró el cilindro en Avellaneda) y a mis 70 años donde mi cuerpo ha comenzado a perder fuerza, el amor por Racing sigue intacto, ocupando un lugar importante en mi corazón junto al de mi familia.
Tuve la suerte de verlo campeón varias veces y también viajar a Montevideo con Nacional y con Celtic, donde se coronó Campeón del Mundo.

Pero también sufrí mucho tiempo, junto a mi hermano y mi hijo.

Tengo 5 by-pass desde hace 13 años, quizás por el colesterol, quizás por el gran stress que me exigía mi profesión publicitaria, pero seguro que alguno de ellos fue por Racing.

No puedo evitarlo y no me quejo. Es más fuerte que yo.

Hoy, ya abuelo, recibo después de de cada partido el llamado de mi nieto de 7 años  con la misma y repetida pregunta “Abuelo, otra vez perdimos…”
Que otra cosa contestar que “no te preocupes, el próximo partido ganamos…”

Obviamente una respuesta dicha sin convicción, la misma falta de convicción que Uds. transmiten en cada partido.

No les pido que rieguen de sangre la cancha, pero sí de sudor, de ese sudor bien entendido donde la actitud y la solidaridad queden expuestas en cada acción.

Esa devolución es lo mínimo que espero como hincha.

Atentamente,
Pascual Lococo


Hasta pronto.



Un equipo de plástico, al que se le ve la cara, pero nunca el corazón. (*)


Quizás Carlos Ischia tenga las mejores intenciones haciendo jugar a este equipo con la defensa achicando cerca de la mitad de cancha y tratando de hacer un equipo corto, pero con los defensores que hoy cuenta Racing lamentablemente este sistema deja mucho que desear.

Esto sumado a la baja total del nivel de los jugadores, quienes con actuaciones realmente penosas han resquebrajado la estructura de este equipo que no ofrece ninguna respuesta anímica ante el primer gol del rival.

Los chicos del club, son seguramente los que más sufren este proceso emocional que los llevó de estar exultantes y con un juego hasta vistoso cuando se ganaba, a pasar al otro deslucido y con una falta total de ideas ni fuerza anímica cuando se pierde, finalizando envueltos en una profunda tristeza que se dibuja en sus rostros.

Y a los grandes se los ve como desencajados, ganados por una desorientación que va en aumento desde que comenzó este torneo, quizás porque no están cómodos con algo interno y nosotros no sabemos.

Lo cierto es que no hay rebeldía, no hay gritos, no hay líderes y este equipo más que nunca necesita en la cancha jugadores que sean capaces de cambiar esa imagen mansa, suave y  frágil que vemos cada fin de semana, donde se parece más a un equipo de plástico, al que se le ve la cara, pero nunca el corazón.

En el juego lo alarmante sigue siendo lo mal que estamos en las dos áreas.

Para no hablar mucho del partido solo quiero decir que Vietto y Roger Martinez bajan tanto a buscar que nunca inquietan a los centrales rivales, generando al tirarse atrás más problemas que soluciones.

Pienso que se debe comenzar a buscar solidez en algunas de sus zonas, porque por ahora todas muestran una gran inconsistencia.

Racing esta recibiendo una andanada de piñas y tiene que ubicar bien los brazos para pararlas. No está en condiciones de cruzar golpe por golpe, porque perdió la frescura juvenil y la velocidad que le daba esa posibilidad.

Hay que consolidar la defensa, buscando el sistema que la haga más compacta y más segura, respaldada por un medio campo de más recuperación, aunque no sea el deseo de muchos.

Creo que la idea de que este equipo puede tener la pelota y hacerla circular, por ahora hay que guardarla en el cajón, ya que la misma debe estar sustentada por jugadores de buen pie y de mucha personalidad, algo que en este torneo no se vio en ningún momento.

Hasta pronto.


(*) Frase de la canción Plástico, de Ruben Blades