martes, 17 de septiembre de 2013

Sin convicción no hay salida.


Todo pasa por la cabeza.
Por las convicciones de cada uno, para enfrentar los desafíos que cada fin de semana les impone el torneo.
Por eso debe haber transparencia en el mensaje tanto del cuerpo técnico hacia los jugadores, como del plantel a los responsables de guiarlos.
La capacidad y sapiencia de quienes tienen la responsabilidad de dirigirlos debe salir a relucir en cada movimiento, en cada ubicación con la seguridad de  lo que cada uno puede dar y en que lugar de la cancha puede hacerlo, y no solo mover piezas sabiendo que los jugadores con tal de jugar nunca van a negarse a hacerlo aún sabiendo que no están convencidos de rendir en esa posición.
De nada sirve que se imponga una idea de juego si no están convencidos los jugadores de la misma, por lo tanto debe haber cierto consenso entre las partes.
Como ejemplo y solo por haberlo leído de las declaraciones de Regueiro, cuando Guillermo Barros Schelotto se hizo cargo de Lanús, el equipo perdió en los primeros partidos y los jugadores –según confesó el ex jugador granate- fueron los que le dijeron que había que cambiar la forma de jugar y allí el equipo comenzó la levantada.
Creo que hoy, los jugadores de Racing, deben realizar una especie de “retiro”, un encuentro donde solo ellos, sin cuerpo técnico ni dirigentes, deben analizar en profundidad este momento,  expresando con sinceridad y valentía que es lo que sienten que debe cambiar para revertir esta situación.
Si están en desacuerdo por alguna otra cuestión que no sea futbolística, me parece que debe salir a la luz, porque solo ellos pueden cambiar este momento.
No hay milagros. Hay realidades que afrontar y sin convicción no hay salida.


Hasta pronto.