jueves, 23 de septiembre de 2021

La cruda verdad de “Licha” de cara al futuro.

Seguramente esa media hora inicial de la primera etapa fue de lo peor del año de Racing, que era la imagen de la impotencia, porque solo atinaba a mirar como este Godoy Cruz sin grandes figuras, que supo interpretar en poco tiempo la idea de su nuevo técnico, con intensidad y precisión, prácticamente lo “bailaba” y le convertía dos goles.

Racing no podía resolver el aluvión del  equipo mendocino, lo que generó la reacción de Lisandro López, quien visiblemente consternado le reclamaba a varios de sus compañeros una mayor actitud, con correcciones que debían venir desde afuera, pero que tuvieron que llegar desde adentro a través de su líder natural..

La bronca de “Licha” fue produciendo un cierto despertar, pero ya había pasado casi media hora, Chancalay habia reemplazado a Rojas lesionado y perdía dos a cero.

Nada hacía prever que la cosa iba a mejorar, pero por suerte antes de finalizar ese primer tiempo una pared entre Chancalay y Mena, finaliza con un buen centro del “Chueco” que  conecta Lisandro Lòpez de cabeza y marca el descuento, que fue como milagroso, porque ayudó anímicamente y le permitió cambiar para salir a disputar  la segunda mitad.

Con la idea de ir en busca de una mayor ofensiva, Cáceres, cada vez más flojo, le dejó su lugar al chico Alcaraz, pasando F. Domínguez como lateral para que junto con Mena, -por lejos el mejor jugador del equipo-, comenzaran a buscar desbordes  por afuera  que tuvo sus frutos a los 15 minutos en una jugada en la que intervienen los dos y que  Fabricio termina con un centro que  Copetti cabecea al gol.

Esto anímicamente le dio fuerza y más confianza al equipo, porque además Godoy Cruz ya no era aquel equipo intenso del primer tiempo y le permitió a Racing acercarse más al arco rival.

Había entrado bien Alcaraz, Chancalay fue creciendo y de sus pies salió la asistencia para que Copetti convierta el tercero pero Espínola le tapó el remate con su pierna.

Racing seguía estando más cerca, pero a los veinticinco minutos increíblemente vuelve a salir Licha, dejándole su lugar a Lovera, perdiendo el equipo no solo a uno de sus mejores jugadores, sino a quien con su jerarquía y presencia genera que sus compañeros tengan una mejor disposición y actitud en el campo de juego.

El partido comenzó a abrirse y minutos después una pelota que toma Ramírez sobre la izquierda, engancha hacia adentro y sigue sobre la línea del área grande paralelo al arco sin que nadie le salga a tapar el remate que se clava en el ángulo superior izquierdo de Arias.

Fue un duro golpe para Racing y el tres a dos parecía una sentencia, pero faltando pocos minutos Cvitanich es reemplazado por Correa, quien a los 44 minutos y de un tiro libre ejecutado por Lovera, también de cabeza vuelve a empatar el encuentro,  llevando el mismo a la definición por penales.

Y aquí comienza otra historia, que como digo siempre es un mini partido dentro del partido, donde juega mucho el estado de ánimo individual y donde la suerte a veces juega a favor y otras en contra, como anoche donde Arias que siempre atajaba algun penal no pudo detener ninguno y donde Copetti que siempre los había convertido esta vez no lo hizo.

Racing pasò de la vergüenza al decoro, pero la cruda verdad de  “Licha” de cara al futuro, dejó bien en claro que hay otros problemas más preocupantes que esta nueva eliminación, cuestiones que fueron bien descriptas por nuestro capitán en sus declaraciones al finalizar el partido y que deben solucionarse antes de fin de año.

Hasta pronto.