miércoles, 19 de mayo de 2021

El triunfo de la fe y la convicción.

Este Racing de Pizzi sorprende por los resultados positivos logrados en los últimos encuentros, pero más contagia y seduce desde su actitud y entrega, que lo han llevado a ser un equipo más sólido y convencido de lo que hace en el campo de juego.

Hay que darle la derecha al técnico que va encontrando una disposición táctica que le ha permitido al equipo defender mejor y moverse con cierto criterio en ofensiva, si bien anoche, con una formación que incluyo a tres juveniles y a varios suplentes, volvía a preguntarme si no se le daba demasiada ventaja a un San Pablo, que aunque también contaba con muchos jugadores que no eran titulares, siempre se hace fuerte en el Morumbi.

Racing comenzó a la expectativa, esperando la oportunidad para contragolpear a San Pablo, pero fueron estos quienes tuvieron la primera oportunidad a los 10 minutos, la que Gabriel Arias, “el ángel custodio” de este equipo, pudo salvar con su pie, aunque a los 26 minutos tiro libre que ejecuta Rojas, rechazo, pelota para Arias y nuestro gran arquero la envía larga para Godoy sobre la izquierda, quien habilita a Lovera y este lanza un preciso centro para Novillo, que se había quedado en la ofensiva, quien con un cabezazo al segundo palo bate a Volpi.

Racing se abroquelaba en ese primer tiempo con sus volantes bien cerca una línea de fondo donde el chico Segovia no dudaba y mostraba presencia junto a un Orban y un Novillo de buenos desempeños y soltaba por los laterales cuando se daba la oportunidad,  a Fabricio Domínguez y al juvenil Galván, seguro, atrevido y de mucha personalidad, la que puso de manifiesto en el “caño” al rival en una jugada ofensiva, siendo finalmente uno de los mejores jugadores del equipo.

Los volantes académicos fueron creciendo, con un Moreno que se va reencontrando con su juego y tuvo su mejor partido y un Martínez que sigue teniendo buenos partidos como volante, junto a un Rojas que vi con mayor actitud, pero que es indudable que le cuesta tener continuidad en lo que hace, adelante Godoy también de gran entrega, le costó ganar jugando de espalda.

El partido se hizo más parejo donde  fueron y los dos buscaban llegar al área, pero lo hacían sin peligro, aunque Godoy desperdició un error del rival y un gran remate de Rojas desde la medialuna, encontró las manos de Volpi.

Así se fueron los primeros cuarenta y cinco, sabiendo que San Pablo iba a redoblar la apuesta y aunque los dos equipos comenzaron el segundo tiempo sin cambios, pero a partir de los 15 minutos se fueron dando de un lado y del otro, haciendo ingresar titulares en ambos casos, San Pablo para buscar el empate y Racing para defender lo que había logrado.

Arias, salvo un error en una salida que por suerte no termino bien, siguió siendo importante y después Sigali, Mena, Piatti, Miranda y Copetti, con más esfuerzo y lucha que juego, aportaron energía a una estructura racinguista que buscaba no darle espacios a los desesperados intentos de San Pablo, para lograr lo que finalmente se consiguió, los tres puntos que lo clasificaron a Octavos en la Libertadores.

El de anoche fue el triunfo de la fe y la convicción, valores que hoy Racing expone en cada partido por sobre el buen juego, pero que son las que bien o mal le permiten ir alcanzando objetivos, sabiendo que sosteniendo las mismos con entrega, intensidad y concentración habrá más posibilidades de lograr resultados positivos, dado que en muchos momentos de un encuentro la disputa se vuelve mental y ahí es donde se imponen dichas virtudes.

Ahora hay que ir por Boca sin abandonar esas premisas tan importantes.

A seguir creyendo y confiando en que se puede.

Vamos Racing!

Hasta pronto.