lunes, 25 de febrero de 2013

Ni aptitud, ni actitud. Resultado, nada de nada.


Estoy convencido de que algo pasa en el plantel porque semejante resignación ante el rival más importante del campeonato hace rato que no veía.
Ni siquiera un poco de vergüenza deportiva cuando faltaban pocos minutos para finalizar el partido, donde normalmente cualquier equipo pone la mayoría de sus hombres en el área rival para recibir un centro, algo que no ocurrió.
Un partido donde Racing no tuvo rebeldía. No tuvo ambición. No pateó al arco y ni siquiera le jugo con la agresividad necesaria a un Independiente que manejó el partido, sus volantes recibían de espalda y giraban con una comodidad que llamaba la atención.
Todo esto al margen de que en el primer gol hay infracción a Camoranessi y que al final del primer tiempo se le comete penal al mismo jugador.
¿Abal? Bien gracias.
Pero hace rato que no veo un Racing en el clásico entregarse de esta forma.
Ni aptitud, ni actitud. Resultado,  nada de nada.
Realmente no dan ganas de decir más nada, porque uno quiere creer en estos jugadores, pero la sensación es que este equipo va a sufrir mucho y disfrutar poco.
Menos mal que el torneo anterior se llegó a 33 puntos, porque pienso que en este, si el equipo no se reencuentra con su capacidad y con su postura, le va a costar llegar a la mitad.
Hoy dejó una de las peores imágenes donde vimos un Racing que no sabe a lo que juega. Todo eran rechazos sin destino para que Sand la baje o esperando que la línea de fondo del Rojo se equivoque.
Racing no incomodó nunca al arquero rival.
Se entiende que lo de Sand es muy bajo pero también hay que aceptar que no se puede caer en un solo jugador que participa en un equipo donde no hay asistencias claras y centros como la gente (creo que hoy sucedió una sola vez cerca del final del partido donde recibió Vietto y desvió el remate.)
La responsabilidad es de todos porque no se observaban gritos de aliento de Zubeldía, ni de Saja, ni de Ortiz, ni de Camoranessi, solo por nombrar los más veteranos, algo que llamó la atención.
Solo caras de desorientación y casi de sumisión sin resistencia alguna son las que la Tele nos mostraba esta tarde.
En mi caso personal no estoy triste por el resultado, lo que finalmente desconsuela es lo que uno recibe partido a partido
Comprendo la falta de Centurión y así lo vengo expresando en mis notas anteriores, también lo de Hauche, pero por ahora con este juego intrascendente no podemos ilusionarnos con un futuro prometedor.

Hasta pronto.

Twitter: @lito_lococo