martes, 20 de diciembre de 2011


La separación le dió paso al divorcio.


La sorpresiva salida de Simeone en realidad no es una sorpresa. Sin haber querido ser agorero, el 26 de Noviembre en la nota titulada “El resultado de asuntos internos" comentaba entre otras cosas lo siguiente:


Este es el resultado de asuntos internos que no se aclaran. Entre los jugadores. Entre el técnico y los jugadores. Entre los miembros de Comisión Directiva. Entre la CD y los jugadores, etc. No puede haber una buena convivencia cuando hay problemas en el plantel que no resuelven ni los responsables del grupo, ni los jugadores ni la Comisión Directiva, que por sus disputas internas ha decidido tomar cartas en el asunto un poco tarde. Evidentemente hay heridas abiertas y quizás con el tiempo cicatricen, pero durante ese período hay que cuidarlas bien para que no se infecten y se pudra todo”


No tengo ningún acercamiento a persona conocida en el ambiente de Racing, simplemente sacaba conclusiones de las situaciones mediáticas que transmitían las audiciones partidarias y otros programas deportivos por radio como así también los de la televisión.


Desde la separación de Molina y Podestá, pasando por los comportamientos no profesionales de Teo y los comentarios de sus compañeros, hasta la desafortunada declaración del presidente sobre el futuro de Simeone limaron las bases sólidas que se habían logrado hasta ese momento. Pocas o muchas terminaron resquebrajándose.


Sobre Molina y Podestá se me ocurrió pensar que seguramente cuando acordaron postularse para las elecciones del 2008 se habrían puesto de acuerdo en sus funciones. Al suceder esta ruptura me pregunto que grado de gravedad debe tener lo sucedido para que desate esa abrupta separación, con la triste situación de que siempre hay dos historias para escuchar aunque finalmente nunca sabremos cual es la verdad.


Lo lamentable es que el hincha que apoyó a los dos de alguna manera también se separó con ellos.


De continuar juntos buscando solucionar esos problemas y dejando de lado esa característica fatal que identifica a los que llegan a posiciones de poder que los lleva a proclamarse ideólogos o generadores de los pocos o muchos éxitos obtenidos, no solo habrían llegado a reunir el 85% de los votos o muchos más, sino que hubieran transmitido a toda la gran familia racinguista un mensaje de serenidad y seriedad.


Pero como todos imaginabamos la relación ya estaba deteriorada y la separación le dió paso al divorcio.


Ahora es el tiempo de Gastón Cogorno quien comienza a transitar un camino al que todavía le quedan obstáculos por superar y el tiempo dirá si el que ejecuta los pasos a seguir es él o lo sigue siendo el futuro vicepresidente.


Ojalá esto se haya puesto en claro para que no vuelva a suceder lo mismo que en la CD saliente.




Hasta pronto.