martes, 14 de junio de 2011

La derrota número nueve.



Nada especial sucedió el lunes. Solo se repitió la historia de la mayoría de los partidos de este Racing.



Un primer tiempo para ilusionarse y un segundo período para llorar. A Racing le cae como anillo al dedo el refrán “segundas partes nunca fueron buenas” . Un equipo sin alma del cual diría se salvan muy pocos. Los que fueron nombrados para la selección local amistosa bajaron su rendimiento estrepitosamente desde ese momento. ¿La cabeza de ellos estaba en otra cosa o se la creyeron? Porque al final se quedaron sin el pan y sin la torta. De los demás asoma categóricamente la calidad de Teo Gutierrez. ¡¿Que hubiera sido de Racing sin Teo?!



Racing se muestra como cansado físicamente, pero en realidad me parece que todo es mental. Desde siempre faltó un líder real, carismático, de los que marcan un camino, pero lamentablemente no lo tiene desde hace varias temporadas. Y así estamos. Con un arquero del cual no dan ganas de escribir ni de hablar y que hoy al pasar de las fechas –por lo menos a mi gusto- De Olivera es mucho más que Fernández.



En realidad Racing es un equipo al cual se lo ve entregado cuando debe reaccionar ante la adversidad, porque cuando debe sacar a relucir el orgullo profesional, el decir “yo no me entrego” aparecen las desinteligencia y los miedos. Y no es para menos, si desde donde debe comenzar la seguridad que es el arco y la defensa se convierte en la zona más insegura, mostrándoles a todos los que deben enfrentarnos como complicarnos la vida.



Pero evidentemente algo falla en el grupo ( Cuerpo Técnico, Jugadores, Dirigentes ). Algo que quizás no sabemos pero sale a la superficie en cada encuentro. La derrota número nueve supera toda justificación para un cuerpo técnico, aunque demuestre su profesionalidad y al margen de lo que puedan declarar algunos jugadores, por menos partidos se han ido otros muchos.



Yo creo que Miguel Ángel Russo y su cuerpo técnico quizás esgriman como excusa que ellos habían solicitado un arquero y un central de jerarquía, que las lesiones, etc., pero eso no justifica resultados tan negativos. Hubo arquitectos de primera línea a quienes se les ha derrumbado su castillo y eso también hay que asumirlo.



Racing es un equipo desganado que ha ido perdiendo la fe y la confianza. Que pasó de la ilusión de pelear el campeonato y poder entrar a la Sudamericana a volver a pensar en el promedio.



Los miedos nos vuelven a invadir y eso es peligroso.



Estamos a tiempo. Aunque sólo falta una fecha, ya hay que estar pensando que hacer para no correr riesgos en el futuro. La dirigencia tuvo aciertos y equivocaciones como todos lo seres humanos y hoy con una experiencia en el mandato deben esmerarse tratando de encontrar coincidencias que los lleven a no equivocarse en las futuras incorporaciones, porque mal nos pese la temporada próxima nos vuelve a ubicar en zona de riesgo.



Hasta pronto.