lunes, 7 de marzo de 2016

Volvió el Diego del juego y los goles.


No se si fue porque había que quemar las naves para no quedar afuera del Torneo o si Sava se decidió a implementar lo que definitivamente quiere, pero cualquiera haya sido el motivo, se pudo observar que esto se asemeja en mucho a lo que fue “su” Quilmes.

Y así pudimos ver un partido con una lluvia de goles, que fue, ideal para hincha neutral y angustiante para nosotros los hinchas de Racing, pero que por suerte pudimos terminar disfrutando, aunque el ritmo del encuentro nos alteraba de sobremanera la presión sanguínea que parecía estar trepada a un subibaja.

Creo que una gran virtud fue no dejar solo a Milito, quien además estuvo sumamente lúcido y encendido, haciéndose eje de los variados avances académicos, esta vez bien acompañado por Roger Martinez y por Tito Noir y Pereyra, quienes, creo, jugaron su mejor partido desde que llegaron a Racing,  porque esta vez sí se hicieron sentir más como delanteros que como volantes.

Aued y Vizmara, este último muy mejorado en su juego, también supieron acoplarse a los ataques, aunque esto permitía a los volantes de Unión ganarles muchas veces las espaldas y desde allí generar situaciones que complicaban a la línea de fondo.

Sobre los laterales, creo que a Gastón Díaz se lo vio bien en defensa y muy participativo en los ataques convirtiendo de hecho un gran gol, mientras Voboril quien trató de sumarse las veces que pudo en los avances, no anduvo bien en la marca cuando tuvo que trabajar en defensa, al igual que los centrales ya que a Sanchez no se lo vió tan firme y a Vittor pudimos observarle muchas dudas  –que, tal como lo señalé en un Twitt al finalizar el primer tiempo- pareciera que siempre sobra el partido y ese exceso de confianza lo traiciona.

En cuanto a Saja, a mi gusto tuvo un partido ambivalente, porque muestra en sus acciones sentimientos encontrados, un fenómeno en algunas tapadas y como desconcertado en otras jugadas, quizás porque se contagió de lo irregular de la defensa.

Bien Lisandro López, a quien se lo ve muy bien rápido física y mentalmente, a media agua De Paul con su juego a veces como distraído y una gran alegría por el regreso de este león que es Videla y que espero inicie el camino  del reencuentro con su dinámica y su fútbol.

Pero para deleite de todos los racinguistas volvió el Diego del juego y los goles y eso no solo alimenta su espíritu, sino el de todo el plantel y el de nosotros los hinchas.

Como se decía antes, la cosa “va queriendo” y es como que las esperanzas han vuelto a hacerse presente en nuestra vida racinguista al ver un equipo tan ofensivo, aunque quizás debamos entender que jugar de esta manera, implica que hay que aceptar los desacoples naturales que aparecen en los equipos que atacan mucho, porque cuando lo hacen se van desarmando y el retroceso para defender no es sencillo, lo que nos puede llevar tanto a sufrir como a disfrutar, exactamente igual que anoche.


Hasta pronto  y ¡FELIZ DÍA HINCHAS DE RACING!