sábado, 19 de octubre de 2013

Un equipo adicto a las derrotas.


Cuando uno vive malos momentos siempre anhela un cambio con la ilusión de que todo va a mejorar y los hinchas de Racing que venimos soportando muchas situaciones angustiosas, nos esperanzamos una vez más con la llegada de Merlo.
Tanto es así que lo más importante de la noche fue la presencia de “Mostaza” Merlo, quien evidentemente provocó la convocatoria de mucha de la gente que llegó en buen número al Cilindro.
Porque aunque la pasión por Racing es inmensa, este equipo hace méritos para que cada vez sean menos los que vayan a alentarlos.
Este plantel no está en condiciones de ganar ningún encuentro porque se ha hecho -como dije en notas anteriores- un equipo adicto a las derrotas, lo que los lleva a perderlos mentalmente antes de jugarlos.
La llegada de Merlo nos ilusionaba con ver a un Racing más sólido, pero aún aceptando el poco tiempo de trabajo, el equipo no ofreció nada nuevo y donde admitiendo que hubo más esfuerzo y actitud, -algo que le reclamábamos- todo se quiso subsanar corriendo –sobre todo en el primer tiempo- donde sobresalieron los desaciertos.
Después, un segundo tiempo donde se intentó sin mucha convicción y dándole a Vélez la posibilidad de liquidar el partido si no fuera por Saja.
Racing tuvo alguna pero todo finalizó entre dudas, silbidos y tenues aplausos.
12 partidos y otra vez sopa.
Mostaza deberá buscarle la solución a algunos aspectos como la falta de presencia en el área rival porque es imposible hacer un gol si Vietto baja tanto, aprovechar mejor a Gómez quien las comienza bien y las termina mal y ver que se hace con De Paul de muy bajo rendimiento desde ya hace tiempo.
El equipo está en caída libre y los  jugadores deberían entender que van a ser protagonistas de una historia negra en la que, seguramente nunca soñaron estar, pero de la cual hoy son actores principales.
Todavía la pueden revertir y la solución la tienen ellos, si entienden que no se puede seguir cambiando técnico pensando que la solución del problema está afuera, cuando en realidad se encuentra adentro del plantel.
Pero para eso deben unirse y demostrar que tienen ganas de vivir, confiando en quien hoy se ha puesto al frente para guiarlos,  aceptando sus propuestas y poniendo lo mejor de cada uno, con transparencia y con honestidad profesional.
La confianza mutua más una gran cuota de sacrificio de todos, hará que la convivencia sea más grata lo que les abrirá las puertas a la confianza, a la fuerza anímica y como consecuencia a la claridad mental.
Hoy es tiempo de Mostaza Merlo y el destino dirá si se acertó o no, pero los jugadores deben poner todo para ayudarlo, porque al ayudarlo a él se ayudan ellos


Hasta pronto.