Es cierto que nadie puede decidir el destino de otra persona, pero
en un juego donde se entremezclan admiración e ilusión, como hincha me atrevo,
con todo respeto, a pensar cual debería ser el de Diego Milito.
Por suerte para Racing y para
todos sus hinchas ha regresado para transmitir y entregar como jugador toda su
sapiencia, ayudando a la Academia a conseguir logros que parecían lejanos, lo
que lo ha convertido en un ídolo indiscutible no solo por lo que exhibe en la
cancha sino también por sus gestos, sus expresiones y declaraciones que dejan
ver su bonhomía, una virtud que muy pocas personas ejercen, sobre todo en este conflictivo
y confuso mundo del fútbol.
Por eso creo que Milito tiene un destino en el club, porque reúne las condiciones pasionales,
culturales y de experiencia para realizar en nuestra institución la
transformación que todos esperamos, por eso trato de ir más allá con mi
imaginación y me ilusiono con la idea de que en un futuro no muy lejano y
después de que finalice su carrera profesional como jugador, pueda como máximo representante de la institución que tanto ama, convertirse en el guía que
lleve a Racing por el camino correcto.
Quizás sea una utopía entendiendo
que todo esto, no deja de ser la mera esperanza de un hincha, pero ese es mi
deseo, que ojalá sea el de muchos hinchas más.
Hasta pronto.