sábado, 21 de diciembre de 2013

Cuando los dirigentes miran hacia otro lado.


Parece que los compromisos económicos, a los dirigentes del fútbol argentino los obliga a aceptar cualquier programación de partidos sin poner reparos de ninguna naturaleza, aún sabiendo que hay encuentros que son motivos de peligrosos enfrentamientos.

Estamos pasando momentos muy difíciles, donde la reflexión y la tolerancia han quedado a un costado, permitiendo que la agresividad y la violencia sin razón, se hayan convertido en algo cotidiano.

Pero como todo pasa y nos vamos acostumbrando a los brutales hechos que a diario podemos observar, seguimos adelante sin tomar conciencia de que si se organizan espectáculos deportivos de fútbol, ante de diseñar el programa de los mismos, habría que tener en cuenta cuales son los riesgos a correr.

Hemos podido observar como en el último torneo sin que se les mueva un pelo a los dirigentes, se dispuso que en la última fecha se enfrenten Vélez y San Lorenzo, sabiendo a priori, los peligros que involucraba el mismo.

De hecho podríamos decir que, jugar solo con hinchas locales no es ninguna garantía de paz y tranquilidad, sin embargo de golpe y porrazo todos somos buenos otra vez, por lo tanto a programar clásicos con las dos hinchadas en zonas de veraneo, donde se supone, la familia va a buscar alegría y tranquilidad.

Es cierto que no hay nada más lindo que un partido de fútbol donde concurran las dos hinchadas, pero desde hace tiempo los hechos parecen demostrar lo contrario, sobre todo en partidos clásicos.

Y fundamentalmente hablo de este Racing- Independiente que se jugará el día 13 de enero del 2014 en Mar del Plata.

En mi opinión, inoportuno desde todo punto de vista, porque cualquiera sea el resultado será motivo de cargadas, causal de disturbios y agresiones, lo que la pasión por consecuencia podría desencadenar un enfrentamiento sin límites entre las dos hinchadas.

Por eso digo que, cuando los dirigentes miran hacia otro lado, es como si los médicos no quisieran ver los verdaderos síntomas de un enfermo, y sí lo que les gustaría que éste tenga.

Es cierto que todos estamos expuestos a tener algún accidente en nuestro diario vivir, concurramos o no a un partido de fútbol,  pero no se puede generar un espectáculo favoreciendo a que esto suceda, con la posibilidad de que alguien salga herido o –Dios no lo permita- pueda perder la vida, porque sería un precio muy alto a pagar por una decisión irracional.

Ojalá que todo termine en paz, pero será un encuentro de alta peligrosidad por todo lo que lo rodea y por la especial situación de nuestro vecino.





Hasta pronto.