domingo, 26 de mayo de 2013

Invadido por la mediocridad.


Ya se hace interminable ver a Racing.
En franco retroceso cada vez juega peor.
Un equipo que se lo ve como entregado rápidamente, donde los hinchas –aún ganando- vivimos cada partido con esa sensación de que nos van empatar y hasta después podemos perder el encuentro.
Corre mucho y desordenado, lo que aumenta la imprecisión en el manejo de la pelota, agravado por el individualismo deja de lado la poca claridad que pueden tener a la hora de tener la pelota en sus pies
realizando siempre un enganche de más.
Quizás haya o hubo alguna situación que afecta más la cabeza que lo físico, aunque después tenga esa consecuencia.
Los chicos por ejemplo, han dejado de lado lo bueno inicial para finalizar en estos últimos partidos jugando en soledad y buscando la gambeta heroica que nunca llega como lo de Fariña, realmente algo incomprensible, porque arranca como para diez y termina en un cero.
Además ya sea por un resbalón o bien porque que se desploma apenas es rozado por sus rivales, vive en el suelo.
De Paul también tuvo un partido para el olvido. Sin encarar en el mano a mano –algo que casi nunca intentó- jugó confundido y hasta parecía que “cargaba” cansancio desde el inicio.
A todo esto el reaparecido Villar, de muy lento accionar –quizás por su falta de fútbol- no aportó nada más que un poco más de confusión.
Cámpora, en un trabajo donde se rescata su empeño sale siempre del área y eso provoca que las pocas veces que llegamos esa zona prácticamente no veamos receptores.
Pelletieri se mostró como siempre voluntarioso pero también muy lento y desordenado mientras Zucculini volvió a tener un juego irregular y debido a su posición prácticamente nunca pisó el área rival.
Pillud es impredecible. Ha mejorado en la marca pero a la hora de atacar siempre elige mal los momentos para dar el pase o tirar el centro.
Ortiz y Cahais tuvieron un partido aceptable y Corvalán trató de cubrir sus imperfecciones con voluntad.
Por supuesto Saja como siempre es quizás el único que puede darnos algún tipo de tranquilidad y reafirma que es la única compra realmente valiosa.
Pero Racing está siendo invadido por la mediocridad y eso alarma porque contagia físicamente y psíquicamente.
Es decir, cuando hay mayoría de jugadores que juegan bien, indefectiblemente obligan a intentar jugar bien al resto, pero cuando es a la inversa, los pocos que lo hacen bien entran en el bajo nivel de la mayoría.
Y esto está sucediendo hoy en el equipo.
La mayoría del plantel está exhibiendo malas perfomances y además se los ve como agotados.
La intrascendencia o irrelevancia de su juego es lo que sobresale en este Racing, que solo parece estar esperando que se termine el campeonato, hecho que involucra al cuerpo técnico y a los jugadores.
Aparentemente, todos ellos, piden que se quede Zubeldía y no creo que sea solo porque es un buen muchacho, aunque hay algo de esa sana “comunión” que no se traslada al campo de juego y entonces no sabemos si es porque no lo entienden o porque el técnico no los entiende a ellos.
Para los dirigentes es tiempo de decisiones importantes y a pesar de que no es nada fácil decidir si un técnico debe continuar o retirarse, deben entender que ese es su destino al haber accedido a esa tarea de responsabilidad.

Hasta pronto.
Twitter: @lito_lococo

sábado, 18 de mayo de 2013

Como ciegos, sordos y mudos.


Arsenal es uno de los equipos que más conserva el orden táctico a la hora de defender y eso más la pelota parada junto al buen uso del contraataque le permiten desde hace mucho tiempo encaramarse en los primeros puestos y acceder a las copas.


Eso fue demasiado para un Racing que no pudo en ningún momento del partido llevar peligro al arco de Campestrini y bastó que convirtiera un gol para saber que el partido estaba definido desde ese mismo instante.

Los chicos que permanentemente elogiamos no estuvieron a la altura porque jugaron empecinados en buscar la jugada individual, fracasando rotundamente ya que nunca pudieron superar en el mano a mano a ningún defensor de Arsenal.

Eso no les permitía pensar minimamente y obnubilados por la desesperación terminaban rebotando contra esa pared que fue el fondo de los de Sarandí.

Además acelerados por su forma de juego, el que habitualmente necesita de espacios que esta vez no tuvieron, fallaron cuando intentaron dar algún pase entre líneas o buscar una pared, siendo anticipados siempre y a medida que pasaba el tiempo ellos y el resto del equipo, que careció de conducción, transitaban como ciegos, sordos y mudos.

Por lo menos desde la Tele se notó como que el equipo se iba sintiendo cada vez más incómodo, lo que lo llevo a un tozudo esfuerzo en vano, porque a medida que se iba errando en el juego el desorden iba en aumento.

No es justo caerles encima a los chicos cuando son los únicos que nos dan alguna alegría y creo que no vale la pena distraerlos opinando sobre el bajo nivel de Corvalán, Ortiz, Bolatti, Pillud o los desenfrenados arranques de Pelletieri que yendo al frente muestra su orgullo –algo respetable y destacable- pero sin aportar ninguna claridad lo que alimenta la confusión.

Buen trabajo de Saja quien con un par de intervenciones evitó una derrota más dura.

No se cuando lograremos esa claridad o definición de juego pero a estos chicos les falta alguien que los “guie” dentro del campo porque es evidente que ninguno de ellos está en condiciones de hacerlo.

Es evidente que nos guste o no, el único que tiene las condiciones para manejar los tiempos es Camoranessi, aún con sus falencias físicas.

Fariña, sigo insistiendo en mi opinión, ya demostró que no lo es porque tiene un juego de papi-futbol. Cuanto más lejos del área peor para él ya que son muchas piernas las que hay que pasar. Si juega debe estar junto al punta y muy pegado a la zona del área, para allí sí, hacer uso de su habilidad que la tiene y es un arma que bien utilizada, puede ser muy letal. Quizás hoy debió haber sido el “punta”, aunque era evidente que a Cámpora había que darle una oportunidad. Lo que pasa que para centrales como los de Arsenal a veces es mejor no darles una referencia como centrodelantero.

No hay que dar por sentado que la Sudamericana ya está. Cuidado.

Y no nos olvidemos que esta campaña es muy floja. Hay que sumar puntos y me alarma ver que el equipo es como que no está motivado.

Ojalá Vietto se recupere bien y no lo apuren. Es evidente que es el más inteligente y se nota cuando no está, pero es mejor dejarlo que se ponga bien del todo y pueda hacer una muy buena pretemporada ya que no la hizo por estar en la Selección Juvenil.

Hasta pronto.

Twitter: @lito_lococo

domingo, 12 de mayo de 2013

Nada nuevo bajo el cielo racinguista.


Los hinchas de Racing nos pasamos noventa y pico de minutos transitando entre la angustia, el sufrimiento, el delirio y la alegría, hasta que finalmente el pitazo nos señala el cierre del partido deteniendo ese loco periplo donde descargamos toda nuestra pasión, según sea el resultado del partido.
Después llega el momento de la reflexión con los amigos, con la familia o con quien se encuentre circunstancialmente a nuestro lado, momento donde comienzan a surgir la imagenes de la verdad, la verdad de cada uno porque aunque todos tenemos la “nuestra” y a veces coincidamos con muchos otros, nunca será la verdad absoluta de lo sucedido.
Depende como lo vea cada uno.
En mi caso siento que ya es reiterado y hasta a veces aburrido hablar del juego, del sistema y de la ya famosa identidad del equipo, porque Racing es como una película repetida donde solo cambia el rival.
Y eso quedó demostrado nuevamente anoche en un partido que se había presentado favorable casi desde el vestuario, con el gol de Zuculini a los tres minutos de juego (son muy buenas sus apariciones sorpresivas en el área rival y aquí sí un reconocimiento exclusivo a Zubeldía) después de un desborde de De Paul,  pero en realidad a partir de allí comenzó el desandar que habitualmente venimos viendo.
La diferencia es que ganaba uno a cero.
Por unos minutos Racing intentó hacer circular la pelota a través de Bolatti, pero el juego se cortaba rápidamente ya que la reiterada apertura a los costados –sobre todo el derecho donde Pillud recibe la mayor cantidad pases- finalizaba en jugadas sin peligro devolviéndosela a Ortiz para que tire un pelotazo o buscando alguna pared con De Paul la que normalmente no se concreta.
Volviendo al mismo siempre vemos que Pillud es un jugador que arranca bien pero termina la mayoría de las veces mal, esto sumado a que en la izquierda Corvalán sigue en muy bajo nivel, por lo que prácticamente teníamos las bandas anuladas.
Mientras tanto Tigre con el buen manejo de Perez García y de otros volantes encontraban espacios como para crearle peligro a Racing y empatarle el partido.
Creo,  en mi modesta opinión, que los rivales juegan para que los centrales y los marcadores de punta de la Academia sean los que reciban la pelota la mayor cantidad de veces porque difícilmente desde sus pies puedan nacer alguna jugada importante lo que les permite recuperar más rápido el balón, por lo que pienso que a veces es mejor que aparezcan los laterales por sorpresa más cerca del área pero sin trasladar, para allí sí resolver con un pase o con un centro.
A todo esto sumémosle a un Fariña volcado sobre la izquierda, desaparecido en acción en esa primera etapa y a un Vietto que, quizás lesionado, no mostró ninguna de sus virtudes, por lo que ambos prácticamente no entraron en juego en ese primer tiempo.
Esto reducía el ataque a las subidas de Zuculini o increíblemente de Pelletieri que jugó bastante adelantado pero que nunca concreta sus incursiones por el área rival.
Muy poco para soñar con más goles en esa primera etapa y eso quedó demostrado cuando Tigre comenzó a manejar la pelota llevaba peligro al arco de Saja quien respondió muy bien, además de contar con un buen trabajo de los centrales.
El segundo tiempo fue similar, pero contó con otra actitud de Fariña, autor del segundo gol sobre el final –quien jugando más cerca del área, que repito, a mi gusto es allí donde mejor rinde- pareció despertar de su letargo y le dio a cada ataque de la Academia otra impronta, logrando ser más punzante con situaciones claras para aumentar.
Tigre también las tuvo pero no las concretó por las buenas actuaciones de Saja, Ortiz y Cahais y de un Pelletieri que está volviendo a destacarse en su faceta más importante que es la de la recuperación.
Por lo tanto los hinchas de Racing no podemos esperar nada nuevo bajo el cielo racinguista, debiendo entender que solo cuando los chicos están encendidos pueden brindarnos algo de esa “irrespetuosidad” bien entendida para gratificarnos y alimentarnos el espíritu.
Finalmente una reflexión. Nunca debemos cometer el error de tirar un proyectil a un línea porque siempre sale perdiendo Racing y su gente. Además muchachos íbamos ganando uno a cero! Por favor…

Hasta pronto.                                                                                   
Twitter: @lito_lococo

domingo, 5 de mayo de 2013

Ni tan tan, ni muy muy.


Racing no es un mal equipo, pero tampoco es un buen equipo.

Inconscientemente o no Racing se muestra inseguro ante cualquier rival y eso queda expuesto porque siempre –es una convicción de su técnico- entrega la iniciativa, tanto de local como de visitante para tratar de encontrar con los “ligeritos” de arriba alguna contra con más espacio.

¿Si esta mal?

No, al fin y al cabo es una elección y como tal muy respetada.

El reglamento no dice de que manera deben estar distribuidos en la cancha los jugadores por lo tanto salvo el arquero la disposición del resto puede ser de cualquier manera.

Pero lo que observamos actualmente no nos brinda ninguna seguridad tanto atrás como adelante y queda todo librado al momento de claridad que pueda tener cada individualidad sobre todo ante una defensa como la de hoy que los supo esperar y encerrar.

Racing no se mueve en bloque y permanentemente se desarma fundamentalmente en el medio campo, con el agravamiento de que hoy -en el primer tiempo- a mi juicio todos los chicos tuvieron un muy flojo partido, con pases desacertados y exceso de individualismo.

Flojo Vietto, empecinado De Paul, confuso Zucculini y muy mal Fariña insistiendo con un juego sin claridad y en muchos momentos desapareciendo del partido.

Eso le permitió a Vélez controlar aún más el encuentro y tener el manejo de la pelota, aunque sin llevar demasiado peligro al arco de Saja.

En el segundo tiempo Racing entró más decidido y mejoró en todos los aspectos.

Tanto es así que comenzó a tener dominio de las acciones en muchos momentos del mismo contando con un par de situaciones para abrir el marcador, siendo la de Zuculini la más importante, ya que tras eludir al arquero dispara al arco defectuosamente errando un gol imposible ( muy parecido al que erró Funes Moris ante Quilmes en el Monumental).

Los chicos estuvieron más precisos y más confiados. Mejoraron mucho De Paul, Fariña y Zuculini quienes junto con Vietto -la gran joyita de este equipo- comenzaron a preocupar al fondo de Vélez. Pillud colaboró y creció en el juego logrando un buen nivel mientras Bolatti jugó quizás su mejor partido.

Entonces por momentos pudimos tener la ilusión de que lo podíamos ganar, aunque faltando poco hubo cambios, donde la emoción de ver a Centurión en la cancha no nos permitió observar que los mismos hicieron que el equipo se fuera diluyendo en el juego y en la actitud, pareciendo que el empate finalmente conformaba.

Por eso este equipo no es ni tan tan, ni muy muy y eso es lo peor que le puede pasar, porque es como que no tiene definición.

Es un equipo que no emociona y que habitualmente transita por el camino del aburrimiento, salvo cuando entra en juego Vietto, hoy por hoy el único jugador que irradia alegría y frescura en el juego por su capacidad y por su inteligencia o algunos momentos de De Paul quien por lo menos reúne una condición fundamental y es su personalidad con la que encara cada encuentro.

Hasta pronto.

Twitter: @lito_lococo