lunes, 4 de noviembre de 2013

Tuve la suerte de estar allí.


Es mi intención contarles a los hinchas de Racing algunas sensaciones vividas hace 46 años, cuando la Academia se coronaba Campeón del Mundo.
Todo comenzó en el primer partido semifinal con Nacional de Montevideo jugado en cancha de Racing ( Agosto de 1967 ) y donde junto a mi hermano Pino, mi amigo el “Gallego” Uzal y un compañero de aventuras racinguistas Osvaldo Bouza, veíamos como los uruguayos nos mataban a patadas en el propio cilindro de Avellaneda. Resultado 0 a 0 y revancha en Montevideo.
Tanta fue la bronca que nos dijimos ahí mismo, tenemos que ir a Uruguay y allá viajamos con otro amigo de la infancia “Coco” Latorre ( hincha de San Lorenzo ) y cuando llegamos la ciudad estaba llena de pasacalles que decían “Nacional, Campeón de América” pero la sorpresa más grande fue que los hinchas de Peñarol en la calle nos alentaban y después pudimos comprobarlo en la tribuna del Centenario donde encontramos a muchos de ellos haciendo fuerza por Racing.
Pero otro empate 0 a 0 nos llevó al tercer partido en Chile, y allí la Academia ganó 2 a 1 pasando a jugar la final con Celtic.
Después de la derrota en Escocia por 1 a 0, llegó el triunfo en Avellaneda por 2 a 1, y otra vez tercer partido pero como debía jugarse en un país neutral, se eligió Uruguay.
Y allá fuimos nuevamente, esta vez acompañados por otro amigo bostero, Juan Carlos Ruas, que hasta llevó una bandera de Boca en un mástil de madera.
Todos para hinchar por este Racing que estaba a un paso de hacer historia.
Nuestras madres nos habían provisto de comida para nuestra aventura montevideana y nuestros bolsos rebalsaban de sandwiches ( de milanesa la mayoría ).
Embarcamos un viernes a la noche en el 33 Orientales y arribamos por la mañana.
Fuimos a la playa de Pocitos a esperar que se acercara la hora del partido y después de comer viajamos hasta el Centenario en microómnibus llenos de uruguayos que hacían comentarios en contra de la Academia.
Ya más tranquilos en la cancha, el estadio se lleno a full y los hinchas de Racing más algunos de otros equipos ( recuerdo una bandera de Vélez ) que éramos unos 5.000, ocupamos la tribuna lateral América (también pude ver a Antonio Carrizo, boquense de corazón).
Pero en esta oportunidad no había ningún uruguayo hinchando por Racing, como pasó ante Nacional. Esta vez todos se habían unido para alentar al Celtic que fue recibido con una estruendosa ovación.
No recuerdo si fue antes del partido o en el entretiempo y ante cantos agresivos de toda la cancha contra los argentinos y que hacían referencia a la dictadura ( era cierto porque Onganía presidía un gobierno de facto) de bronca todos los hinchas comenzamos a cantarles “Los uruguayos corren la coneja, los argentinos comemos milanesa” y de muchos lados de nuestra hinchada se empezó a tirar comida a la cancha (todo lo que le había sobrado a los hinchas ), algo que les dolió muchísimo porque la economía uruguaya estaba pasando un mal momento. (De alguna manera los estábamos tratando de muertos de hambre).
Eran tiempos difíciles para Uruguay.
El partido fue de alta tensión y la impotencia de los escoceses que buscaban que los de Racing reaccionaran ante sus agresiones, no impidió que este grupo de heroicos jugadores se consagrara Campeón con el inolvidable gol del “Chango” Cárdenas otorgándole a Racing además del título, la distinción de ser el Primer Campeón del Mundo de la Argentina.
He visto llorar como nunca a muchos hinchas y todos los que allí estábamos entonamos emocionados el Himno Nacional Argentino, lo que los enardeció más todavía abandonando la cancha rápidamente, lo que presagiaba que nos iban a esperar a la salida.
Dicho y hecho.
Fue muy difícil abandonar el estadio y una y otra vez bajamos y subimos la tribuna, porque al intentar salir se venían todos los que nos esperaban en las inmediaciones aunque la Policía te decía “salgan tranquilos que no pasa nada”
Finalmente y después de un par de horas caminamos mucho siempre atentos a los que nos podía suceder y pudimos llegar cuando estaba anocheciendo al barco, donde al zarpar tuvimos que protegernos ubicándonos del lado contrario al muelle, porque una multitud de gente se había llegado hasta allí para tirarnos todo lo que tenía a mano
( botellas, piedras, etc. )
Después nos enteramos que en la Avenida 18 de Julio hubo una “batalla campal” entre hinchas argentinos y uruguayos donde volaron sillas, mesas, etc
Fue un 4 de noviembre de 1967 y tuve la suerte de estar allí.
Hoy quiero rendir homenaje a aquel plantel y cuerpo técnico, que fue orgullo de los hinchas de Racing  y que conformaron “el equipo de José”, agradeciéndoles el haberme hecho vivir grandes emociones.

Gracias por haberlo leído.

Hasta pronto.








¡Quedate pancho que esta “Mostaza” es buena!


Parece que parte de la fuerza física y anímica ha retornado al deteriorado equipo de Racing, el que comienza a encontrar un andar a paso firme, con más seguridad y más confianza para dejar atrás el mal que lo venía aquejando desde hace tiempo.
Es evidente que todavía quedan algunas etapas para estar repuesto del todo, pero parece ser que “Mostaza” Merlo está dando en la tecla con el diagnóstico y el tratamiento, lo que nos hace pensar que la recuperación no está muy lejos.
El paso a paso se está cumpliendo y hay conceptos que marcan que ese es el camino correcto, a pesar de que el mismo no está despejado del todo y por momentos se hace difícil transitarlo.
Pero el equipo ha mostrado algunos aspectos muy rescatables como por ejemplo volver a recuperar la confianza de su arquero y además porque volvió a asomar en él, el liderazgo que Racing necesitaba.
Porque la defensa está más segura y aún en los momentos más apremiantes, responde con otro espíritu y donde el permanentemente reprobado Corvalán, hoy pasó a ser un jugador más respetado.
Porque la aparición de Campi que nos volvió a sorprender -además de debutar en el gol y participar en el primero-  le imprimió al medio campo más orden y dinámica, donde también se notó la mejoría de Villar.
Y adelante la bienvenida y saludable recuperación de Vietto, quien mejoró mucho su nivel y que junto con Viola están retomando la buena senda, aunque a veces se exceden al querer finalizar las jugadas en forma individual.
Racing ganó donde habitualmente no ganaba, porque históricamente el “bosque” le fue esquivo a la Academia, por lo que este triunfo tiene un valor superlativo.
El “parco” Merlo con la simpleza que lo caracteriza está logrando convencer al plantel de que debe haber mayor orden, actitud y confianza y por lo que se ve le están respondiendo, algo que nos permite afrontar el futuro con una considerable esperanza.
Desde la llegada de “Mostaza” algo está cambiando y el hincha parece entenderlo, le guste o no como juega y/o plantea los partidos, por que es tiempo de alentar aprovechando este viento a favor que esperemos siga soplando.
Por eso me permito decirle al hincha: ¡Quedate pancho que esta “Mostaza” es buena!

Hasta pronto.