sábado, 30 de octubre de 2021

Distracciones que agrandan rivales.

No mereció perder frente a Defensa y Justicia, pero al igual que el encuentro anterior, cometió graves distracciones que lo llevaron a ser derrotado.

Gago de alguna manera ha logrado que el equipo sea más ofensivo, remate más al arco y tenga más situaciones de gol, pero esa buena intención que hay que acompañarla con jugadores que además de saber interpretarla, tengan actitud, carácter, compromiso y eso es responsabilidad absoluta del cuerpo técnico, que sigue sosteniendo como titulares a jugadores que vienen demostrando que no tienen el nivel para integrar el primer equipo.

Como Cáceres, que hace meses que es fácilmente superado, no ataca ni defiende bien y comete errores graves como el de ayer en el primer gol de Defensa y Justicia o Rojas, que comienza con ganas pero se va desinflando y termina desapareciendo.

Pero salvo algunos, el resto tampoco cubre las expectativas y entonces me preguntaba cuántos jugadores del plantel mantienen un nivel aceptable y pensaba en Arias, Sigali, Mena, Lisandro, agregando a Domínguez y quizás Moreno que fue en aumento, es decir poniéndole  ganas, seis jugadores de un amplio plantel, lo que hace que no sea tan difícil entender el lamentable año de este Racing.

Y no es sencillo encontrarle solución, cuando la mayoría de sus jugadores se desenvuelve en la mediocridad, realidad que quizás fue la que introdujo a Pizzi y a Ubeda en un laberinto sin salida y que   también puede arrastrar a Gago, quien anoche volvió a realizar algunos cambios poco entendibles, como el de Moreno por Neri Domínguez, cuando Rojas era el que menos rendía y Correa por Cáceres para que pase Martínez a la derecha, lo que derivó en un desorden general.

Después Pillud entró por Rojas, el equipo se  reacomodó mejor y el gol del descuento a través del penal que le hicieron a Copetti y que el mismo se encargó de convertir lo alentó a ir por el empate y con más ganas que ideas tuvo algunas situaciones para lograrlo, lo que hubiera sido justo.

Pero queda más que claro que Racing se ha convertido en un equipo vulnerable, con distracciones que agrandan rivales, incluso hasta los más débiles, mostrando una fragilidad de equipo que parece consumir a todo conductor que se atraviese en su camino, pero que espero Gago pueda afrontar desde la serenidad y la aparente sapiencia, buscando devolverle la confianza a este plantel en los pocos partidos que restan, aunque para tal fin debería tener bien claro quienes están más preparados física y mentalmente para plasmar en el campo de juego lo que él les transmite

Ojalá lo logre por el bien de Racing y de nosotros los hinchas, que ansiosos deseamos de una vez por todas reemplazar la mueca por una sonrisa.

Hasta pronto.

domingo, 24 de octubre de 2021

Una idea para comenzar a creer.

A traves de una nueva idea el equipo parece haber comenzado a visualizar el juego que no venia encontrando.

Una idea de juego que tuvo respuestas, sobre todo en el primer tiempo donde comparado con lo que se venia viendo, se pudo observar un crecimiento interesante, que los llevó a creer en ellos mismos, ganando confianza y fortaleza anímica.

En un medio campo donde se vio a un Rojas más activo y a Moreno y Martínez bien posicionados, tuvo asociaciones, posesión de la pelota y un par de situaciones que lo acercaron al gol, con remates del paraguayo y de Chancalay desde afuera del área que comenzaron a hacer de Brown la figura de Central.

Se veian otras ganas y esas ansias de demostrar todo lo que queria el técnico, hicieron que a los 30 minutos el equipo comenzara a agotar la poca energía que venía teniendo y de a poco se fue quedando sin batería, lo que permitió que Rosario equilibrara el partido.

En el segundo tiempo el equipo no fue el mismo y volvía a mostrar las dificultades y el poco resto físico de partidos anteriores, lo que le daba espacios a Rosario para llegar al arco de Racing y en uno de esos intentos, Infantino saca un remate que se clava en el ángulo, superando a Arias.

Parecía que se volvia a los viejos problemas, sin embargo lo pudo remontar a través de un centro de Lisandro que conecta Copetti de cabeza.

El equipo, quizás por no estar preparado para la intensidad que exigía Gago, tuvo un bajón físico y eso lo llevó a realizar cambios, que en algunos casos considero fueron errados y no tuvieron el rendimiento adecuado, como el de Piatti, en un momento donde se necesitaba más a alguien como Julián López, porque el equipo, sin Moreno y sin Licha, se fue desordenando, lo que lo llevó a desconcentrarse y a tener distracciones como en la acción posterior a un tiro de esquina, donde habia jugadores que miraban el piso, pensando en no se que cosa,  mientras Central movía la pelota para finalizar con un centro que Ruben se adelanta a cabecear, convirtiendo el segundo gol del local. 

Todo parecía derrumbarse, pero debo reconocer que esta vez Racing por lo menos no se rindió anímicamente y con actitud buscó el empate que sin dudas merecía y que casi consigue a través de Chancalay y Alcaraz, pero Brown se lo impidió.

Es evidente que nadie se alegra en la derrota, pero a priori esta primera presentación de Gago, deja algunas cosas positivas, aunque deberá ir viendo quienes se adaptan mejor a su sistema, que además de buen juego requiere exige una gran disposición fisica y la sensación es que el equipo parece carecer de la misma.

Sabemos que los resultados mandan, pero todos tuvieron su tiempo y este inicio nos deja un poco mas de esperanza que los dos anteriores entendiendo que en la oscuridad en la que transitaba el equipo, apareció una idea para comenzar a creer y que comienza a verse con claridad.


miércoles, 20 de octubre de 2021

Una idea que convenza fuertemente.

Una vez más este Racing volvió a decepcionar totalmente ante Unión de Santa Fe, en un primer tiempo donde el local, desde lo futbolístico y lo físico, literalmente lo pasó por encima, dejando nuevamente la triste imagen de estar entregado a la buena de Dios.

Mal posicionados y con una fragilidad que exasperaba, eran superados por derecha y por izquierda permitiéndole a Unión tener varias posibilidades de gol, las que no pudo concretar por las buenas intervenciones de Arias y porque la suerte estuvo de nuestro lado.

Solo Arias y Sigali se mostraban a la altura, pero el resto era una calamidad ya que no recuperaba y la pelota le duraba segundos en sus pies, por no saber qué hacer con ella, por malos pases o en las disputas físicas, con una única jugada a favor que fue la que tuvo Lisandro, quien superando a los centrales exigió por dos veces a un Moyano que respondió muy bien a sus remates.

Al final de la primera etapa la incógnita era saber cómo iba a hacer Racing para poder recuperarse de ese desastre de la primera etapa, donde la confusión era lo que predominaba en un equipo, que nuevamente por milagro terminaba con su arco en cero.

Úbeda, quien evidentemente vivía convencido de que con este “desorden” táctico  iba a llevar a ganar los partidos, después de 45 minutos que pudieron ser fatales, se dio cuenta de que el equipo necesitaba un volante central original y entonces por un inactivo Lovera, volvió el olvidado Julián López, tuvo continuidad como para ser evaluado de mejor forma, y que si bien no tuvo un gran partido, ayudó a que el equipo se reacomode  y empareje las acciones, con Moreno más adelantado y Rojas tirado a la izquierda,

De esa forma Racing le fue quitando el dominio al local y comenzó a exigir al arquero tatengue, primero ante un remate de Copetti, después de recibir de “Licha”, que desvia Moyano y que Rojas no puede finalizarla bien, después una pelota que roba Sigali y que termina en los pies de Chancalay pero su remate se va afuera.

A los 15 minutos Alcaraz reemplaza a Chancalay, pero a los 27 y cuando nadie lo esperaba, Unión logra el gol que no pudo conseguir en el primer tiempo.

Minutos más tarde Cvitanich entra por Lisandro y cinco minutos después Moreno que recibe sobre la izquierda, ve como Copetti va a buscar el área y le envía un centro combado que parece tocar el nueve y que sorprende a Moyano, convirtiendo el gol del empate  y casi lo pasa a ganar cuando Copetti, que estuvo más buscado, más activo y más confiado”,  en un centro de pecho lo deja solo a Cvitanich para que convierta, pero su toque pega en el palo.

Sobre el final Mena reemplazaba a Rojas y sobre el final en un centro del “Chueco”, Alcaraz casi logra el milagro, pero su cabezazo da en el travesaño.

Aunque el partido terminó con la sensación de que se pudo haber ganado, siempre la mochila carga el contrapeso de esos primeros tiempos. que lo único que consiguen es agrandar rivales.

Un empate en un encuentro que fue la despedida de Ubeda, Arano y Fleita, un cuerpo técnico que se fue despidiendo solo, ya que por los motivos que fueran, “su” Racing nunca dio muestra de alguna mejora, por el contrario siempre fue ganado por el desorden y la desorientación

Respecto a Fernando Gago que será el nuevo técnico a partir de mañana, como hincha le deseo lo mejor, pero como no creo en los proyectos, espero que a través de su personalidad y de su capacidad, pueda imponer rápidamente una idea que que convenza fuertemente a un plantel, que hay que volver a construir desde lo futbolístico y desde lo anímico.

Hasta pronto.

 

sábado, 16 de octubre de 2021

Racing necesita una revolución.

Por un alto grado de confusión futbolística, Racing ha pasado a ser un equipo sin respuestas anímicas y por consecuencia físicas, bajando rápidamente los brazos ante la más mínima adversidad.

A través de la desorientación, el desorden táctico y las flojas actuaciones de la mayoría de sus jugadores, Racing entra prontamente en un total estado de fragilidad, que lo lleva a darle infinitas posibilidades a sus rivales de turno.

Es una cruda verdad que se ve reflejada en cada partido, incluso de local, donde el estado de desorientación y la mediocridad parecen haber invadido a jugadores y cuerpo técnico, llevándolos a empeorar, hasta lo que se venía haciendo mal.

Lamberti de Platense, definió en pocas palabras lo que es hoy Racing, cuando  al final del encuentro dijo entre otras cosas “Es un equipo grande y tiene obligaciones, pero es un equipo partido, con cuatro defensores y el resto todos volantes ofensivos y delanteros, así que iban a dejar espacios”

Las caras y los gestos muestran el nivel de confusión general que deriva en el mal funcionamiento y que desde mi punto de vista me lleva a interpretar que algo está fallando entre Úbeda y los jugadores, porque es realmente incomprensible lo que hace el equipo en el campo de juego.

Sigali expresó que con este partido comenzaba una de las 10 finales para clasificar a una de las copas, pero Leo deberá entender que si lo de anoche es un ejemplo de todo lo que el equipo puede dar, no podemos tener esperanza alguna.

Es casi imposible sostener que todo está bien, cuando queda claro que el desempeño del equipo sigue siendo cada vez más pobre, con jugadores que no generan expectativa alguna y que ha llevado al desánimo a los pocos que, con su gran rendimiento, hacían que Racing rescate puntos que no merecía, y que desde hace algunos partidos podemos verlos muy irritados y hasta por momentos “sacados”, indicio de un fututo poco auspicioso si no se corrige a tiempo y el tiempo es ahora

Considero que en  lo futbolístico Racing necesita una revolución, porque el cambio debe ser brusco y total, no lento y gradual, pero para llegar a eso hay que tomar ciertas determinaciones que requieren audacia y valentía.

Simplemente como hincha, considero que uno de los técnicos que puede llevar adelante ese cambio es Gabriel Heinze, por sus buenos desempeños en los clubes argentinos donde dirigió, aun sabiendo que por su personalidad, no sea del agrado de todos.

Hasta pronto.

 


domingo, 10 de octubre de 2021

Un equipo ausente.

Al finalizar el primer tiempo me preguntaba que expresión podría utilizar para definir la actuación de este Racing de Úbeda, que demostró que lo que hacía mal el equipo de Pizzi, se podía superar haciéndolo peor.

Terror, horror, espanto, son algunas de las palabras que encajarían perfectamente en este equipo, donde ya es recurrente que salga a disputar los partidos distraído, desconcentrado, como pensando en otra cosa, solo esperando ver que hace su rival de turno.

El ser protagonista parece haberse borrado de la memoria, por eso Racing siempre da la sensación de ser un equipo ausente, que está en la cancha, pero es como si no estuviera, como sucedió en esa primera etapa, donde jugadores adormecidos solo miraban como un equipo práctico lo superaba física y mentalmente en todos los sectores y en todos los aspectos del juego.

A los 15 segundos el palo lo salvó de no ir perdiendo y a partir de ese momento se pudo observar como al equipo lo ganaba un desorden de tal magnitud, que si no fuera por “Chila” Gómez, en este momento estaríamos hablando de si Úbeda ya había presentado la renuncia, porque era inconcebible verlos no solo mal parados, sino sin reacción alguna para contrarrestar a los volantes y delanteros de Patronato que recibían sin marca en cualquier sector de la cancha y los superaban con una facilidad increíble.

Y mientras el arquero Ibáñez era un espectador de lujo, Gómez, se iba convirtiendo en la figura del partido, ya que seguía atajándose todo, incluso hasta un penal dudoso, Sigali se desdoblaba en su esfuerzo y “Licha” que sigue demostrando que es de una categoría superior, además de esforzarse era el único que sabía qué hacer con la pelota, pero no se puede jugar en soledad.

Racing no salía de su confusión y estaba sentenciado a perder por dos o tres goles en esa primera etapa, pero por suerte no ocurrió y eso le dio la oportunidad de replantearse lo que estaba haciendo espantosamente mal.

Y así como era cantado que el primero que la iba a “ligar” era el chico Viera, como si hubiera sido el único responsable de lo horrible que había jugado el equipo, también era evidente la entrada de Chancalay para tener por lo menos a priori, un jugador más importante en la ofensiva y un colaborador a la hora de defender.

Y como si continuaran los milagros Racing sorprende de entrada a Patronato con dos inesperados ataques que hizo que el partido cambiara en esos primeros tres minutos, en los que Chancalay tuvo mucho que ver, primero exigiendo a Ibáñez con un remate desde fuera del área y dos minutos más tarde, después de recibir un buen pase largo de Copetti, asista de primera y en gran forma a Lisandro, para que con un toque de calidad, que roza en el arquero, convierta el primer gol.

Era como despertar de la pesadilla del primer tiempo y ese golpe de efecto podía haberse convertido en la inyección anímica para llevar el partido hacia otro rumbo, sin embargo la necesidad de ganar y la falta de confianza que convive con este Racing, lo llevó a refugiarse cerca de Gómez buscando aferrarse a ese gol tempranero (lo peor es que lo hace mal).

Eso le permitió a Patronato retomar nuevamente el dominio del encuentro, logrando un empate que se puede decir, llegó de la forma menos esperada, porque fue a través de un remate débil y desde afuera del área, que sorprendió a “Chila” (según sus señas, por estar tapado) y parecía que todo volvía a darse a favor del local, pero la insistencia de “Licha” hizo que el equipo se adelantara en el campo de juego, aun quedando expuesto a los pelotazos sobre una línea de fondo que salvo Sigali daba muchas ventajas pero con un Chila que seguía respondiendo acertadamente.

Y en un partido que estaba abierto totalmente,  donde ya Pillud  había reemplazado a Cáceres, Prado a Galván y Lovera a Alcaraz, tuvo su premio faltando 10 minutos para el final, en una jugada en la que participan los tres ingresados, pero en la que también  interviene el participativo Chancalay, esta vez determinante al disputar una pelota con Ibáñez y desde el suelo enviarla al centro del área, para que un Copetti atento le gane de cabeza al central, concretando de esa manera el segundo y definitivo gol del triunfo.

Después unos minutos, Lisandro, que demostró una vez más que es el alma de este equipo por todo lo que transmite a través de su jerarquía, de su energía y de su esfuerzo, que conmueve a propios y extraños, le deja su lugar a Cvitanich.

Racing volvió a ganar después de ocho partidos, lo que sin duda a los hinchas nos alegra, pero todos sabemos que no nos puede hacer ilusionar, porque lo visto ayer sigue indicándonos que el triunfo fue más producto de una situación casi milagrosa y no de un trabajo donde haya indicios de cierta recuperación.

Hasta pronto.


lunes, 4 de octubre de 2021

Blanco fue el “blanco”

Detrás de este empate quedan las frágiles figuras de un equipo y su cuerpo técnico, que siguen sin encontrarle la solución, a este mal momento que vive nuestro querido Racing.

La felicidad era ver como los hinchas con su aliento volvían a darle calor y color al Cilindro, buscando respaldar al equipo con la esperanza de ese apoyo los ayudaría a mejorar su rendimiento, pero el mismo continuó repitiendo los aspectos negativos de este tambaleante presente y eso los llevó a expresar su bronca sobre el final del partido.

Y Blanco fue el “blanco” de las protestas, porque si bien en lo administrativo sigue mostrando un aspecto positivo, su gestión en lo deportivo viene decayendo cada vez más y no condice con las aspiraciones que debe tener un club que se denomine “grande”.

Al respecto y con el respeto que me merece Lisandro López, a quien admiro por todo lo que siente por Racing y por lo que nos entrega con su liderazgo y su pasión en cada partido, creo que, así como hace quince días declaró crudas verdades respecto al futuro del club, en esta oportunidad considero que no estuvo muy feliz al tildar de injustos los reclamos de la gente (quizás por su relación familiar y por no echar más leña al fuego), porque hay que entender que si una  Comisión Directiva, es responsable de lo bueno  (ejemplo la gestión administrativa que tiene ordenado al club) también lo es de lo malo (el último año y medio en lo deportivo) y hay que saber aceptarlo.

Racing sigue jugando muy mal y con jugadores desatentos desde el comienzo (esta vez no nos embocaron de casualidad), pero así y todo podría haberse quedado con el triunfo, si después del gol, centro atrás de Viera para que concrete Moreno, (el chico por lo menos se detuvo a pensar a quien pasarle la pelota) y ante un Estudiantes que estaba desorientado, hubiera sostenido a Lisandro, Neri y Alcaraz, pero aparentemente por dolencias debieron dejarle su lugar a Julián López, Chancalay y Correa, quienes con sus pobres rendimientos le hicieron perder la poca fuerza que tenía el equipo y eso contribuyó  al desorden que le costó el empate.

No creo que como expresó “Licha” solo sea el resultado de una mala racha, en mi modesta forma de ver es consecuencia de una falta de convicción en la idea, que los llevó a perder totalmente la confianza y a ser muy vulnerable anímicamente, condiciones difíciles de recuperar si no hay un mensaje de la conducción que convenza, el que por ahora parece estar muy lejos, tanto que hasta los pocos jugadores que venían respondiendo bien, por momentos parecen entrar en la confusión y perderlas, porque es muy difícil sostenerla individualmente, cuando la grupal no funciona.

Un reflejo de ello es la situación que se vivió anoche con Arias, cuando primero a Ramírez entrenador de arqueros y después al técnico, le señala problemas a corregir en el equipo, al igual que lo hicieron en partidos anteriores Cvitanich y Lisandro López, acciones que comenzamos a ver hace varios encuentros y que a la vista del todo el mundo, exponen a Ubeda y al resto de su equipo ante propios y extraños y que a mi modesto entender indican una gran desorientación y una ausencia total de liderazgo en la conducción.

Hasta pronto.