martes, 19 de febrero de 2019

Con espíritu de campeón.

Era uno de los desafíos que había que pasar.

Jugar con la presión de que Defensa y Justicia, que pelea por la punta del torneo, ya había ganado su partido y sabiendo que todos los que vienen detrás, sus hinchas y la mayoría del periodismo extrapartidario, esperaban que Godoy Cruz le gane a un Racing, que si bien había jugado un partido aceptable con Corinthians, debía demostrar ante sus hinchas que estaba entero mentalmente.

Y en un Cilindro colmado de hinchas se dio lo que no debe quebrarse nunca,  la conjunción de esfuerzos mentales entre el equipo y la hinchada, con el equipo plasmando en la cancha un juego como hacía mucho no veía y los hinchas apoyando y alentando a más no poder desde el primer minuto hasta el final.

Esa reciprocidad entre lo que ofrecen los jugadores en la cancha y el aliento incondicional de sus hinchas es lo que por ejemplo, llevó al equipo de José a ser lo que fue, esa fuerza para vencer a todo lo que se presenta por delante para lograr sus objetivos, la energía que le permite sobreponerse rápidamente de algún tropiezo.

El triunfo de anoche mostró a un Racing que jugó con espíritu de campeón, con un primer tiempo brillante que debió haber finalizado por más de dos goles de diferencia, aun aceptando que Arias tapó  un par de pelotas importantes, porque fue tan avasallante el dominio y las situaciones, (donde hubo dos penales no cobrados), que el dos a cero no marcó la real supremacía.

Y aunque el segundo tiempo se esperaba una reacción del equipo mendocino, Racing por cansancio y quizás cierta relajación, dejó que creciera un poco, por supuesto con cierto riesgo, pero se podía ver  que en cualquier contra podía aumentar ya que el rival había dejado muchos espacios atrás.
Y así fue, porque después que Zaracho convierte el tercero, el partido pasó a ser todo de Racing, quien a través de su tenencia desdibujo totalmente al Tomba hasta el final del encuentro.

En mi opinión, también debo decir que fue el partido de la recuperación para jugadores muy cuestionados como Cardozo que logró conectarnos otra vez con aquel de los primeros partidos, por su movilidad, sus asistencias y su inteligencia, y Soto, que creo jugó su mejor partido desde que está en Racing, porque solucionó problemas en el área y porque se mostró siempre como salida y en ataque lo hizo con claridad.  

Además junto al trabajo de Cardozo, hay que destacar y mucho el de Zaracho, que fue de lo mejor, por su juego de desdoble y los goles que se le venían negando, quien junto a la categoría y la excelencia de Marcelo Díaz y el buen trabajo de “Pol” Fernández, que necesitaba una actuación importante como la de ayer, se convirtieron en los generadores del juego y el manejo del ritmo del equipo.

Por su parte la defensa, además del referido Soto, con un Arias que volvió a ratificar lo muy buen arquero que es, con un incansable Saravia y sus llegadas impecables, que quizás debería finalizar mejor, con un Sigali y un Donatti que le dan seguridad al fondo, aunque a veces los sorprende alguna pelota larga por jugar en línea cuando Racing sale a presionar.

Adelante Cvitanich, también de gran tarea, va demostrando en cada partido su capacidad y su serenidad para decidir en situaciones apremiantes, entendiéndose de muy buena manera con Lisandro, que de haber estado más fino, además de ese gran gol que logra por un pase de Darío, que pareció tener ojos en la nuca, pudo haber concretado algunas situaciones importantes.

Fue importante el cambio de Sigali, por lo que comentó Coudet sobre la amarilla, a quien reemplazó Domínguez que sigue demostrando su adaptación al puesto de central y también se entregaron a fondo Cristaldo y el chico López en el tiempo que estuvieron en cancha.

Ahora viene otro escollo más, uno de esos partidos de quiebre anímico por ser el clásico rival de toda la vida, un encuentro donde el equipo debe mantener ese espíritu de superación, que involucra luchar de forma decidida por aquello tan deseado, sabiendo que aunque no vea a sus hinchas en las tribunas, todos estaremos allí junto a ellos transmitiéndoles nuestro apoyo y la fuerza mental necesaria, para lograr continuar en la senda triunfal rumbo al campeonato.

Hasta pronto.