viernes, 29 de mayo de 2015

La dignidad de un equipo que enorgullece a sus hinchas.


En futbol todo es posible, pero entendamos que muy pocas veces se da la posibilidad de dar vuelta un resultado, cuando en el total de los 180 minutos, Racing jugó más de un partido completo con un jugador menos, con el agregado de que su rival es un equipo que se hace fuerte de visitante, sabe a qué juega y se defiende muy bien, sobre todo teniendo una ventaja a su favor.

Así y todo Racing lo buscó desde el comienzo, con la subida de Pillud y Voboril, de allí la presencia de Grimi como central y en esa primera etapa arrinconó a Guaraní la mayoría del tiempo teniendo alguna que otra situación como para marcar, pero todo fue más en base al esfuerzo que al juego bien elaborado.

Ya sabemos que el equipo carece de cierta claridad para generar jugadas que pongan a sus delanteros frente al arquero rival, aunque de alguna manera la Academia tenía controlado el encuentro, pero sobre cierre de los primeros cuarenta y cinco minutos, un error involuntario en defensa –pase corto de Grimi a Saja, obliga a éste a cometer penal ganándose además su expulsión, inconveniente que generó nuevamente un problema al técnico y al equipo.

Momento infartante para los hinchas porque seguramente pensamos que todo se terminaba allí, sin embargo Ibañez se lució al contener el tiro penal en gran forma y la esperanza siguió intacta.

Segundo tiempo donde Racing salió decidido a llevarse por delante a Guaraní que desconcertado comenzó a mostrarse impreciso y pareció que era el equipo paraguayo el que estaba con un  jugador menos y Racing tuvo en Bou el “disparador” para lograr el empate, pero se encontró con la gran noche de Aguilar.

Después la entrada de Brian Fernández le dio otras opciones al ataque y tuvo también su oportunidad que hizo lucir nuevamente al arquero rival, pero el equipo iba sintiendo el esfuerzo y sumado a los nervios lógicos del trámite fue dejando espacios a sus espaldas, lo que aprovechó Guaraní, pero por suerte también se encontró con un Ibañez de impecable tarea.

Es doloroso aceptarlo, pero la Copa se pierde en Asunción, donde se cometieron muchos errores dentro y fuera de la cancha, seguramente algo que se habrá conversado profundamente puertas adentro.

El triunfo en el clásico ciertamente habrá ayudado a olvidar en parte el desgate y los dolores físicos que sumaron esos dos encuentros para esta noche tan esperada, pero después de un esforzado primer tiempo donde no se pudo abrir el marcador y el comienzo del segundo donde se duplica esfuerzo por tener un jugador menos, terminan pasando factura.

Pero nunca se bajaron los brazos ni se frenaron las piernas y se presentó batalla hasta el pitazo final donde a pesar del resultado, todos los presentes ovacionaron a estos muchachos, como homenaje a la dignidad de un equipo que enorgullece a sus hinchas.

Ahora hay que pelear el torneo, tratando de finalizar lo más arriba posible en esta primera parte y además, poner atención en la Copa Argentina, que nos puede dar una opción más corta de volver a jugar nuevamente  la Copa Libertadores.


Hasta pronto