lunes, 25 de noviembre de 2013

El valor de este triunfo.


Personalmente cuando jugamos con River no analizo si se juega bien o mal porque lo único que deseo es ganarles aunque sea con un gol hecho con la mano.
Quizás es el único equipo que habitualmente le gana a Racing “con la camiseta”, nos “cachetea” y nos goza,  por eso valoro mucho este triunfo de hoy.
River venía muy mal, pero no debemos olvidar que Racing hasta aquí también realizó una campaña lamentable, lo que no nos  brindaba muchas esperanzas para este encuentro.
Pero así y todo el partido mostró en el primer tiempo a un Racing ordenado, que buscaba jugar en bloque y apretar en campo rival, algo que dió sus frutos, ya que generó tres situaciones en los primeros veinte minutos : un penal a Hauche no cobrado, el gol de Zuculini, ( el mejor jugador de Racing ) ante un tiro libre de De Paul,  y una nueva aparición de “Zucu” por derecha que llega al fondo, hace pasar de largo a un rival y remata desviado frente a Barovero ( tenía otra opción de pase pero quizás la emoción de la jugada y su gol anterior lo cegaron un poco ).
Racing corría mucho pero no jugaba tanto y entre el desgaste físico y la poca tenencia de pelota, le fue dando a River la posibilidad de acercarse al arco de Saja quien respondió muy bien ante dos situaciones de Teo Gutierrez.
En el segundo tiempo River salió más decidido a buscar el empate, lo que le permitió a Racing tener otras dos oportunidades más para aumentar la ventaja.
Una escapada de Hauche por izquierda quien habilita a Viola pisando el área grande y remata desviado solo frente al arquero y la segunda donde Hauche remata muy mal ante un centro de Zuculini.
Después nada más en ofensiva y a partir de allí, a sufrir.
Racing entregó totalmente la posesión de la pelota a River y esperó que pasara el tiempo, tesitura confirmada por Merlo cuando realiza los cambios: Aued por Pelletieri de bastante buen rendimiento, Ibáñez para frenar a Vangioni por Hauche, que alternó más malas que buenas y Battaglia por De Paul quien evidentemente queda fundido por realizar un trabajo de ida y vuelta por su banda, el que evidentemente no siente.
River buscaba por los costados y fundamentalmente con centros, los que en general no llevaron mucho peligro porque la línea de fondo estuvo bastante segura.
Así, entre nervios y ruegos por parte del hincha de Racing finalizó el partido y el desahogo finalmente pudo darse en las tribunas y supongo en las casas de todos los racinguistas.
Pero el valor de este triunfo tiene varios ingredientes: se quebró la racha de no ganar de local, se consiguió el primer gol de local, ya que el de Lanús había sido en contra y especialmente se le ganó a los Millonarios, con todo lo que esto significa.
Alegría al fin para todos y especialmente para este equipo que parece se ha recuperado anímicamente y aunque por ahora corre mucho y piensa poco, nos permite volver a sonreír y sumar tres puntos importantes de cara al torneo que viene.

Hasta pronto.