lunes, 9 de noviembre de 2020

Los jugadores han perdido un valor inestimable: la confianza en sí mismos.

Racing parece un equipo afectado en lo anímico y en lo físico, que a los hinchas nos golpea en lo emocional, pero a Sebastián Beccacece le presenta un problema que por ahora no puede resolver.

Triste y doloroso por cierto, porque da la impresión de que los jugadores han perdido un valor inestimable: la confianza en sí mismos, y esa falta de seguridad es lo que los lleva a flaquear en sus convicciones, convocando a los errores a la hora de tomar decisiones.

Y entonces les volvió a pasar, que inmediatamente después de perderse un gol, el primer  ataque del equipo rival expuso nuevamente a una defensa que ya no muestra esa solidez que supo tener (incluido Arias) y a los 3 minutos gol de Unión.

Un equipo que también presentaba una formación con varios suplentes volvía a golpearlo anímicamente, pero con diferencia al partido anterior, de a poco pudo recomponerse, tomando el dominio del encuentro y generar muchas situaciones de gol, de las cuales tres o cuatro fueron muy claras, no solo para empatar, sino para finalizar ganarlo ese primer tiempo.

Sobre todo por el buen trabajo de Solari por derecha y si bien el arquero Moyano respondía acertadamente,  la inoperancia de la ofensiva académica es ya alarmante y al no concretar las mismas alimenta esa pérdida de confianza.

Cerca del final de la primera etapa, Garré tuvo que reemplazar a Solari, ( otro más y van…) un jugador que había sido el mejor hasta ese momento y que sufre esta lesión porque es el único de los volantes que entiende lo que es el sacrificio a la hora de recuperar (desde su posición cruzó toda la cancha para salvar un contragolpe a espaldas de Mena.)

Pero el segundo tiempo es para preocuparse y mucho, porque de sostener a Unión prácticamente en su campo, lo dejo crecer y además no llego nunca más a inquietar a Moyano.

Racing comenzaba a destruirse a si mismo, porque cada vez jugaba peor y además de dar esa imagen de “entregado” comete desaciertos y deja espacios para que rival siempre tenga la posibilidad de convertir otro gol, como el que llegó a los 25 minutos en una jugada que desnuda toda la fragilidad de este equipo a la hora de defender.

Pero hay algo que transmite este equipo, que por lo menos a mí como hincha me hace pensar que este esconde algún motivo que lo ha llevado a cambiar tanto, no en el juego en si, sino en la intensidad y en la rebeldía para superar malos momentos dentro de un partido (ejemplo: Independiente y Aldosivi antes de la Pandemia), para transformarse en un equipo como “desgastado” , sin reacción y carente de actitud,  lo que se puede ver en jugadores que pierden la pelota y no se esfuerzan en correr a recuperarla o que pierden en todas las pelotas divididas.

Porque si bien es  importante tratar de jugar bien, un jugador nunca debe  renunciar a sacar de adentro lo que hay que tener, para pelear el partido si no se logra lo anterior.

Hasta pronto.