jueves, 24 de septiembre de 2020

Del absoluto merecimiento, a las dudas de salir airoso.

Los partidos de la Copa Libertadores llevan en si mismo una carga extra de nerviosismo, nervios que siempre están presente, pero que de acuerdo al trámite del encuentro, puede darle paso a la serenidad y a la confianza o multiplicarse y generar un desconcierto donde las dudas afectan mentalmente,  no solo a los jugadores sino también al cuerpo técnico y eso es muy peligroso en una competencia que desde hace años desvive a todo Racing.

Mientras tanto  nosotros los hinchas, ahora como meros espectadores y en soledad, sentimos que  nuestro sistema nervioso y nuestras pulsaciones juegan al mismo ritmo del que lo hace el equipo.

Y lo que veíamos en ese primer tiempo era que Racing estaba jugando un muy buen partido  y todo parecía estar dado para una goleada, lo tuvo Fértoli cuando su cabezazo  roza el travesaño, después Montoya queda solo frente al arquero rival pero decide mal, luego Reniero que desperdicia el penal que le cometió Butrón, a posteriori una nueva buena acción de Melgarejo, pero su disparo da en el travesaño, a continuación Fértoli nuevamente…y así era la cosa, se veía que el gol llegaba y lo que pudo ser…no sucedió.

Para más sorpresas Beccacece y sus cambios, pero quiero creer que quizás el cambio de Alcaraz por Reniero fue por la amonestación que cargaba y no por haber errado el penal ya que había hecho un interesante primer tiempo y el de Garré por Montoya porque no hubo mucho desborde por esa punta y no porque Montoya desperdició esa jugada de gol.

Pero por un tema físico  o por los motivos que sean, ya Racing no era el mismo de la primera mitad, había menos energía, ya le costaba sostener el balón y recuperarlo rápido cuando lo perdía, lo que le dio más espacios a un Alianza que con poco se fue adelantando y descubriendo que mal o bien podía llegar al área académica, algo que en los primeros 45 no había logrado.

Y tuvo las suyas, bastante claras, que hubiera generado un gran dolor de cabeza, para un equipo que ya no tenía un hombre de punta fijo, porque si bien Melgarejo fue a ocupar esa posición en el área quedo más bien aislado al perder contacto con la pelota.

Aparecían la imprecisiones, ya Fértoli no era el mismo y al habilidoso Garré le costaba  desbordar, así y todo tuvo alguna que otra oportunidad como esa en que después de una serie de rebotes la pelota sale del área peruana y la recoge Pillud fuera del área quien saca un increíble remate que fue desviado en gran forma por Butrón.

Pillud le deja su lugar a Mena y Soto va a la derecha en un Racing que ya no tan organizado renueva ataques con pocas ideas, más bien desesperados, seguramente al igual que nosotros los hinchas, cuando vemos que el chico Alcaraz que ya había estado a punto de convertir, cabecea a las manos del arquero.

Siguen los cambios, Melgarejo le deja su lugar a Banega y Díaz a Cvitanich, un jugador en el área que el equipo pedía a gritos, porque la desesperación se adueñaba de lo físico y lo mental y esa alteración hacia que los centros al punto del penal iban a llegar cada vez más a medida que pasaba el tiempo.

Racing iba a transitar el lógico camino del desorden, algo que de alguna manera beneficiaba a Alianza de Lima, que aprovechando ese desconcierto, se pierde un gol claro que hubiera sido fatal.

La sensación que dejaba el encuentro era que Racing ya jugaba contra el mismo Racing, porque todo el esfuerzo físico que se invertía para llegar al área rival se desvanecía justamente en esa zona por carecer de ideas y serenidad donde más hay que tenerlas

Todo parecía quedar en manos de los chicos y si bien eran apuntalados por Miranda, Soto, Mena, Domínguez y Sigali y el recién ingresado Cvitanich, la llegada al arco contrario dependía mucho de lo que ellos lograran.

Y lo hicieron ya casi finalizando los noventa minutos y jugando por abajo, cuando en una acción de toques en la medialuna contraria, Fértoli habilita de taco a Banega quien con un gran remate la clava en el ángulo izquierdo del arquero Butrón, un gol que se festejó a mas no poder por el desahogo que llegaba cuando muchos no lo esperábamos.

Un par de minutos después y con un Racing que buscaba asegurar más la pelota, Miranda de gran trabajo en todo el partido, pone un pase entre líneas para Alcaraz que gana el fondo y su pase atrás habilita a Cvitanich, quien de espaldas al arco la toca para que Garre pueda rematar y luego de un primer rebote, lo vuelva a hacer, pero esta vez venciendo al arquero y convirtiendo el segundo gol que provoco el delirio de Beccacece, su cuerpo técnico y obviamente de todos nosotros, los hinchas.

Este es un triunfo que alienta pero debe servir para el análisis porque ya van dos encuentros donde Racing que comienza mostrando un gran despliegue ofensivo, con buen trato de pelota y arrinconando a su rival de turno a través de una presión alta, en este caso Alianza, vemos que pasa de un tiempo a otro del absoluto merecimiento, a las dudas de salir airoso.

Racing debe aprovechar mucho más todas sus llegadas pero evidentemente  le falta contundencia para convertir lo que produce, por eso necesita de delanteros más pensantes y con experiencia, especialmente para instancias finales donde en un partido se decide todo.

Hasta pronto.

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