Otra oportunidad perdida para estar bien prendido en
la tabla, pero tiene cierta lógica, porque si bien el equipo no pierde, tampoco
genera mucho para ganar y últimamente es tan repetitivo el perder puntos que
tratar de buscarle una excusa a este tema cansa y aburre.
Es difícil no tener una mirada crítica sobre este
momento de Racing, porque llama la atención que un plantel integrado en su
mayoría por jugadores que fueron campeones hace unos pocos meses y que no tiene
problemas económicos, haya bajado tanto su rendimiento.
Podíamos entender y de alguna manera aceptar, la
relajación normal que llevó al plantel a no jugar tan concentrado la Copa de la
Superliga, aunque un grande debe intentar ganar toda competencia, pero la
realidad es que esto se ha extendido demasiado con un técnico que hasta ahora
no le encuentra la vuelta, especialmente a la zona de volantes, con refuerzos que no rinden como se lo esperaba y con la lesiones de Solari y el “Pulpo”
González, que agravaron la situación de un medio campo que no termina de
darle al equipo la gestación y el cambio de ritmo que necesita, para que lo
haga salir de esa rutina de juego que adormece y nos contagia partido a
partido.
Esto de alguna manera resquebrajó el andamiaje
general de un equipo que ya había bajado su nivel, debilitando la
ofensiva y exponiendo a la defensiva.
La desorientación, lleva a la falta de confianza y
eso repercute en la mente de cada uno, haciéndolo entrar en un campo de dudas
peligroso, como se pudo observar en los últimos partidos, donde situaciones
como las de anoche a minutos de haber comenzado el encuentro, se pueden ver
frecuentemente.
Defensa y Justicia después del gol y con un juego
mucho más dinámico en ese primer tiempo, llevó a este lento e indeciso Racing, a que la línea de fondo no se animara a salir a achicar el campo, lo que lo
convirtió en un equipo largo que dejaba grandes espacios a espaldas de
volantes, situación que aprovechó el equipo de Florencio Varela para
llegar con alguna facilidad hasta el arco defendido por Arias.
Racing pudo empatar a través de Cvitanich, quien
después de recibir un buen pase de Pillud y ubicando bien su cuerpo, al girar
en el área es llevado por delante por el central Martínez, logrando el penal
que convertiría en gol, pero durante esa primera etapa fue un equipo sin
respuesta alguna, porque cuando conseguía la pelota, la que perdía casi
instantáneamente tanto que utilizó el pelotazo como su arma preferida.
Así y todo, de una jugada que pudo ser gol de
Defensa y Justicia donde Arias estuvo genial desviándola al córner, nació una
réplica que pudo darle a Racing su segundo gol, cuando Zaracho roba fuera del
área y encabeza un avance que finaliza mal, la pelota rebota y llega a los pies
de Montoya que acompañaba, su fuerte disparo rechazado por Unsain, lo vuelve a
recibir Zaracho, quien la cruza al segundo palo donde un pie de un defensor
termina desviándola, dos situaciones de gol que por un momento nos sacaron del letargo.
El comienzo del segundo tiempo nos volvió a entregar
un nuevo susto cuando entre 8 jugadores de Racing gana uno del “Halcón” y su
cabezazo da en el palo ante la mirada de Arias, pero después sin ser claro fue
adelantando líneas buscando llevar el partido al campo contrario, aprovechando
además el desgaste de su rival que a medida que pasaba el tiempo se iba
aferrando cada vez más al empate.
Un buen pase de Rojas que sin llegar ni por asomo a
ser aquel que jugo en el rival de anoche, se lo vio un poco más activo, dejo en
buena posición a Reniero que decidió patear como venía y desvió el tiro, cuando
quizás podía haber intentado controlarla para después definir y un cabezazo de
Cvitanich ante un buen centro de Pillud que se va por arriba el travesaño, si
mal no recuerdo fueron las situaciones de gol que pudo generar Racing en esa
segunda mitad.
Los cambios siempre dan esperanzas pero por ahora no
se consigue y debido a que “Licha” por lesión y Cristaldo por
problemas personales donde interviene la justicia, estuvieron
ausentes, le permitieron a los juveniles Andrada jugar todo el
segundo tiempo (reemplazó a Montoya) y no sería justo juzgarlo porque el futbol
es contagio y este chico entro en un equipo que en estos momentos no hace casi
nada bien, e Ivan Maggio entrar unos pocos minutos al final por Rojas, mientras
Barbona, que parece sigue sin tener oportunidades lo hizo por Reniero.
Era una noche especial porque Coudet pisaba el
Cilindro por última vez y la gente que estuvo en el estadio lo recibió de la
mejor manera, por cierto merecido, pero no pudo ser plena porque el equipo
volvió a decepcionar al propio técnico y a los hinchas, ya que lo que
brinda Racing es muy poco, casi nada y de esa manera nos sigue
quitando cierto grado de ilusión para estos últimos dos partidos, donde uno de
ellos nos dejaría en una mejor posición en la tabla y el otro nos daría una
Copa más.
Pero bueno, a esta altura creo que todos estamos
sumando una nueva preocupación, que es quien será el reemplazante de un
“Chacho”, que a decir verdad y aunque nos duela, es casi como que “ya fue”, porque
el que llegue deberá trabajar mucho para darle a este plantel, que también debe
estar más inquieto y ansioso que nosotros por el tema, la dinámica y el
convencimiento perdido, con el agregado de que seguramente para hacer frente a
los nuevos compromisos, posiblemente exigirá que se vayan algunos y que lleguen
otros.
Hasta pronto.
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