Era un partido donde a priori Racing debía ganarlo por la diferencia de categoría
entre los dos equipos, aunque existía un riesgo que podía afectar anímicamente
al perdedor, mucho más si el que salía derrotado es el que jugaba con jugadores
de mayor jerarquía.
Pero Racing debía hacer jugar al equipo, que presumo será el que enfrente
al Puebla el 3 de febrero, asumiendo las contingencias que un resultado adverso
le podía afectar, sabiendo que, a nosotros los hinchas, nos cuesta digerir eso
de que estos partidos, son de preparación y que no importa tanto si se gana, se
empata o se pierde.
Respecto del partido que tuvo más momentos buenos vi un Racing con bastante
buen juego hasta los 20 minutos del primer tiempo que tuvo a maltraer a la defensa
boquense y donde convirtió dos goles (Milito y Acuña) mientras Bou estrelló una
pelota en el travesaño, después bajó su presión y allí se pudo observar cierta desarticulación
en defensa por los espacios que había entre la última línea y el lento regreso
de los volantes, lo que le permitieron a Boca acercarse al área racinguista, aunque
buscando solo con algún tiro desde fuera del área a los que Ibáñez respondió de
buena forma.
En el segundo tiempo y cuando nadie lo esperaba un mal fallo de Delfino le dio
a Boca un penal y la posibilidad de descontar, que fue después de la atajada de
Ibáñez, lo que desorientó un poco a Racing y a los pocos minutos una
distracción de la defensa le permitió a Chavez lograr el empate.
Allí Racing pareció despertar y rápidamente logró la tercera conquista con
otro penal que solo Delfino vio ( aunque debió de otorgar el gol con que terminó
esa misma jugada) y que Bou, picándola, convirtió
en gol.
Bou comenzó a hacer estragos sobre la derecha y aunque en la primera parte
los hizo de buena manera desbordando por izquierda, en la segunda brilló de
forma determinante y después de una jugada monumental sobre la derecha con dos
caños incluidos, le convierten un justificado penal que concretó en gol.
Esto marca que cuando Bou está tranquilo mentalmente, se enchufa totalmente
y es un jugador irreemplazable para la ofensiva de Racing, por lo que el rápido
arreglo de su problema es una buena señal para los hinchas.
En general el equipo respondió correctamente y además de Bou para mí
sobresalió Ibáñez a quien vi más seguro, más confiado, incluso para rechazar
con los puños, también lo hizo muy bien Sánchez, lo mismo que Vizmara, que
parece que nunca llega pero siempre lo hace, quien además cuenta con una
serenidad y buen pase, Acuña que sigue creciendo y que Sava lo hizo jugar sin posición
fija, rompiendo líneas, lo que desorientó a la defensa boquense como en la
jugada de su gol y la que pegó en el travesaño y por último me alegró ver a un
Milito más entero y más rápido como en el gol.
Tengo la sensación de que Sava pretende volantes con juego que pasen rápido
al ataque pero que también regresen a colaborar en la recuperación y me parece
que para lograr eso, uno de los tres volantes (Cerro, Vizmara o Aued ) deberá
salir del equipo para darle paso a otro que tenga más juego y más velocidad
para acompañar a Acuña ( llámese Romero, Camacho o si viene, el Pulpo Gonzalez)
También entiendo que si Sava busca presionar con los volantes y los
delanteros, la línea de cuatro no se puede quedar pegada al área grande, situación
que le daría espacios a los rivales a la espalda de los volantes, como pasó
ayer.
Será un proceso largo, pero el “Colorado” no tiene mucho tiempo para aceitar
ese sistema, ya que en menos de 15 días hay que jugar ante el Puebla, por eso camino a México, Racing puso primera y quizás para tener un buen andar y llegar sin muchas complicaciones, no
haya que tocar tanto el motor que hasta ahora vino funcionando bien, por lo menos hasta asegurarse pasar a la zona de
grupos en la Libertadores.
Hasta pronto.
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