Algo está pasando con los primeros tiempos de Racing,
donde el equipo parece lento, como “pinchado” o relajado.
No es que no busca, pero comienza a hacerlo de una
forma que muestra una suerte de falta de ritmo, de intensidad y entonces se
distrae, deja espacios, los que hoy aprovechó muy bien Tachira, quien con
muchos volantes y con toques precisos fundamentalmente a través de Meza, quien
convirtió un buen gol, aprovechando la floja actuación la dupla central académica,
que en esa primera parte no daba pie con bola.
A todo esto se
sumaban las malas actuaciones de Camacho y Romero, quienes no influían en el
partido mientras que Milito ( se ve que la rodilla lo tiene mal ) y Bou prácticamente
no tuvieran posibilidades, salvo el disparo de este último que pega en el palo
al final del primer tiempo.
Para colmo de males, al comienzo de la segunda
parte, nuevamente Meza vuelve a marcar dejando al desnudo las falencias del
triángulo que conformaban Sánchez, Alvarado y Videla.
Un golpe casi letal para todos los hinchas, que por
suerte pareció haber despertado a Cocca, quien introduce los cambios lógicos y
cantados. Primero Brian Fernández por Romero y diez minutos después Acuña por
Camacho.
Todo eso sumado a que el DT de Tachira cambia a Meza, su mejor jugador.
Y fue Fernández el que le pone “pimienta” al insulso
juego que hasta allí venía mostrando Racing, quien es cierto que desde ese momento
arrincona al equipo venezolano quien prácticamente ya no cruzó más la mitad de
cancha.
Cambió todo. Mejoró increíblemente Alvarado tanto en
defensa como interviniendo en las jugadas de gol.
Pillud y Grimi ya eran wines y “Pancho” Cerro fue
esta vez el motor de esa mitad de cancha, y fue así como Alvarado mete una
pelota cruzada a Bou sobre la izquierda quien domina y la mete paralela al arco
para que Milito la empuje.
Descuento y envión anímico que le da fuerzas a un Racing
que ya dominaba el juego por completo y unos minutos más tarde Fernández rompe
el travesaño con un pelotazo tremendo.
Estaba al caer. Tachira ya no era el del primer
tiempo. Racing tampoco.
Este era otro equipo. Con otras ganas.
Y a los 70 minutos, de un corner desde la derecha que
ejecuta Acuña, llega el segundo cuando Alvarado ( otra vez ) cabecea, recibe
Bou sobre la izquierda y define contra ese primer palo.
Y revitalizado por esta levantada, Racing quería más
y nuevamente en los pies de Alvarado comienza la jugada que finaliza en Fernández
con una pisada y un remate de izquierda que se le escurre de entre las manos al
arquero y se mete en el arco.
En 30 minutos Racing hizo lo que debió realizar en
el primer tiempo, pero esto es un llamado de atención para todo el cuerpo
técnico y para los jugadores, que los partidos de Copa se juegan con todo.
Esto no quiere decir que se abandone el intento de
jugar bien, ni la idea que tiene incorporada el equipo, pero está pasando algo
con esa cierta “pasmosa” tranquilidad con que comienza algunos partidos pero
que los hinchas nos trasmite una real “intranquilidad”.
Pareciera que el equipo sufre el desequilibrio del “Jet Lag” (descompensación horaria) y su reloj interno no lo despierta a
tiempo.
Porque hoy fue Tachira, pero desde ahora si se
duerme y le convierten como hoy, va a ser muchísimo más difícil poder revertir
ese resultado, porque los equipos serán mucho más de cuidado.
Por último, me queda la sensación de que por ahora
Racing se siente incómodo jugando con enganche y pienso que como Romero no demuestra
estar todavía en condiciones de ser el conductor del equipo, por lo menos en la
Copa Libertadores, no se debería mover del esquema que le dio resultado en el
torneo anterior y que creo que es el más le sienta a este plantel.
En el campeonato local, posiblemente se pueda ir
dándole la confianza a Romero para que llegue a consolidarse en esa posición y
asuma el rol de conductor.
Hasta pronto.
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