Entre la apariencia y la verdad.
El tiempo siempre ubica las cosas en su lugar.
Una vez más queda expuesto que este equipo aparenta una cosa pero representa otra.
Una cosa es el continente y otra cosa el contenido.
No hace falta volver a repasar las campañas anteriores y sigo insistiendo que siempre me llamó la atención que este cuerpo técnico no tuviera un diagnostico exacto de lo que este grupo de jugadores puede dar para desde allí determinar cual es el sistema o la táctica a utilizar.
A veces insistir con un sistema del gusto de quien está cargo sin aceptar que hacerlo mostrará grietas, muestra la tozudez humana y quedará expuesto en cada partido lo que indefectiblemente lo llevará a una cadena de derrotas para finalizar como parece ser lo hará hoy después de esta derrota ante Independiente.
Esto solo no trae un gran decaimiento anímico sino que reaviva viejas heridas internas en un plantel que desde hace mucho tiempo anda a la deriva con el agravante de contaminar a jugadores que hace poco se han incorporado y que asomaban como la nueva fuerza que podía ir cambiando el panorama para el futuro.
Este partido que mostró al mismo Racing que venimos viendo hace unas fechas donde ha desaparecido totalmente el juego salvo en esporádicas ocasiones donde interviene Gío Moreno -que vive permanentemente entre aciertos y errores – ya que los demás se dedicaron todo el partido a chocar o a tirar pelotazos sin ton ni son.
Un partido que comenzó ganando pero como no podía sostener la pelota era lógico que nos metiéramos cada vez más atrás lo que sumado a los errores de la última línea hacía presagiar que en algún momento nos iban a empatar.
Pelletieri y algo Zuculini hicieron lo posible por sostener el embate del rojo pero los desbordes por los costados eran interminables.
Empate de Parra que viene de un foul inocente de Aveldaño quien después habilita a dicho jugador, después casi gol de Hauche y por fin a las duchas.
Segundo tiempo, penal inexistente y llamativa expulsión de Zuculini lo que se tradujo en el principio del fin del partido, agravado por la expulsión de Teo ( y van…) que no tiene sentido sabiendo que ya eran diez.
Derrumbe final y debacle total, que parece siguió en el vestuario.
Racing se debate desde hace mucho tiempo entre la apariencia y la verdad de lo que este plantel puede entregar y esto ha hecho despertar a todos de ese sueño irreal para entender que hoy ya hay que preocuparse por la promoción ( ganó All Boys y posiblemente lo haga San Lorenzo ) pero especialmente sus directivos deberán esforzarse al máximo y ser muy coherentes para elegir que camino seguir para no volver a equivocarse porque estamos en caída libre.
Hasta pronto.
sábado, 14 de abril de 2012
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