domingo, 6 de octubre de 2024

El Racing de “cabotaje” bajó los brazos.

Racing juega el torneo local con la cabeza en la sudamericana, estado que refleja a través de sus bajas respuestas en lo físico y en lo mental.

Y en un partido donde lo único que servía era ganar, este Racing de Costas volvió a mostrarse sin ideas y sin la necesaria ambición para ir en busca del triunfo, porque a sabiendas de que la única estrategia que tiene el equipo es buscar a sus delanteros con lanzamientos largos, ayer, al igual que viene pasando bastante seguido en este segundo semestre, este recurso volvió a fracasar y el equipo continúa sin generar situaciones de gol lo que se refleja en los pocos tantos que tiene a su favor y en haber ganado solo uno de los últimos seis encuentros.

Obviamente que estar próximo a jugar semifinales en un torneo internacional debe ocupar la cabeza de todo el plantel, pero eso no debería ser motivo para dejar de lado el torneo argentino y la posibilidad de prenderse en la tabla anual para clasificar a la Libertadores.

Lo de ayer ante Vélez dejó mucho que desear, aun aceptando que tuvo dos bajas importantes (Quirós y Di Cesare), porque en ese partido definitorio dio toda la sensación de que en lugar de buscar el triunfo, Racing jugó más a ver que hacía el local, lo que se apreció más claramente en el segundo tiempo cuando por Di Cesare, entró Zuculini y envió a Sosa a la línea de fondo, modificación que a mi modo de ver le agregó un nuevo problema a un medio campo, al que ya le venía costando contener a los volantes rivales, pero eso no fue todo porque a los nueve minutos realiza un cambio a priori inentendible, como el de Urzi por JuanFer, al que le sumó los de Solari y Salas por Almendra y Maravilla” Martinez, una señal inequívoca de que Costas se aferraba a un empate, hasta ese momento milagroso gracias a Arias y además a su palo derecho, que nos salvó de un tiro libre de Aquino.

Además en esa segunda etapa no se pateó al arco (el único remate importante fue de Martirena) y lo que tenía que pasar pasó faltando cinco minutos, en una jugada donde Aquino envía un centro al área y por detrás de un Colombo que hipnotizado por la pelota se olvidó de Romero, quien a su espalda la cruza de cabeza al primer palo y convierte el gol que confirma a Vélez primero y que marca el final de un equipo que sin ideas, sin rebeldía y sin fuerza interior parece decirnos que el Racing de “cabotaje” bajó los brazos, dejándonos como única esperanza el otro, el que compite internacionalmente.

Respecto a Costas, a quien como hincha de Racing respeto profundamente, me preocupa cuando al final del encuentro declara entre otras cosas que “había chicos que no estaban al 100%”, algo que se debió mejorar desde hace unos meses porque en el  aspecto de reacción y velocidad casi siempre se los ve en desventaja física ante los rivales o cuando expresa “ahora hay que sumar de a tres”, frase que suena como tardía, porque hace tiempo que sus jugadores abandonaron mentalmente la lucha por el torneo local y recuperar el aspecto emocional a esta altura es muy difícil.

Ahora el plantel y el cuerpo técnico tienen dos semanas para encontrar coincidencias y soluciones sobre lo que vendrá, por lo que me imagino que frente a Defensa y Justicia Costas pondrá un equipo suplente, ya que a los cuatro días, Racing juega en Brasil su primer encuentro frente a Corinthians y en ese contexto se me ocurre pensar que no estaría mal que arme un equipo con jugadores no titulares, donde podría tener lugar el chico Matías Acevedo y durante estos quince días los haga practicar juntos para que sea el once que juegue en el torneo local, partidos donde hay que seguir buscando el triunfo, por lo menos para ver si se arrima en la tabla anual.

Gustavo Costas y los jugadores dicen estar comprometidos, por lo que como hincha espero que sepan responder a las exigencias del escudo, sabiendo que están muy cerca de lograr para el club una nueva copa internacional.

Hasta pronto.

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