Es cierto que Racing tiene como un “karma” con esta copa, pero me cuesta ser racional después de una nueva decepción, que lo llevó en menos de un mes a abandonar la lucha en tres de los cuatro objetivos previstos.
Y ya sabemos que el motivo principal por lo cual no
pudo acceder a la final de la copa de la Liga, a octavos en la Sudamericana
y a cuartos en la Copa Argentina es la falta de gol, no porque no genera
situaciones, sino porque sus jugadores muchas de ellas no las concretan por deficiencias
técnicas.
Pero a eso le sumaría cierto
relajo, que podríamos llamar “subestimación” frente a River de Uruguay (con dos
resultados a favor) y en forma más acentuada frente Agropecuario (con ventaja
en el marcador), postura que los distrae y los desconcentra, lo que los llevó a perder dichos
partidos.
El de anoche frente a Agropecuario desnudó aún
más a este equipo que se lo veía jugando un partido clave con una
liviandad que parecía más de compromiso y sin un líder que los sacara de ese letargo terminar sufriendo las consecuencias del mismo, las que mostraron en el final (creo que por primera vez), a un Gago nervioso y hasta desencajado,
quizás porque su Racing, sigue dando ventajas en defensa con errores y/o distracciones
gravísimas, como las que tuvieron en los cinco minutos finales de esa primera
etapa, donde dos pelotazos le dieron la posibilidad al delantero Blando de
enfrentar mano a mano a Gómez y derrotarlo.
Un primer tiempo, que no solo debió jugarse con
Copetti adentro, sino también con la concentración, las ganas y la intensidad que
pusieron en el segundo, dado que este era el partido para no guardarse nada,
para poner todo, para ganar, porque la Copa no da revancha ni tiempo para reponerse, como si lo hace el torneo local.
Es cierto que Gago logró darle a este plantel a
través de su idea y su convicción, un juego que ilusionó, pero al no poder triunfar
en enfrentamientos que eran decididamente favorables, como lo fueron estos dos partidos
(Sudamericana y Copa Argentina), esa ilusión se fue diluyendo después de los pasos
en falso que dio el equipo, lo que seguramente llevará al técnico a replantearse
algunas cuestiones tácticas y técnicas.
Pero ya no convencen las palabras y la grandeza de Racing exige respuestas superadoras,
de Gago con el equipo en el campo de juego y de la Comisión Directiva en su
gestión de incorporar jugadores con la suficiente jerarquía para aportarle al
plantel, la solidez y la fortaleza necesaria para lograr el último objetivo en
juego de este año.
Hasta pronto.
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