Ya no estará Lisandro López y Racing pierde a su líder genuino, racinguista puro de origen , con el agravante de que esta vez no hay reemplazo natural como pasó en el 2016, cuando se retiró Diego Milito y él tomó la posta.
Y al perder a Lisandro, el plantel se queda sin el líder
auténtico, transparente desde sus palabras hasta su accionar en la cancha y en
el vestuario, donde como capitán de tormentas se puso siempre al frente de sus
compañeros, ausencia que deja un reto para los referentes que quedan, los que
deberán asumir ese rol de liderazgo, para llevar al grupo por el camino
indicado, hasta que retorne algún jugador que además de la jerarquía tenga raíces
y un amor auténtico por Racing.
Ayer sin dudas fue un día de fuertes emociones para los hinchas de Racing y la mayor se centró en el minuto 15 cuando se homenajeó a Lisandro (que salió lesionado) diciéndole adiós y gracias por todo a través de la inolvidable ovación de su nombre, un regalo del hincha para un ejemplo de jugador de futbol, por su jerarquía, por su entrega y por su profundo amor racinguista, a la que sobre el final se sumó la de Darío Cvitanich, alguien que entró rápidamente en el corazón del hincha por su calidad de jugador y de persona, quien se mostró muy conmovido y a través de sus sinceras lágrimas, dejó ver su hondo sentimiento por nuestros colores.
Respecto del encuentro solo quiero decir que a
través de un nervioso y angustiado trámite, Racing pudo clasificar a la Copa
Sudamericana, partido del que podríamos rescatar los dos goles de Correa, (sobre
todo el segundo por su construcción y definición) quien seguramente jugó su
mejor partido, pero después fue realmente alarmante lo que se hizo para
defender el resultado, con situaciones que dejaron expuestos a muchos jugadores
que sin reacción alguna, parecían conos de entrenamiento ante un Godoy Cruz que
con uno menos lo dominaba a placer.
Por eso esta clasificación, más milagrosa que respaldada
por el buen rendimiento, de ninguna manera puede ocultar el deficiente año futbolístico
que mostró el equipo, donde su rendimiento fue de flojo a pésimo.
El
gran desafío para el próximo año será armar un
equipo competitivo, con el serio inconveniente de que debe hacerlo partiendo de
un plantel donde, la mayoría de sus jugadores, no han demostrado tener el nivel
ni la jerarquía adecuada para representar a un grande como Racing, que debe aspirar
a ganar todo lo que compita.
Será una ardua tarea para los responsables de la CD, que deben superarse en la elección de los refuerzos y para Gago, que debe cuestionarse una propuesta que por el momento solo está respaldada por sus palabras, pero no por los hechos, ya que no ha podido dar ninguna muestra positiva de haber encontrado el rumbo que lo lleve a un mejor juego y a mejores resultados.
Gracias por todo Lisandro, por tu entrega, por tu llanto, por tu alegría, por tu dolor y por tu pasión, porque son los mismos sentimientos que yo siento por Racing, los mismos que seguramente sienten todos los hinchas.
De mi parte presiento que Lisandro y Milito van a volver para ayudar a que Racing sea un grande verdad.
Hasta pronto.
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