Anoche Racing volvía a enfrentar al último campeón y si bien en El Cilindro mereció ganar el partido pero el VAR lo impidió, ahora en el Maracaná, Flamengo seguramente iba a querer mostrar todo su poderío.
Y fue así, porque el local se adueñó rápidamente del
trámite, con el buen juego de sus volantes Arao y Gerson, la subida de Isla y
los movimientos de Bruno Herique y Vitinho, a quienes Miranda, Rojas, Reniero y
Fértoli no podían contener e incluso obligaban a Lisandro López a bajar a
colaborar.
De alguna manera era un poco lo esperado, por lo que
no fue sorpresa que los dos laterales no pasaran la mitad de cancha, buscando cerrarle
los caminos a Flamengo para hacer un partido más trabado.
Pero el juego de toque y circulación más la presión alta
que imponía Flamengo llevó a Racing a cometer algunos errores que le dieron a los
brasileños, claras situaciones de gol, que no concretaron por la gran respuesta
de un Gabriel Arias siempre atento y confiado.
Racing peleaba el partido, pero no podía sostener la pelota, lo que llevaba a los
volantes y delanteros a un mayor desgaste físico, con un “Licha” López que era
maltratado cada vez que podía tener la pelota en su poder, como la fuerte infracción
de Rodrigo Caio a Fértoli, que fue castigado con una amarilla.
El cambio de Alcaraz por Reniero faltando 3 minutos
para el final del primer tiempo llamó la atención, pero supongo que habrá sido
por algún problema físico.
Pensé que Beccacece iba a modificar el medio campo
porque era como imposible seguir jugando de esa manera, pero Racing volvió tal cual
había terminado la primera etapa.
Y a los pocos minutos Arias desvía una pelota sobre
su palo izquierdo y posteriormente lo que ya lo iba convirtiendo en figura, lo
que llevo a Beccacece a enviar a Montoya a la cancha por Fértoli, un cambio que
le podía dar aire a un ahogado medio campo a través de un jugador que venía de cumplir una muy buena
tarea frente a Unión y que además tenía ritmo de partidos.
Flamengo era dueño y señor del encuentro y a Racing
le costaba llegar al arco rival, pero Caio vuelve a golpear nuevamente a Licha
y se gana la expulsión por doble amarilla, otorgándole un tiro libre a la
Academia que iba a tener sus consecuencias.
El lanzamiento buscando a “Licha” a espaldas de los
defensores obligo al defensor defensor Gustavo Henrique a cerrarlo y a despejar
corto para que Sigali que acompañaba la jugada la empuje al gol.
Racing lograba lo que parecía imposible, el gol que a
partir de ese momento le daba el pase a cuartos y complicaba a un Flamengo con 10 jugadores.
Pero Flamengo enviaba a la cancha a jugadores más
ofensivos y Orban que podria haber eforzado la defensa debe entrar por Neri Domínguez
lesionado.
Los nervios y la lógica ansiedad no le permitían a
Racing hacer valer el hombre de más y defendía cada vez más cerca de su área,
haciendo de Gabriel Arias con sus brillantes intervenciones un arquero prácticamente
imbatible y la figura indiscutible del partido, con una actuación que no se le veía
desde hace mucho tiempo.
Parecía que todo estaba por concretarse pero en el
descuento, otro error, ahora de Mena, quien por cruzar una pelota que debía jugar paralela a
Lisandro, genera un tiro de esquina para el local y de su ejecución llega el
empate en la cabeza de Arao.
La bronca le dio paso a los nervios, porque si bien los
hinchas entendíamos y reconocíamos que este equipo no perdió ninguno de los dos
partidos frente a uno de los mejores de América y último Campeón de la Libertadores,
se nos había escapado el pase a cuartos por un par de minutos.
Y ahora llegaba el final definitivo con el “partido de los penales”, que no tiene que ver nada con el principal y más complicado aún , porque Arias debía enfrentar a grandes jugadores y los ejecutantes académicos (que incluía a dos juveniles) debían hacerlo frente a Alves, un arquero que según dicen es el mejor atajador de penales del mundo.
Pero gracias a la templanza, la personalidad y la categoría que en esta instancia exhibieron tanto Arias a través de su tranquilidad y su gran atajada, como “Licha”, Rojas, Sigali, y los juveniles Alcaraz, el atrevido de la sonrisa burlona y Fabricio Domínguez, haciéndose cargo del más difícil porque definía la serie, con sus impecables ejecuciones Racing ganó el “partido de los penales” y la emoción no tuvo límites, porque mientras todos los hinchas buscábamos "gritar" el triunfo a través de las redes, veíamos el abrazo gigante entre el plantel y el cuerpo técnico, una imagen de unión que seguramente dará sus frutos en el futuro.
Racing pudo así, subir los dos primeros escalones de
la serie de siete, los más trabajosos, pero al mismo tiempo, los que ahora le permiten tomar un gran
impulso, que hay que saber aprovechar en los cinco que faltan, para finalmente llegar a encontrarse con la
gloria.
Hasta pronto.
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