Atado por sus nervios Racing nunca pudo liberarse de esas ataduras, para soltarse
y así encontrar su libertad mental, pero no pudo ser, siguió lleno de imprecisiones,
similares a las que ya venía mostrando, señal inequívoca de que a pesar de las
ganas, continúa como aturdido, confundido y con un bajo nivel de autoestima, lo
que me lleva a pensar que para este equipo será una gran odisea llegar al triunfo.
Racing
ejerció un dominio casi sin esfuerzo, porque Libertad nunca quiso la pelota, quizás especulando con que la Academia, no cuenta con jugadores que puedan ubicar pases entre
líneas o generar juego asociado, por lo que se preocupó más por custodiar a los
dos únicos que podían cambiar la ecuación que eran “Licha” y Lautaro.
Y
así fue que vimos pasar la pelota, la mayoría del partido, por todos los
hombres de la defensa académica y su volante central, para después intentar
algún desborde por los costados, ya que por el medio era imposible, pero todo
era muy lento, sin sorpresas y se vislumbraba
que al equipo rival, no se le iba a generar alguna situación de gol clara.
En algunos momentos daba la sensación de cierta reacción, pero nunca pudo sostenerla
con asiduidad, solo eran mini frecuencias esporádicas y entonces con el correr
de los minutos ese juego intrascendente se iba convirtiendo en algo tedioso,
donde sobresalía la torpeza, que llevó al equipo a tirar centros imprecisos en
lugar de jugar por abajo, facilitando el trabajo de los expertos defensores
paragüayos, campeones mundiales del cabezazo y prácticamente inexpugnables de
alto durante todo el partido.
Hubo algunas que pudieron ser, pero siempre aparecía un defensor rival para
tapar el disparo o el arquero que respondió bien, así y todo Lautaro estuvo
presente en todas las situaciones que podían por lo menos llevar a Racing al
empate, un tiro en el travesaño, el penal no cobrado y la más clara e
increíble para un delantero casi infalible, que fue cuando Lisandro López, en
su intervención más importante, con un toque brillante lo deja solo frente al
arquero, pero su disparo pega en el palo y se pierde afuera.
A Racing, no le salió "ni el tiro del final…” así que nada
cambió, todo sigue pero peor, porque ahora hay que remontar esta desilusión que
genera el quedarnos fuera de una Sudamericana, con un plantel que fue perdiendo
relevancia partido a partido, sin nunca dar muestra de que en algún momento va
a jugar más o menos bien.
Pienso que Musso y Barbieri estuvieron correctos y Arévalo levantó su nivel,
aunque no puede ser él el que más tenga la pelota, pero Lautaro e Ibargüen
fueron los mejores, dos jugadores que en este presente, no pueden salir del
equipo, el resto por decir algo, apenas discreto.
Finalmente no fue ni el punto de partida para una nueva etapa, ni el punto
final para Diego Cocca, quien esgrimió más de una vez como defensa, la cantidad
de veces que Racing participó en copas internacionales en los últimos años, lo
que tiene cierto mérito, pero Racing es un grande y para un grande, una cosa es
participar y otra cosa es poder jugar una final en alguno de ellos, algo que
por ahora es materia pendiente.
Hasta pronto.
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