La deuda pendiente se pagó y de bastante buena manera.
Esta vez y de local Racing nos dio una satisfacción a los hinchas, mostrando
una imagen distinta a la de los anteriores encuentros en el Cilindro.
Esta vez pudimos ver a un mejorado Romero y a un “buscador” Bou con otro
ánimo, con otro compromiso, lo que le hizo muy bien al equipo.
Desde atrás donde Orión, que estuvo seguro en las pocas que le tocó
intervenir, le destaco que exhibe una llamativa tranquilidad, que transmite a
la línea de fondo.
De allí también nace esa recuperada solidez en el fondo, a la que se le
puede observar mayor confianza y donde Ortiz volvió a tener un buen trabajo, lo
que por ahora parece dejar afuera al “Chino” Vittor, que también venía
haciéndolo bien y junto a Sánchez, parecen haber conformado una buena dupla.
Grimi y Pillud se sintieron más cómodos, especialmente este último, quien
levanto su nivel.
El “Pulpo” González y el Luly Aued, estuvieron mejor acoplados en sus
movimientos y sus cambios de roles, porque como decíamos, Romero dijo presente
y estuvo más activo, mientra que Acuña, si bien no tuvo la brillantez del
partido anterior, no deja de estar siempre en un excelente nivel, lástima su
lesión que ojalá no sea grave.
Y adelante Lisandro.
Que se puede decir de él que no sea con admiración.
Su jerarquía, su entrega, sus definiciones, todo lo que un jugador de elite
tiene en su repertorio, esta vez más acompañado por Gustavo Bou, que cuando se
tranquiliza produce un desborde en donde su centro final a donde Lisandro
parecía esperarlo, para que el “Licha” convierta un gol ¡ESPECTACULAR! para gritarlo
y gritarlo a lo loco.
Pero “La Pantera” en algunos instantes pareciera que se “ciega”
en la búsqueda del gol que no llega y se muestra contrariado con él mismo,
aunque todos sus compañeros lo buscan para que suceda, pero está empecinado en
volver a ser aquel que vivía ovacionado, y eso es bueno.
Buena aparición de Rosales, alguien que cada vez que le toca entrar deja un
halo de buenas condiciones, como la que demostró en el gol donde con notable
frialdad se saca de encima al arquero y define con certeza.
En síntesis, este presente nos
permite soñar con un futuro mejor, porque va apareciendo un equipo y una
idea de juego, que presiona arriba de entrada, que cuando ataca es casi letal y
siempre parece que el gol está al caer, aunque por momentos es como que no se
preocupa demasiado por “manejar” el partido.
Pero quizás todo eso pase más que nada por la confianza que llega con los
triunfos y con el tiempo, algo que Zielinski entiende y así lo expresa en su
forma de plantear los partidos.
Hasta ahora un ciclo exitoso en resultados, que esperemos pueda consolidarse
pasando a cuartos en la Copa Argentina, quizás la primera prueba de fuego real
para el “Ruso”.
Hasta pronto.
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