Racing no venía muy bien, pero hoy presencié uno de los partidos más flojos del equipo, porque en ningún momento fue un dominador absoluto del encuentro y porque nunca pudo imponer su impronta, su juego, un juego que en realidad no venimos viendo.
Porque los goles, que tuvieron dos definiciones excelentes, la de Romerito
extraordinaria, no pudieron tapar el mal desempeño, fundamentalmente en su
medio campo, donde los jugadores de San Martín presionaron y dominaron en
muchos pasajes del partido.
En la segunda etapa se veían venir los goles del rival, porque cuando los
sanjuaninos se adelantaron pudieron
observarse las falencias de Racing, especialmente por el lado de Pillud, que
sufre a horrores la falta de un volante por derecha, pero también por lo libre
que recibían los rivales a espaldas de Cerro y Aued y lamentablemente llegaron
los empates junto a algunas otras situaciones que dejaron ver cierta
desorientación en las marcas.
Nunca como hincha estuve tranquilo de que el partido se ganaba, siempre
tuve una sensación inversa, porque eso es lo que mostraba Racing.
No sé si habrá sido la relajación de la tensión a la cual los llevó el
partido definitorio contra Puebla, o el trajín de los viajes, pero el equipo no
está bien, con un Acuña que no pesó en casi todo el trámite, lo mismo que De
Paul, que no impuso su calidad y no entendí su posición tan fija, casi sin entrar
en el partido.
Pero lo que más me preocupa es que no se lo ve compacto y muestra cierta
inseguridad en lo que desarrolla, es decir, no juega con la convicción que
mostraba el último campeón, ni tampoco a lo que impuso Sava en su equipo
anterior, que todos imaginábamos íbamos a observar en nuestro Racing actual.
No hablo de actitud, ni de entrega, si digo que no es ni el Racing de Cocca, ni el Quilmes de Sava, lo que queda por
momentos de lado cuando aparece el fenómeno Bou, el desequilibrante Romero o como
hoy, buenos momentos de Lisandro López.
Las transiciones son difíciles y llevan tiempo, pero ahora vienen dos
encuentros que nos van a marcar para que estamos, por lo que anhelo
fervientemente que Sava pueda encontrar las causas de este presente no tan
firme.
Hasta pronto.
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