Volver a ganarle a Boca, siempre es una satisfacción y más en una situación
donde era imperioso el triunfo, porque no habíamos arrancado bien en el torneo
local, pero por supuesto también sabíamos que era muy difícil creer que Racing iba
a hacer un partido como contra el Bolivar.
Nos guste o no, Boca es otra cosa y entonces Racing trató de encontrarle la
vuelta al partido con un sistema que trató de bloquearle los extremos para
llevar a los boquenses a un embudo.
Y el encuentro se hizo más peleado que jugado y aunque Boca tuvo más
tenencia de la pelota, nunca molestó seriamente a Ibañez, sobre todo en la
primera parte, aunque en honor a la verdad tampoco Racing generaba demasiado.
Creo que lo que pasaba es que este partido había que ganarlo “como sea” y la
cabeza estaba más ocupada –sobre todo después del gol tempranero- en como destruir
el juego de su rival, que liberarse y buscar jugar asociado.
Racing jugó más con la fuerza que con el toque y circulación y le salió
bien.
Dentro de ese juego donde nadie escatimó el esfuerzo y la entrega, hubo
jugadores que tuvieron muy buenos desempeños, como por ejemplo Lollo, que con una perfomance superlativa, fue el baluarte en una línea de fondo que prácticamente no tuvo errores
defensivos.
Después hubo un gran trabajo de Cerro y Aued, que se resintió altener que
ingresar Vizmara, pero no por el cambio, sino más por la diferencia de sus
características, por el ex Huracán no pudo encontrar ubicación casi nunca, aún
así lucho como un león.
Romero comenzó muy bien por la derecha, pero cuando pasó al medio fue quedando
como encerrado y su trabajo fue más de recuperación que de juego creativo
aunque una vez más demostró que se la “banca” bien y no le escapa al roce,
mientras Acuña fue importante como siempre por su desdoblamiento, tanto en
ataque como en defensa.
Y adelante a Milito nuevamente le toco lidiar con lo más duro, porque no
hubo juego asociado y entonces todo era lucha y desigualdad, mientras que Roger
que tampoco pudo entrar mucho en juego, tuvo un destello de calidad en la
definición de taco.
Después Bou, que me pareció inoportuno su ingreso por el conflicto que tuvo
esta semana con los dirigentes por su pase, lo que lo lleva a no estar mentalmente
compenetrado en el partido, porque cualquier ser humano que no está de acuerdo
con su jefe, patrón o dueño en su actividad , seguramente no cumple con
efectividad su tarea.
Admito que de cualquier manera le toco entrar en un momento donde Racing
cada vez jugaba más a defenderse y nunca pudo salir para él una pelota larga
bien puesta.
Después entró De Paul ( pensé que podía entrar Díaz para que Vizmara
pudiera ubicarse mejor en la zona central ) pero admito que le dio al equipo en
los últimos minutos esa pausa necesaria a través de su gambeta y su tenencia de
pelota.
Había que ganar… y se ganó.
Dejé para el final a Ibañez, quien me dio una gran sensación de tranquilidad y seguridad, por eso creo que si “el Chino” no está perfectamente bien, debería volver a atajar contra Boca en la Bombonera.
Un triunfo necesario, donde el equipo ratificó una vez más que cuando la unión hace la fuerza, el objetivo
se logra, entendiendo que si se
unen voluntades y pensamientos, se
fortalece el espíritu y el propósito buscado se consigue, aún no exhibiendo el
juego deseado, aunque nadie duda que este plantel está capacitado para hacerlo
de mejor manera.
Hasta pronto.
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