En una cancha
históricamente adversa, Racing enfrentaba a Tigre, un equipo que no había
ganado en este torneo y que aparecía como un rival más accesible.
Pero a veces se
convierten en los rivales más difíciles.
Quizás Racing se
aflojó mentalmente después de haberle ganado al Campeón de América pensando que todo
iba a ser más sencillo pero al recibir un par de goles se sorprende y queda sin respuestas.
Para este equipo
era un desafío reaccionar en un partido que iba perdiendo –como lo fue mucho tiempo para otros
planteles de la Academia- y por ahora, al igual que sus antecesores quedó en evidencia que no le será nada fácil
encontrar la fórmula para hacerlo.
Creo que hoy hubo
un jugador, sereno y de buen manejo del pase, a quien Cocca le dió toda la
responsabilidad para convertirse en pseudo conductor del equipo, que estuvo
totalmente impreciso.
Ese jugador fue
Acevedo, quien con sus pases inexactos, fue contagiando a todo el resto del equipo, porque siendo el
jugador a quien Cocca hoy adelantó en el campo para ser una especie de enlace,
me pareció que además de esas entregas equivocadas, se sintió incómodo porque
tampoco –por lo menos por ahora- es un
jugador que rompe líneas picando al vacío o apareciendo por sorpresa en el
área.
Evidentemente ahí
hay un problema.
Tengo la
sensación de que Aued sí llegaba más al área.
La falta de
enlace genera un inconveniente difícil de resolver para el técnico, porque por
momentos Racing se ve como previsible en sus movimientos y los delanteros
quedan muy aislados, fundamentalmente cuando no funcionan los laterales o los
volantes por afuera, que son la fórmula de llegada.
Videla terminó
desordenado, quizás por el mal funcionamiento de Acevedo. Tampoco funcionó
Acuña, quien entró en el roce al que lo llevó Tigre y terminó lesionado,
mientras que Díaz en pocas ocasiones ganó por su sector.
Castillón estuvo
muy desacertado y le rebotaban todas las pelotas, mientras Milito dentro de sus
posibilidades demostraba que tiene esa
lucidez que aventaja a sus compañeros del equipo, pero que no está para la
lucha en el área.
La defensa entró
en una confusión total con muy floja actuación de de Sanchez y de Grimi, sector
por donde Tigre hacía la diferencia, mientras Lollo fue de lo más rescatable y
Pillud alternó buenas y malas.
Saja no pudo
destacarse ya que en ninguno de los goles estuvo cerca de mostrar alguna
resistencia.
El equipo mejoró
con la entrada de Centurión, quien fue el único que pudo generar alguna jugada
de peligro con su característica de juego y en un equipo que no daba pie con
bola, pudo destacarse por encima del resto.
Racing perdió
claramente porque desde el comienzo lo ganó el virus de la imprecisión que afectó su sistema nervioso y que
terminó desarticulando a todo el equipo.
Y respetuosamente
digo, sin ánimo de desmerecer a este buen jugador que insinúa ser Acevedo, que
no entendí porque hoy Cocca lo deja en la cancha todo el partido.
Si la intención
es respaldarlo se puede consentir hasta cierto tiempo del partido, pero después
debe salir, sobre todo porque en el banco había jugadores que podían
reemplazarlo.
Entiendo
perfectamente que cuando todo sale mal y el rival te convierte cada vez que
llega, no hay muchas respuestas y enturbia la mente para tomar decisiones, pero
se podían haber intentado otros cambios para cambiar la ecuación, ya que hubo
muy bajos rendimientos.
Se me ocurre
haber hecho entrar a Aued por Acevedo y a Villar por Castillón, adelantando a
Centurión. De esa manera podríamos haber peleado mejor el medio campo.
Sé que es fácil
opinar desde afuera pero es lo que uno ve y transmite como hincha.
Hasta pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario