La semana
comenzó nerviosa para este Racing lleno de presiones, tanto por parte de los
jugadores como de Merlo, sumándole que todavía estábamos matemáticamente con
peligro de descender, aunque tenían que darse varios resultados para que esto
sucediera.
Pero el
martes comenzó a descomprimirse la situación con la renuncia de “Mostaza” –
quien aparentemente ante la decisión tomada por la CD de que no iba a continuar
siendo el técnico, decidió retirarse antes.
Aparentemente
dirigentes y jugadores se sacaron un peso de encima, pero esto dejó muy
expuesto a un plantel que no tiene defensa alguna, ya que el mal desempeño del
equipo no nace justamente con la llegada de Merlo, sino que comienza cuando se
le renueva a Zubeldía y que a partir de su salida, vaya a saber porque, ningún
técnico les comenzó a caer bien a la mayoría de los integrantes del plantel, incluido
nuestro respetado y querido “Mostaza”, quien mal o bien fue el que rescató a
Racing de un tobogán que parecía no tenía piso alguno.
La verdad
era que este sábado podía pasar cualquier cosa en el Cilindro, ya que toda la
descarga emocional de los hinchas caería sobre ellos y si además seguía en
juego la posibilidad de pelear el descenso, la presión que debían sostener los
que jugaban iba a resultar intolerable, con el agravante de que ante un
resultado adverso podía desencadenarse un problema más grave.
Pero el
viernes el triunfo de Olimpo ayudó a aliviar la situación ya que evidentemente
al perder Godoy Cruz, Racing salió de la lucha por el descenso y seguramente
eso provocó una disminución de la tensión, tanto en el plantel como también en
los hinchas, aunque a los jugadores no los eximía de culpa, sabiendo que el
sábado serían receptores de una sanción popular de parte de la hinchada.
Radaelli,
quien se hizo cargo interinamente, trató de darle otra fisonomía al equipo y
tuvo que improvisar algunas variantes incorporando más chicos, porque se
encontró con lesionados, suspendidos y con la venta de De Paul, quien sensatamente,
al estar Racing fuera de la pelea por el descenso, la CD no lo hizo jugar por haberse
oficializado el pase al Valencia de España,
Racing jugó
mejor que otros partidos e hizo los méritos para ganar, sobre todo en el
segundo tiempo que se adueño del encuentro, algo que no sucedía hace mucho,
pero le faltó decisión y claridad para lograr el triunfo.
Desde la
línea de fondo, donde se destacaron los dos centrales ( no se entiende como
Migliónico nunca pudo jugar 4 o 5 partidos seguidos en lugar de Cahais ), se
intentó salir desde abajo jugando la pelota al piso y sin mucho revoleo salvo
en momentos apremiantes, y por instantes se pudo ver una buena circulación del
balón que nacía en los volantes centrales con un Aued que realizó una buena
tarea (aunque lento tiene intenciones de tratar bien la pelota) .
Quizás si
hubiera estado De Paul, en lugar del “chico” Hauche hubiera habido un juego más
punzante junto al “atrevido” Roger Martinez , aunque Racing sigue necesitando
de Vietto,el jugador que sigue estando en deuda, más aún jugando como volante, donde
no tuvo peso, perdiendo varias pelotas en zonas que comprometían a sus
compañeros de defensa.
En
síntesis, el equipo ya sin mucha presión mejoró en su juego, pero era lógico que en el último partido en casa recibieran
al finalizar el partido un coro de silbidos como fría despedida, el veredicto
de una hinchada que no olvida ni perdona
la desastrosa campaña de la que fueron responsables.
Porque a
los hinchas nos cuesta digerir lo que hemos vivido durante esta temporada donde
todo fue muy confuso y donde dirigentes y jugadores han dejado como resultado
final, un manto de sospecha que todavía oculta vaya a saber cuantas cosas.
Hasta
pronto
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