Desorientado, despistado, confundido, desconcertado…
Cualquiera de estos sinónimos podría utilizarse para
calificar hoy al cuerpo técnico de este Racing que desconcierta partido tras
partido, cuando vemos que no termina de encontrar el equipo para afrontar los encuentros
hasta el final del torneo, a pesar de que ya redondeó al frente del mismo un
torneo completo.
Por supuesto que desde afuera es fácil opinar pero hay
señales que nos llevan a pensar que se encuentran confundidos porque no se
entienden demasiado los cambios en defensa y en el medio campo, después de un
tiempo prudencial para saber quienes deberían integrar tanto la línea de fondo
como la de volantes.
Hoy volvió a sorprender con Alvarado como marcador de punta
e Ibañez de volante por derecha, llevando a Saveljich nuevamente a marcador
central, pero la fragilidad que muestra el equipo es tal, que parecería que hay
ciertos jugadores conformados de hielo que se derriten fácilmente apenas se
enciende el juego, permitiendo que los rivales crucen las líneas finales del
equipo como si fueran charcos de agua.
Y en esta oportunidad Campi parece haber sido el pato de la boda, porque
respetuosamente digo “esta figura desgarbada y hasta a veces torpe” solo cumplía
con lo que le mandaba a hacer “Mostaza”, -entendiendo como premisa que todo
jugador acepta jugar en cualquier posición con tal de estar en el primer
equipo-, pagó en este encuentro con su salida, cuando son otros muchos los “culpables”
de que Racing se encuentre en la posición que está y que deberían haber dejado
de ser titulares hace rato, como Zuculini a quien realmente no se entiende que
le pasa ni con quien parece estar enojado, Ibañez, Cahais,etc., es decir una
larga lista de jugadores pero en la que también incluyo a Merlo, por ser el
responsable de la formación.
Pero como si fuera un chiste o
una burla del destino, Campi de alguna manera, finalizó rescatando del
desastre a quien lo dejó en el banco, cuando al entrar faltando pocos minutos para
finalizar el partido, consigue el tanto del empate final.
Por lo menos en este torneo, Racing juega cada partido sin convicción ni planteo
táctico claro, dejando todo a lo que salga o a la inspiración de algunos pocos
como De Paul, lo que marca un desentendimiento evidente entre el cuerpo técnico
y estos jugadores.
Lo de Verón jugando al trote y sin ser tomado por nadie -
obviamente con una gran capacidad de juego, pero como si estuviera en un picado
informal-, es un ejemplo de que se ha perdido la brújula desde afuera y por
ende desde adentro, que son los que reciben el mensaje.
Pero este plantel que enfrenta esta etapa deprimente y deberá salir a batallar en el sprint final y decisivo del torneo, necesita
de un orientador y conductor de equipo que transmita confianza con un mensaje claro
y realmente no se si Merlo está en condiciones anímicas de lograrlo, por lo que
así como Vélez fue su reencuentro con la gente de Rácing también puede ser su despedida.
Hasta pronto
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