Volver a empezar.
En el fútbol para todos Racing logró un triunfo para todos…los racinguistas.
Una victoria que lleva calma al plantel, al cuerpo técnico, a los directivos y a nosotros los hinchas.
En un estadio donde los nervios estaban de punta, Racing comenzó el partido con las falencias a las que nos tenía acostumbrado.
Con un sistema distinto al de Basile y más parecido a lo que Simeone planteaba - 3 atrás, 4 en el medio, 2 más adelantados y un punta-. Aveldaño, Cáceres y Cahais atrás, Toranzo al medio junto a Pelletieri y adelantando a Pillud y Litch a la mitad de cancha, más adelante Gío y Castro y de punta Santander.
Mucho pelotazo, pelotas perdidas y falta de juego –prácticamente no tuvimos opciones de gol- mostraron una imagen muy pobre del equipo, la cual no permitía avizorar ninguna posibilidad de gol ante un rival que se dedicaba a esperar y tratar de ensayar algún contraataque.
Primer tiempo aburrido y con esa pasividad que nos dejaba la sensación de que en cualquier momento un error podía brindarnos una nueva derrota.
Tímido, sin actitud y nervioso finalizó el mismo.
El segundo tiempo el equipo comenzó a jugar más corto tratando de presionar en todos los sectores con un leonino Pelletieri que contagiaba a sus compañeros y ante un San Martín de San Juan que ya no intentaba nada, Racing se fue acercando más al arco rival.
Llamativamente Santander, a quien pensé reemplazaría ya que en primer tiempo daba toda la sensación de que nunca había jugado al fútbol, comenzó a mejorar y a pesar de algunos graves errores de Pillud que permitían a los sanjuaninos recuperar por momentos la pelota los demás integrantes se movieron mucho mejor y se fueron creando algunas situaciones de peligro. Justamente es Pillud el primer reemplazado por Viola, quien a los pocos minutos es víctima de un foul por parte de Saavedra quien es expulsado. De allí en más el equipo se mostraba más ambicioso, con más actitud y dentro del lógico nerviosismo instalado en ellos y los hinchas intentó jugar un poco más. Zubeldía seguía arriesgando y manda a Fariña por Cahais y después a Caballero - jugador que finalmente le daría el triunfo a la Academia- por Toranzo. Una nueva expulsión facilitó aún más las cosas aunque en la situación del equipo la angustia nos seguía invadiendo hasta el pitazo final.
Acierto del técnico que priorizó el triunfo en todo momento no solo desde la idea sino también desde sus decisiones en los cambios.
La distensión acompañó a la gente y a los jugadores, quienes seguramente encontraron en ese instante la paz con uno mismo, aunque la síntesis de lo que vivimos hoy en Racing puede encerrarlo una de las estrofas de Volver a empezar de Alejandro Lerner “Yo seguiré adelante atravesando miedos, sabe Dios que nunca es tarde, para volver a empezar…”
Ojalá sea el inicio de una buena etapa para todos los racinguistas.
Hasta pronto.
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