domingo, 19 de septiembre de 2021

Los cambios de Úbeda le dieron vida a Talleres.

Quizás como pocas veces en el año, Racing en el segundo tiempo parecía haber encontrado una mejoría en su juego, nada extraordinario por cierto, pero comparado con lo que veníamos viendo, se notaba una superación.

Pero el técnico con los cambios de Lisandro López y Darío Cvitanich se encargó de desarmar lo que estaba funcionando bien, quizás con la idea de  “cuidarlos” para la Copa Argentina, pero lo único que logró fue dejar en evidencia que por lo que generan, siguen siendo superiores al resto y eso implica que no deberían salir nunca, salvo por lesión.

El partido comenzó bien negativo para Racing, con un golazo de Santos a los tres minutos y con la inexplicable  infracción  de Copetti cuatro minutos después que deja al equipo con un hombre menos, lo que le permitió a Talleres hacerse dueño total del partido a través de la tenencia del balón, pero lo que a “priori” indicaba que podía venirse una goleada, no lo fue tanto, ya que si bien merodeaba el área, Arias no sufría demasiado.

Después de la media hora el equipo pudo salir un poco de ese andar desordenado y en  un desborde de Fabricio Domínguez  sobre la derecha,  este es frenado con infracción por Fèrtoli, ganándose una segunda amarilla (la primera por infracción a Sigali),  que lo lleva a la expulsión.

Esta situación igualó el encuentro a favor de Racing en cantidad de jugadores y en lo anímico y un par de minutos después tambièn lo hizo en el resultado, cuando Cvitanich era derribado en el área por un agarrón de Dìaz, que derivó en un tiro penal que concretó en gol “Licha” Lopez.

En pocos minutos era todo comenzar de nuevo y eso pareció golpear negativamente a Talleres y positivamente a Racing, que en el segundo tiempo salió a buscarlo con más decisión.

Con el cambio de Martínez por Sigali -lesionado en uno de sus pies-  Racing quiso ser protagonista  a través de una mayor actitud y durante 20 minutos fue el dominador del partido, ante un Talleres que no hacía pie y se veía desbordado, con un par oportunidades que pudieron haberle dado un nuevo gol, como fueron el remate de Fabricio Domínguez que desvía Herrera y el cabezazo de Alcaraz que devuelve  el travesaño.

Por lo menos se veía más circulación de pelota y más llegadas que en los últimos cuatro partidos, lo que ya es mucho decir, con el gran trabajo de Moreno y los buenos rendimientos de Lisandro Lòpez y Cvitanich, quienes con su experiencia y calidad pudieron hacerse dueño de la pelota y hacer crecer el equipo, que además trataba de desbordar por afuera a través de Mena/Rojas y de Cáceres /Fabricio D., llevando a Talleres a refugiarse en su campo.

Pero esto duró hasta que fueron reemplazados Darío y “Licha”, salidas que no se entienden,  ya que a partir de ese momento la Academia le dio a Talleres la posibilidad de equiparar el partido

Y a partir de los cambios Racing comenzó a declinar, el de Alcaraz que reemplazó a Cvitanich,  lo llevó a Lisandro a jugar de punta y entrar menos en juego, para finalmente terminar reemplazado por un Correa que continua sin preocupar a las defensas rivales.

Despuès Fabricio D. es reemplazado por un Garré intrascendente, que sigue sin desbordar ni patear al arco, mientras Rojas le deja su lugar a un Chancalay, que ha bajado llamativamente  su nivel.

Respecto de Cáceres y de Mena, el primero sigue sin ser aquel chico que con su enjundia y fortaleza en sus subidas por el lateral superaba a sus rivales y pisaba el área y el “chueco” a mi manera de ver, debería  decidir mejor en los centros y/o asistencias en sus desbordes e incluso decidirse a rematar al arco cuando la situación dentro del área lo amerita, como pasó ayer y no lo hizo. 

Mientras Fabricio y Matías Rojas, estuvieron más activos que de costumbre sobre todo desde la actitud que se les reclamaba y desde los aciertos en los pases, quizás por hacerlo al lado de Lisandro y Cvitanich, quienes “obligan” a jugar bien.

Sin llegar a realizar una gran tarea la visita encontró el triunfo sobre el final, cuando Enzo Díaz, baja una pelota después de un fallido rechazo y su fuerte remate se clava junto al palo izquierdo de Arias, logrando el segundo y definitivo gol , que al igual que el primero fueron, como se dice habitualmente, de otro partido.

Desde mi punto de vista, los cambios de Úbeda le dieron vida a Talleres y el posible triunfo se convirtió en una dura derrota, que marca una realidad que nos golpea muy fuerte a todos los racinguistas,  porque ya con la casi segura despedida del torneo, a Racing le queda un único objetivo para lograr un título, la Copa Argentina.

Por eso el miércoles ante Godoy Cruz es a todo o nada.

Hasta pronto.

 

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