Este Racing quebrado mentalmente, partido a partido se viene entregando mansamente a su rival de turno y nos hace padecer en cada presentación, con el agravante de que esa fragilidad anímica ha contagiado a una defensa que no responde como lo venía haciendo y hasta Arias ha dejado de salvarnos.
Al igual
que un castillo de arena se desmorona lentamente y los goles que antes no llegaban,
ahora los recibe en cantidades, lo que nos retrotrae a un pasado que no
deseamos que vuelva.
Esto
quedó demostrado en la jugada del primer gol de Argentinos Juniors, donde desde
el inicio de la jugada la desatención total se adueñó del equipo, para que
Kalinski y Cabrera desde la mitad de
cancha y ante la mirada de todos, construyeran una jugada sencilla, que este
último, después de saludar a Martínez que se abrió como diciéndole “pase amigo”, termina fusilando a Arias.
Como si
fuera un partido de esos que solo hay que ir para cumplir, ya desde los dos
minutos Racing volvía a mostrar esa la
falta de concentración, de compromiso, y de rebeldía, que ratifica que la cosa
es más que preocupante.
Las
fallas son muchas y se vienen repitiendo, como por ejemplo la de seguir
insistiendo con un solo volante de recuperación, acompañado por volantes que no
generan nada de juego, pierden rápidamente la pelota y no ayudan a recuperarla,
contribuyendo a un desorden que lleva a cometer errores, por lo menos llamativos
en los cambios.
Desde mi punto de vista de hincha y con todo respeto, me voy a referir al cierto grado de confusión que vive el cuerpo técnico, que lo llevó a un alto grado de desesperación cuando decide hacer entrar a Viera (de la cuarta división, que leí jugó solo dos partidos en reserva) por Piatti (no por su salida), si por hacerlo en un equipo perdido futbolísticamente y en un partido que era un infierno, buscando quizás que resuelva lo que Racing no consigue hace mucho tiempo, cuando es sabido que a chicos como él, se lo hace debutar cuando se va ganando, cuando hay un buen funcionamiento o de última de entrada.
Las
declaraciones de Sigali y Miranda al finalizar el encuentro, no hacen otra cosa
que confirmar que hoy Racing es el
desconcierto en su máxima expresión, porque si bien coinciden que el cuerpo técnico trabaja mucho,
hacen hincapié en que no se encuentran los resultados porque no hay funcionamiento, en que no saben cuál es la solución
y en que hay que hacer una restructuración, es decir directa o indirectamente dejan
explícito que la actual conducción no le encuentra la vuelta al equipo y no
tiene claro que camino hay que seguir para salir de esta situación agobiante, lo
que me lleva a pensar que, si no se tocó fondo, lo peor está por venir.
Nada parece funcionar, ni adentro ni afuera del
campo de juego, por lo que a veces jugadores y cuerpo técnico deben sincerarse
y decirse lo que sienten, aunque duela, ya que la sensación es que todos ellos se
encuentran en un tobogán y en una vertiginosa caída a la cual, no saben como ponerle
freno.
Es
cierto que en este complicado cuadro de situación, si no se dan algunos resultados
positivos, Úbeda aguante como técnico, pero lo real es que a la vista parece no
encontrarse el DT adecuado para iniciar, como dicen los referentes del plantel,
una restructuración que involucra la segura salida de algunos jugadores (hoy leí
que Cvitanich anticipó la suya) y el arribo de otros, por lo tanto y aunque nos
duela a los hinchas, creo que habrá que digerir como se pueda lo que nos brinde
este equipo hasta el final del torneo.
Hasta pronto
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