martes, 28 de septiembre de 2021

El desconcierto en su máxima expresión.

Este Racing quebrado mentalmente, partido a partido se viene entregando mansamente a su rival de turno y nos hace padecer en cada presentación, con el agravante de que esa fragilidad anímica ha contagiado a una defensa que no responde como lo venía haciendo y hasta Arias ha dejado de salvarnos.

Al igual que un castillo de arena se desmorona lentamente y los goles que antes no llegaban, ahora los recibe en cantidades, lo que nos retrotrae a un pasado que no deseamos que vuelva.

Esto quedó demostrado en la jugada del primer gol de Argentinos Juniors, donde desde el inicio de la jugada la desatención total se adueñó del equipo, para que Kalinski  y Cabrera desde la mitad de cancha y ante la mirada de todos, construyeran una jugada sencilla, que este último, después de saludar a Martínez que se abrió como diciéndole  “pase amigo”, termina fusilando a Arias.

Como si fuera un partido de esos que solo hay que ir para cumplir, ya desde los dos minutos Racing  volvía a mostrar esa la falta de concentración, de compromiso, y de rebeldía, que ratifica que la cosa es más que preocupante.

Las fallas son muchas y se vienen repitiendo, como por ejemplo la de seguir insistiendo con un solo volante de recuperación, acompañado por volantes que no generan nada de juego, pierden rápidamente la pelota y no ayudan a recuperarla, contribuyendo a un desorden que lleva a cometer errores, por lo menos llamativos en los cambios.

Desde mi punto de vista de hincha y con todo respeto, me voy a referir al cierto grado de confusión que vive el cuerpo técnico, que lo llevó a un alto grado de desesperación cuando decide hacer entrar a Viera (de la cuarta división, que leí jugó solo dos partidos en reserva) por Piatti (no por su salida),  si por hacerlo en un equipo perdido futbolísticamente y en un partido que era un infierno, buscando quizás que resuelva lo que Racing no consigue hace mucho tiempo, cuando es sabido que a chicos como él, se lo hace debutar cuando se va ganando, cuando hay un buen funcionamiento o de última de entrada.

Las declaraciones de Sigali y Miranda al finalizar el encuentro, no hacen otra cosa que confirmar que hoy Racing es el desconcierto en su máxima expresión, porque si bien  coinciden que el cuerpo técnico trabaja mucho, hacen hincapié en que no se encuentran los resultados porque no hay  funcionamiento, en que no saben cuál es la solución y en que hay que hacer una restructuración, es decir directa o indirectamente dejan explícito que la actual conducción no le encuentra la vuelta al equipo y no tiene claro que camino hay que seguir para salir de esta situación agobiante, lo que me lleva a pensar que, si no se tocó fondo, lo peor está por venir.

Nada parece funcionar, ni adentro ni afuera del campo de juego, por lo que a veces jugadores y cuerpo técnico deben sincerarse y decirse lo que sienten, aunque duela, ya que la sensación es que todos ellos se encuentran en un tobogán y en una vertiginosa caída a la cual, no saben como ponerle freno.

Es cierto que en este complicado cuadro de situación, si no se dan algunos resultados positivos, Úbeda aguante como técnico, pero lo real es que a la vista parece no encontrarse el DT adecuado para iniciar, como dicen los referentes del plantel, una restructuración que involucra la segura salida de algunos jugadores (hoy leí que Cvitanich anticipó la suya) y el arribo de otros, por lo tanto y aunque nos duela a los hinchas, creo que habrá que digerir como se pueda lo que nos brinde este equipo hasta el final del torneo.

Hasta pronto    

 

jueves, 23 de septiembre de 2021

La cruda verdad de “Licha” de cara al futuro.

Seguramente esa media hora inicial de la primera etapa fue de lo peor del año de Racing, que era la imagen de la impotencia, porque solo atinaba a mirar como este Godoy Cruz sin grandes figuras, que supo interpretar en poco tiempo la idea de su nuevo técnico, con intensidad y precisión, prácticamente lo “bailaba” y le convertía dos goles.

Racing no podía resolver el aluvión del  equipo mendocino, lo que generó la reacción de Lisandro López, quien visiblemente consternado le reclamaba a varios de sus compañeros una mayor actitud, con correcciones que debían venir desde afuera, pero que tuvieron que llegar desde adentro a través de su líder natural..

La bronca de “Licha” fue produciendo un cierto despertar, pero ya había pasado casi media hora, Chancalay habia reemplazado a Rojas lesionado y perdía dos a cero.

Nada hacía prever que la cosa iba a mejorar, pero por suerte antes de finalizar ese primer tiempo una pared entre Chancalay y Mena, finaliza con un buen centro del “Chueco” que  conecta Lisandro Lòpez de cabeza y marca el descuento, que fue como milagroso, porque ayudó anímicamente y le permitió cambiar para salir a disputar  la segunda mitad.

Con la idea de ir en busca de una mayor ofensiva, Cáceres, cada vez más flojo, le dejó su lugar al chico Alcaraz, pasando F. Domínguez como lateral para que junto con Mena, -por lejos el mejor jugador del equipo-, comenzaran a buscar desbordes  por afuera  que tuvo sus frutos a los 15 minutos en una jugada en la que intervienen los dos y que  Fabricio termina con un centro que  Copetti cabecea al gol.

Esto anímicamente le dio fuerza y más confianza al equipo, porque además Godoy Cruz ya no era aquel equipo intenso del primer tiempo y le permitió a Racing acercarse más al arco rival.

Había entrado bien Alcaraz, Chancalay fue creciendo y de sus pies salió la asistencia para que Copetti convierta el tercero pero Espínola le tapó el remate con su pierna.

Racing seguía estando más cerca, pero a los veinticinco minutos increíblemente vuelve a salir Licha, dejándole su lugar a Lovera, perdiendo el equipo no solo a uno de sus mejores jugadores, sino a quien con su jerarquía y presencia genera que sus compañeros tengan una mejor disposición y actitud en el campo de juego.

El partido comenzó a abrirse y minutos después una pelota que toma Ramírez sobre la izquierda, engancha hacia adentro y sigue sobre la línea del área grande paralelo al arco sin que nadie le salga a tapar el remate que se clava en el ángulo superior izquierdo de Arias.

Fue un duro golpe para Racing y el tres a dos parecía una sentencia, pero faltando pocos minutos Cvitanich es reemplazado por Correa, quien a los 44 minutos y de un tiro libre ejecutado por Lovera, también de cabeza vuelve a empatar el encuentro,  llevando el mismo a la definición por penales.

Y aquí comienza otra historia, que como digo siempre es un mini partido dentro del partido, donde juega mucho el estado de ánimo individual y donde la suerte a veces juega a favor y otras en contra, como anoche donde Arias que siempre atajaba algun penal no pudo detener ninguno y donde Copetti que siempre los había convertido esta vez no lo hizo.

Racing pasò de la vergüenza al decoro, pero la cruda verdad de  “Licha” de cara al futuro, dejó bien en claro que hay otros problemas más preocupantes que esta nueva eliminación, cuestiones que fueron bien descriptas por nuestro capitán en sus declaraciones al finalizar el partido y que deben solucionarse antes de fin de año.

Hasta pronto.

 

domingo, 19 de septiembre de 2021

Los cambios de Úbeda le dieron vida a Talleres.

Quizás como pocas veces en el año, Racing en el segundo tiempo parecía haber encontrado una mejoría en su juego, nada extraordinario por cierto, pero comparado con lo que veníamos viendo, se notaba una superación.

Pero el técnico con los cambios de Lisandro López y Darío Cvitanich se encargó de desarmar lo que estaba funcionando bien, quizás con la idea de  “cuidarlos” para la Copa Argentina, pero lo único que logró fue dejar en evidencia que por lo que generan, siguen siendo superiores al resto y eso implica que no deberían salir nunca, salvo por lesión.

El partido comenzó bien negativo para Racing, con un golazo de Santos a los tres minutos y con la inexplicable  infracción  de Copetti cuatro minutos después que deja al equipo con un hombre menos, lo que le permitió a Talleres hacerse dueño total del partido a través de la tenencia del balón, pero lo que a “priori” indicaba que podía venirse una goleada, no lo fue tanto, ya que si bien merodeaba el área, Arias no sufría demasiado.

Después de la media hora el equipo pudo salir un poco de ese andar desordenado y en  un desborde de Fabricio Domínguez  sobre la derecha,  este es frenado con infracción por Fèrtoli, ganándose una segunda amarilla (la primera por infracción a Sigali),  que lo lleva a la expulsión.

Esta situación igualó el encuentro a favor de Racing en cantidad de jugadores y en lo anímico y un par de minutos después tambièn lo hizo en el resultado, cuando Cvitanich era derribado en el área por un agarrón de Dìaz, que derivó en un tiro penal que concretó en gol “Licha” Lopez.

En pocos minutos era todo comenzar de nuevo y eso pareció golpear negativamente a Talleres y positivamente a Racing, que en el segundo tiempo salió a buscarlo con más decisión.

Con el cambio de Martínez por Sigali -lesionado en uno de sus pies-  Racing quiso ser protagonista  a través de una mayor actitud y durante 20 minutos fue el dominador del partido, ante un Talleres que no hacía pie y se veía desbordado, con un par oportunidades que pudieron haberle dado un nuevo gol, como fueron el remate de Fabricio Domínguez que desvía Herrera y el cabezazo de Alcaraz que devuelve  el travesaño.

Por lo menos se veía más circulación de pelota y más llegadas que en los últimos cuatro partidos, lo que ya es mucho decir, con el gran trabajo de Moreno y los buenos rendimientos de Lisandro Lòpez y Cvitanich, quienes con su experiencia y calidad pudieron hacerse dueño de la pelota y hacer crecer el equipo, que además trataba de desbordar por afuera a través de Mena/Rojas y de Cáceres /Fabricio D., llevando a Talleres a refugiarse en su campo.

Pero esto duró hasta que fueron reemplazados Darío y “Licha”, salidas que no se entienden,  ya que a partir de ese momento la Academia le dio a Talleres la posibilidad de equiparar el partido

Y a partir de los cambios Racing comenzó a declinar, el de Alcaraz que reemplazó a Cvitanich,  lo llevó a Lisandro a jugar de punta y entrar menos en juego, para finalmente terminar reemplazado por un Correa que continua sin preocupar a las defensas rivales.

Despuès Fabricio D. es reemplazado por un Garré intrascendente, que sigue sin desbordar ni patear al arco, mientras Rojas le deja su lugar a un Chancalay, que ha bajado llamativamente  su nivel.

Respecto de Cáceres y de Mena, el primero sigue sin ser aquel chico que con su enjundia y fortaleza en sus subidas por el lateral superaba a sus rivales y pisaba el área y el “chueco” a mi manera de ver, debería  decidir mejor en los centros y/o asistencias en sus desbordes e incluso decidirse a rematar al arco cuando la situación dentro del área lo amerita, como pasó ayer y no lo hizo. 

Mientras Fabricio y Matías Rojas, estuvieron más activos que de costumbre sobre todo desde la actitud que se les reclamaba y desde los aciertos en los pases, quizás por hacerlo al lado de Lisandro y Cvitanich, quienes “obligan” a jugar bien.

Sin llegar a realizar una gran tarea la visita encontró el triunfo sobre el final, cuando Enzo Díaz, baja una pelota después de un fallido rechazo y su fuerte remate se clava junto al palo izquierdo de Arias, logrando el segundo y definitivo gol , que al igual que el primero fueron, como se dice habitualmente, de otro partido.

Desde mi punto de vista, los cambios de Úbeda le dieron vida a Talleres y el posible triunfo se convirtió en una dura derrota, que marca una realidad que nos golpea muy fuerte a todos los racinguistas,  porque ya con la casi segura despedida del torneo, a Racing le queda un único objetivo para lograr un título, la Copa Argentina.

Por eso el miércoles ante Godoy Cruz es a todo o nada.

Hasta pronto.

 

martes, 14 de septiembre de 2021

El método de prueba y error.

Los hinchas de Racing estamos pasando por un estado emocional muy especial, donde solo la pasión por su camiseta nos lleva a seguir viendo a un equipo que nos aburre y deprime con su juego inoperante e inofensivo.

Pero como individuos resilientes, tenemos la gran capacidad de convertir esos momentos adversos en una fuerza anímica positiva, que vive en nuestro interior y nos dice que hay que seguir alentando,  a pesar de no encontrar una señal de cambio que nos ilusione.

Racing cambia técnicos, pero no cambia su forma de jugar y si bien cuenta con un sector defensivo de buen rendimiento (sobre todo el arquero y los centrales) el medio campo y la ofensiva han pasado a ser una zona de ensayo, donde Úbeda aplicando el método de prueba y error, pone y saca jugadores buscando encontrar a quienes puedan lograr una mejor generación de juego, lo que lamentablemente hasta ahora solo lo ha llevado a un peligroso estado de desorientación.

El empate de anoche sigue mostrando en mayor o menor medida lo mismo de siempre, como que buscando lo que no se encuentra, se llega a una confusión que deja ver con claridad lo que realmente se necesita.

Entonces vemos que un partido Moreno es el cinco solo, en otro comparte la zona con Miranda, aparece Fabricio Domínguez o entra Julián López, Lovera de casi titular indiscutido a jugar diez minutos, Chancalay es el goleador y cada vez lo vemos más atrás, Rojas sigue tan inexpresivo como su juego,  Correa es titular inamovible y por su displicencia parece que juega “a reglamento”, después lo acompaña Copetti que va al choque pero le rebota todo lo que le llega, así que ninguno de los dos rinde,  Garré fue el ángel y ahora parece demonio, Cvitanich que es importante entra de a ratos, Piatti parece estar afuera, Alcaraz solo cuando las papas queman y Lisandro López siempre es y será quien nos puede acercar un poco de ese juego que no aparece.

Hablando de  “Licha” López, ayer lo hizo en una zona donde evidentemente se sentía cómodo y casi sin marca, pero a mi gusto lo hizo de muy pegado a Moreno, quizás con la buena intención de estar más en contacto con la pelota y distribuirla mejor, pero por momentos fue impreciso en sus pases e intermitente en su juego, posiblemente porque esa posición si bien lo puede favorecer, le quita fuerza física para continuar acompañando la jugada,  por lo que a mi gusto y a mi forma de ver, rendiría más detrás del o los puntas.

Es cierto que Cvitanich está grande, pero dentro del área sabe más que Correa y Copetti y por lo menos debería tener una oportunidad ahora que Lisandro está de vuelta, después pediría a quienes más conocen sobre el tema, si me pueden “aggionar” sobre en que puesto rinde más Alcaraz, porque ya estoy confundido, tanto que me puse a pensar que si no es Darío, podrían probarlo a él de punta.

Una reflexión sobre un par de aspectos que involucra a los laterales, que ayer tuvieron una floja actuación, especialmente Cáceres, que da la sensación de no estar bien físicamente ya que no muestra las virtudes que lo llevaron a ser titular indiscutido,  disminuyó considerablemente su potencia para desbordar, se repite tocando para atrás y ha bajado notablemente su rendimiento en la marca.

Mena es siempre un tractor, pero muchas veces se desgasta y hasta queda mal posicionado porque no se entiende bien con quien juega delante de èl y eso tiene que ver con el problema de las asociaciones, los movimientos automatizados y el buen pase de sus compañeros, conceptos que por ahora en la ofensiva no se ven.

Una salida puede llegar a ser que Úbeda y su cuerpo técnico a través de sus convicciones, tomen una decisión definitiva en la elección de los jugadores que van a tener la responsabilidad de jugar en el medio campo y la ofensiva y le otorguen la necesaria confianza y responsabilidad para que sean titulares de aquí en adelante.

Hasta pronto.


lunes, 6 de septiembre de 2021

La costumbre de jugar mal se hizo hábito

A esta altura del año en Racing, además de la falta de una idea de juego de conjunto, se siguen sumando errores groseros al disponer de la pelota, tanto en las salidas donde se pierde fácilmente, como en los pases, deficientes, inesperados y a destiempo y un abuso individual cada vez más pronunciado por encima de lo grupal, es decir, las cabezas no están funcionando bien.

Todo esto en un equipo que se supone por lo menos debería tener automatizados sus movimientos y una idea más o menos clara de jugar, pero no sucede porque se los sigue viendo como desconcertados a la hora de tener la pelota o de realizar una acción, como sucedió anoche donde volvió a cometer, cada vez más agravados , los mismos desaciertos que viene repitiendo partido tras partido y si bien no puedo entender que les pasa a los jugadores, me llevó a pensar que en este Racing, la costumbre de jugar mal se hizo hábito.

Disociado como conjunto y desorientado futbolísticamente, solo se puede rescatar el aspecto defensivo, donde el excelente trabajo de su arquero Arias (anoche también lo hizo muy bien Gómez) y la buena tarea de sus defensores Sigali, Nery y Mena, le permiten seguir sosteniendo la valla en cero.                                                                         

Sobre el resto es difícil señalar buenos desempeños, porque da la sensación de que los jugadores que entran a jugar en el medio campo y la ofensiva, no pueden construir nada asociado y solo encuentran la solución en lo individual, que a veces puede tener éxito, pero que en la mayoría de los casos solo fueron acciones negativas para el equipo.

Respecto a los cambios quiero detenerme en la decisión de ubicar a Moreno como volante central para que sea salida y a Julián López más adelantado y/o volcado sobre la derecha, cuando las características de ambos jugadores indican que debería ser al revés y a los que a mediados del primer tiempo los reposiciona.

Pero simplemente me pregunto: si por mejor primer pase él confía más en Moreno como cinco del equipo, porque no ubica a su lado a otro tipo de jugador y no a Julián López, dado que se dan ventajas innecesarias al rival, como paso en ese tramo de desconcierto, donde Banfield jugó mejor y hasta pudo llegar al gol, que por suerte no consiguió.

Al comienzo del segundo tiempo Julián López, que no tuvo un buen primer tiempo, le deja su lugar a un Rojas que aunque puso un buen pase a Copetti, en general sigue sin superar sus flojas actuaciones, después con Garre por Chancalay continuó la búsqueda individual y la falta de ideas trató de encontrarlas con la entrada de Lisandro López por Piatti, que pareció darle al equipo una mejora, pero que terminó sin encontrar socios en su juego.

Faltando diez minutos Copetti a la cancha, por un Correa que continúa con su liviandad y evitando el roce por lo que no inquieta a los centrales rivales para finalmente y casi sobre la hora, Alcaraz reemplaza a Lovera, dejando en el banco a Cvitanich que podia darle alguna solución dentro del área.

Las deficiencias del equipo son expresadas por Úbeda más claramente a través de sus declaraciones, pero no se ven ni mejoradas ni corregidas en el campo de juego, donde la oscuridad cada vez lo envuelve más.

Es evidente que hay algo de fondo que no cambia y que sucede porque hay algo que interfiere entre los jugadores y el cuerpo técnico y solo se me ocurre pensar que esto lo pueden solucionar diciéndose la verdad, esa que duele pero que aclara.

Hasta pronto.