Que necesitábamos ganar, como decimos habitualmente de cualquier manera, es
cierto, porque hubiera sido difícil de digerir una derrota, más bien diría
hasta un empate, ante un equipo tan débil como lo es el Arsenal de estos
momentos.
Este equipo que transita momentos de indecisiones, hoy por algunos
instantes del primer tiempo trató de jugar bien, tocar, buscarse y generar un
circuito de juego, lo que logró
especialmente después del gol del “pulpo” González e hizo méritos suficientes para
concretar por lo menos un gol más.
Pero Racing no finalizaba bien las jugadas, estaba como ansioso, lo que es
bastante razonable después de haber quedado afuera de la Copa Argentina hace
menos de 72 hs, es como que quería ganar el partido antes de hacer los goles y
entonces se apuraba lo que no le permitía decidir adecuadamente en la puntada final,
donde se debe ser más certero a la hora de asistir o definir.
Ya en el segundo tiempo, el cansancio se fue apoderando del equipo y se
paró para jugar de contrataque, lo que pareció darle al equipo de Sarandí un
poco de aire y la oportunidad de acercarse al arco de Orión ya que solo un gol
era la diferencia y eso generó algún nerviosismo en el hincha académico.
Podía haber sucedido en un par de jugadas aisladas, pero todo era porque no
se tomaron buenas decisiones a la hora de concretar los avances, lo que cerrado
el partido mucho tiempo antes, pero por suerte el triunfo quedó en casa y
seguimos cerca de la punta.
Ahora una reflexión sobre Romero, quien tiene las condiciones como para
convertirse en el jugador que debería manejar los tiempos, el ritmo del partido
cuando Racing está en posesión de la pelota, pero lamentablemente y aun reconociéndole
esas virtudes, tengo la sensación, no se si a Uds. les pasa, de que por largos momentos
no está presente en la cancha, es como que no se lo encuentra.
Y hoy esto pasó hasta un poco después del gol, donde apareció de a ratos,
pero personalmente lo que me preocupa como hincha, es que realmente todavía no
puedo saber donde se siente más cómodo para jugar y si realmente su
personalidad lo conlleva a convertirse en el conductor del equipo, algo que hasta ahora no ha
mostrado.
Es un jugador que tiene sus virtudes pero creo que no siente esa función,
es decir se involucra pero de a ratos, no se hace dueño de los ataques de
Racing, por lo que considero que jugando en la posición que todos los técnicos que
tuvo lo ubicaron, sigue teniendo rendimientos que transitan entre lo regular y
bueno, pero nunca puede sostener un período de consolidación donde todos
coincidamos que es el volante, el enganche, que hace tanto tiempo esperamos.
No fue un encuentro para destacar grandes trabajos porque el rival
realmente no lo amerita, pero sí podemos decir que Orión estuvo correcto, que los
centrales (Sánchez, después Ortiz) y Vittor no tuvieron problemas, que tanto
Aued y González fueron de lo mejor y eso permitió que el equipo creciera en su
juego, que Acuña anduvo bien (salvó sobre el final lo que hubiera sido el
empate de Arsenal), que Insúa sin ser brillante estuvo bien, que Pillud hizo
mejor las cosas atacando que defendiendo y que adelante Lisandro está un poco
disperso y Bou sigue buscando su gol, que creo lo desespera porque con Milito
jugaba más en el área y ahora debe hacerlo por afuera, algo que evidentemente lo
lleva a apresurarse a la hora de buscar la mejor definición.
Racing parece jugar el juego de ganar sufriendo, algo
a lo que nos tiene acostumbrados y que los hinchas consumimos desde hace muchos
años, aunque desde el campeonato del 2014, las angustias pasan más por pelear
arriba que por hacerlo abajo.
Por eso a no desanimarnos y a alentar como siempre, aunque es evidente que
hay mucho por aceitar para que este equipo funcione como nos gustaría verlo.
Ahora van a llegar encuentros que nos van a permitir seguir soñando que
podemos pelear el torneo o nos pueden despertar de golpe.
Hasta pronto.
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