Con un cambio de actitud en el segundo tiempo, Racing terminó goleando y conservando el primer puesto en su grupo.
Primer tiempo donde un Racing inexpresivo fue superado
por un Ñublense, que se fue adueñando del partido a partir de su mayor tenencia
de pelota, pero por suerte no supo darle un buen final a sus intentos ofensivos.
Un Racing inconexo y jugando como con cierto
desinterés, aún en condición de local, no respondía a los deseos de Gago y a la
exigencia de sus hinchas, que era lograr el triunfo que lo confirme como
ganador del grupo y apenas en una oportunidad pudo inquietar al arquero rival a
través de un remate de Jonathan Gómez, dejando la imagen de un equipo, parecía conformarse
con el segundo puesto.
Pero algo sucedió en el segundo período, porque el
equipo reaccionó de otra manera, sobre todo a partir del primer gol que llegó a
los pocos minutos de iniciado a través de un tiro libre sobre la izquierda en
el vértice del área que ejecuta Matías Rojas, quien con su pegada letal la clava
contra el palo derecho de un arquero, que a pesar su esfuerzo no pudo evitarlo.
Sin dudas ponerse en ventaja repercutió en lo anímico,
le hizo ganar confianza y lo llevó a mejorar sensiblemente en su juego, tanto
que a cuatro minutos más tarde y después de recibir de M. Rojas, Maxi Romero
gira y de zurda asiste muy bien a Hauche, que venía entrando al área como nueve,
quien define ante la salida del arquero Pérez.
Al revés de la primera etapa, Racing era el dueño
del encuentro ante un Ñublense que se veía desbordado y Gago envía a la cancha
a Oroz por Gómez y a Guerrero por Hauche buscando otras variantes y un par de
minutos más tarde en una gran jugada, que comienza Moreno en su campo, la continúan
Matías Rojas, Romero, Nardoni y la finaliza nuevamente el volante central de
Racing con un remate “colocado” al palo izquierdo de Pérez, que solo atina a
mirar.
Un Ñublense desbordado solo atinaba a mirar como
Racing casi concreta el cuarto cuando un
pase rasante desde la derecha de M. Rojas no es alcanzado por Romero.
Moreno le deja su lugar a Ojeda y faltando cinco
minutos para el final Oroz ejecuta un tiro de esquina desde la izquierda, pelota
que es bajada por Guerrero al punto del penal donde Piovi la recibe, amaga el remate
y después de hacerse el hueco con una pasmosa tranquilidad la “ubica” junto al
poste izquierdo del arquero, concretando el cuarto gol en una noche de golazos.
Cerca del final Avilés reemplazó a Moreno y Baltazar
Rodríguez a un Matías Rojas, en el adiós de un jugador que se retiró ovacionado
por la gente mientras a través de sus gestos y sus lágrimas manifestaba sus
sentimientos hacia el club.
Fue el triunfo de un Racing de emociones cambiantes, porque después de una primera parte en la que se mostró sin funcionamiento y sin elaboración de juego, logró modificar radicalmente su imagen, mostrando más fuerza anímica, mejor actitud y mayor contundencia.
Pero esta victoria no debe confundir, porque esa inestabilidad
la transmiten sus jugadores desde hace tiempo, quienes por incapacidad o por problemas
anímicos no pueden darle un funcionamiento regular al equipo, por lo que es
indispensable enfocarse en los refuerzos que le vuelvan a otorgar al equipo la
personalidad y el buen juego que supo tener.
Hasta pronto
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