jueves, 18 de marzo de 2021

Racing despertó a tiempo de una pesadilla.

Que podíamos esperar si viene jugando muy mal, nada que cambiara rápidamente su imagen, por lo que era más que seguro que lo que íbamos a ver se pareciera a un déjà vu, esa sensación de que lo que vemos, ya lo habíamos visto antes.

Muchos de sus jugadores se muestran temerosos con la pelota en los pies, dan mal pases sencillos y les rebota la pelota, por lo que todo lo hace lento, previsible.

Anoche enfrentó al modesto equipo de San Francisco, Córdoba que participa del Federal “A”, que ordenado y con simpleza en sus movimientos, cuando se hacía de la pelota la jugaba segura, esperando errores de un equipo “nervioso”.

A Racing le costaba demasiado romper ese bloque que Sportivo Belgrano le fue ubicando desde la mitad de cancha hacia atrás, dado que a los centrales académicos les costaba salir jugando desde el fondo, más a Novillo que Martínez, quienes no se entendían bien con los laterales que se mostraban descoordinados.

El medio campo tuvo por fin un volante central que hizo lo que no se venía haciendo: Kevin Gutierrez, pero ni Moreno, ni Chancalay, ni Rojas, que salvo por algún tiro libre, no puede justificar su titularidad, lograron darle al equipo lo que le viene faltando en toda la era Pizzi.

Y los de arriba a esperar un milagro de una gambeta o ganar una segunda pelota que parece ser lo único destacable de la idea de Pizzi, donde Melgarejo un poco más tirado atrás, cuando la encontraba ensayaba una jugada individual sin mucha suerte y el gran Copetti, quien aun en soledad nunca se rinde, por eso es el abanderado de un equipo que necesita por lo menos, contagiarse de su coraje y actitud.

En el segundo tiempo Racing intentó ser más agresivo y Chancalay exigió al arquero de  un Sportivo Belgrano que continuaba con  la misma y prolija estrategia de esperar la oportunidad para dar el golpe sabiendo que alguna oportunidad podía tener por la inseguridad de la defensa académica y la encontró a los 10 minutos, cuando Martínez rechaza mal un centro desde la derecha y Argüello desde fuera del área la mete contra el palo derecho de Tagliamonte.

La falta de convicción no solo de los jugadores, sino también del mismo cuerpo técnico, los lleva a realizar cambios como el de Lovera, en lugar de Moreno, cuando debería haber salido Rojas o el de Maggi por Domínguez, pero todo seguía siendo negativo porque no se vislumbraba una mejoría clara, solo era impulsos sin claridad.

Los cordobeses a todo esto estuvieron a punto de aumentar pero Tagliamonte respondió muy bien, minutos después Piatti y Fértoli reemplazan a Rojas y Melgarejo, pero lo que la historia cambia en el minuto cuando de un tiro de esquina ejecutado por Lovera,  Maggi en el segundo palo la mete en el área y Martínez tirándose al suelo le pega de primera marcando el empate de Racing.

 

La sensación fue que Racing revivió de golpe y que a Sportivo Belgrano el empate lo golpeó duro en lo emocional, quizás porque creía que lo tenía ganado, lo que fue rápidamente aprovechado por la Academia al minuto cuando Kevin Gutierrez presiona, roba una pelota y habilita a Maggi sobre la derecha, quien la mete paralela al arco para Copetti y este concreta.

Alivio para el cuerpo técnico y los jugadores, sobre todo cuando a los 90 minutos, Fertoli que entró bien, en un buen intento personal dentro del área logra el tercer gol, que terminó de condenar a los cordobeses, quienes finalizaron con alguna jugada fuerte, lo que les costó un expulsado.

Racing despertó a tiempo de una pesadilla, pero sin embargo deben entender que el triunfo es efímero si no está respaldado por un sistema sólido, llevado adelante por jugadores con convicción, creyendo en ellos mismos, buscando recuperar la confianza definitivamente.

Pienso que Pizzi a esta altura ya debe  tener en su cabeza “su once” ideal y creo que es el momento de poner a ese equipo en cancha, entregándoles la confianza que necesitan por un largo período, porque se acerca la Libertadores y no se puede vivir cambiando.

Hasta pronto.


 


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