Creo que el virus “fantasma” que nos tiene
preocupados y está desorientando a todos, también pareció hacer efecto en los
jugadores de Racing, porque la sensación que dio el equipo durante la media
hora inicial, es que tenían la cabeza en otra cosa.
Quizás fueron las dudas sobre si la fecha se debía jugar
o no, la cuestión es que Racing pareció no estar debidamente concentrado para
este partido frente a Aldosivi, hechos que pueden aparecer como una excusa,
pero realmente fue muy malo y muy raro esa parte del primer tiempo, con una
llamativa falta de atención, sobre todo en la línea de fondo, incluido el
arquero García.
Creo que no nos habíamos acomodado para ver el
partido y ya perdíamos 1 a 0, por un error de Soto, que después contagio a
Sigali y a Pillud, que no cerró como corresponde.
Pero todo no terminó ahí, porque Racing no
reaccionaba, mientras Aldosivi con actitud y pierna fuerte cortaba los
circuitos de juego y no le daba respiro a la Academia, sobre todo a un medio
campo que hasta parecía cansado posiblemente porque cargaba con tres partidos en una semana (salvo Montoya).
Diez minutos después un pelotazo desde la mitad de
cancha detrás de la espalda de Sigali, encuentra a Soto cruzando mal y
quedándole la pelota a Grahl, quien habilita a Solís para que convierta el
segundo gol, 2 a 0 abajo en diez
minutos, increíble pero cierto.
A Racing le costaba salir de esa pasividad que
llamaba la atención, pero a partir de los 30 minutos pareció ir despertando de
ese letargo, y comenzó a tomar el mando del partido, por lo que pudo acercarse al
arco rival pero si bien Cristaldo, Montoya y Rojas estuvieron cerca, nunca llevó
serio peligro para el arco de Assmann.
Pintaba feo el panorama, porque no había dado
indicios de reacción, pero al comienzo del segundo tiempo hay un cambio que
comienza a tener peso en el encuentro y es Reniero por Montoya.
Y como sorpendió Aldosivi en la primera mitad,
Racing lo hizo a los dos minutos de la segunda parte, cuando el “Principe”
Reniero desborda por la derecha y envía un centro atrás, que rechaza mal el
central Bazzana, pero pelota le queda a Rojas, quien de zurda logra el
descuento.
Racing ya era más y el empate estaba al alcance,
porque los marplatenses habían dejado mucho de su resistencia física en ese
primer tiempo, pero en un error el árbitro le da un saque de banda a Aldosivi y
entre medio de nuevas fallas defensivas académicas y virtudes del “Tiburón”,
convierte un tercer gol que daba la sensación de ser de Knock Out.
Pero este Racing no se entregó, con un Rojas que fue
el dueño del juego, con toques, con desbordes y con asistencias como la que pone
rasante al centro del área para la entrada de un Reniero siempre atento, pero
su disparo al gol es tapado por el arquero rival con su pierna.
Pero los 19 minutos, una pelota larga de Soto, que
mejoro bastante su juego, sobre la derecha, la gana Zaracho a espaldas de su
marcador y entrando al área asiste a Rojas para que este vuelva a convertir y a hacer doblete en
Mar del Plata.
Era el segundo y Racing con renovada energía,
volcaba el partido al campo de Aldosivi,
por lo que se veía venir el empate, que llego a los 38 minutos cuando
nuevamente Soto envía una pelota al centro del área para Reniero, hay un
rechazo de un defensor y en la la izquierda la recibe Cristaldo, quien desborda
y su centro de zurda lo toma el “gran” Pillud, quien también con la izquierda,
la clava junto al palo.
Fue un gol gritado con bronca, que por lo menos le
daba a Racing la posibilidad de seguir invicto, pero el equipo quería más,
aunque Aldosivi hacía tiempo como podía (Assmann estuvo como cinco minutos en
el suelo por calambres…).
Y así como muchas veces lo logró en Defensa y
Justicia, el ahora Racing de Beccacece consigue el triunfo faltando un minuto, cuando nuevamente
Soto, que para mal primero y para bien después, intervino en casi todos los
goles, envía un muy buen centro cruzado de izquierda a derecha y Alcaraz, que
había reemplazado a Rojas, con sus 17 años a cuesta, clava el cabezazo ganador,
para sellar el triunfo que nos hizo estallar de emoción a todos los
racinguistas.
El desolado
estadio marplatense vibró con el festejo final de un feliz Racing y un loco,
loco Beccacece… mientras a la distancia y desde el corazón, los hinchas nos uníamos
a ellos con esa misma felicidad celebrando esta inolvidable victoria, que nos permite
seguir soñando a través de un equipo que en la adversidad, tuvo un gran poder
de reacción, buscando siempre ganar el partido.
Hasta pronto.
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