Estoy
seguro de que, la mayoría de los hinchas de Racing entre los que me incluyo, deseamos hoy más que nunca, que el
miércoles pueda dar vuelta el resultado ante Libertad de Paragüay, de forma tal
que pueda pasar a semifinales, porque después frente a nuestro vecino, el casi
seguro rival, comienza otra historia.
Pero no
podemos olvidar fácilmente todo lo que viene sucediendo con el equipo, donde se
repiten situaciones de juego que realmente preocupan, sumado a la muy malas
actuaciones de la mayoría, lo que refleja que el estado anímico este plantel
está casi en terapia intensiva, además no es la primera vez que le convierten
tres goles en veinte minutos o menos, ya que con Olimpo fueron en quince, es
como que le agarran “ataques de pánico” que lo paralizan y le quitan reacción, invitación
para que los rivales tengan más que facilitadas sus llegadas al gol.
Los
primeros veinte minutos fueron un repertorio completo de todo lo que un equipo
no debe hacer, con desaciertos que ya se venían viendo pero que parecen ir en
aumento, ya sea por los nervios o desconcentración, lo que está indicando que
hay algo que no funciona, que una de las dos partes está fallando y entonces nos
lleva a pensar si no hay cortocircuitos en la relación entre cuerpo técnico y
jugadores.
Es cierto
que Racing venía cansado, porque jugó en
Paraguay el martes pasado y esto acompañado por el caluroso clima de Tucumán
pudo haber influido en el aspecto físico del plantel, pero lo peor no pasó al
final, cuando se siente el esfuerzo, pasó al principio y sin embargo se vio a
muchos con lentitud para reaccionar y resolver.
Así y
todo Racing tuvo posibilidades de descontar a través de Cuadra (dos veces) y
del mismo Lautaro Martinez, lo mejor del equipo y dueño absoluto de la
titularidad, quien alcanza a concretarlo
en tiempo adicionado, llevando esperanza
para los cuarenta y cinco restantes.
Por
lesión de Orban, ya había entrado Patiño a mediados del primer tiempo y todos
pensábamos para el segundo, en Zaracho por Meli, que sigue desperdiciando oportunidades y en “Licha”
por Cuadra o Solari, para darle más intensidad a la ofensiva, pero Cocca, salvo por lesión, sigue con su idea de no hacer cambios
cuando comienza la segunda etapa.
Y de
entrada el equipo tuvo su oportunidad en una jugada que podría haber cambiado
el trámite, cuando un centro de Ibargüen, es cortado con el brazo abierto por el
defensor Román cometiendo claro penal, pero que Etchenique de muy mal arbitraje en
general, no cobra.
Racing
insistió un poco más pero era intermitente y los cambios no llegaban, a pesar
de que Meli y Solari cada vez jugaban peor y no ayudaban a un Arévalo Ríos que si
bien había levantado su nivel, no aportaba nada en ataque, porque sus pases son
cortos y casi siempre lateralizados.
El medio
campo de Racing, sin el “Pulpo” González es todo un tema, incluso de difícil
solución jugando él, porque nos fuimos de un extremo al otro cuano se pasó de
una súper población de volantes a tener solamente a “Cacha” como una única
pieza sin repuesto y además sin convencer del todo, agregándole a este mal
manejo en las incorporaciones, que Racing se da el lujo de tener de vacaciones
“all inclusive” a Vizmara (pero no es su culpa).
Los intentos ofensivos se intentaban buscando desbordar por los costados, sobre todo por la izquierda con Ibargüen y Soto y para tratar de aportarle frescura y juego, cerca de los veinte minutos, llega, aunque tarde, el cambio de Zaracho por Solari que viene declinando su rendimiento.
Restaba
un cambio y Lautaro parecía estar extenuado, por lo que a los 25 minutos, se produce el
mismo pero en lugar de entrar Lisandro López, lo hace Triverio, señal
inequívoca de que a “Licha” lo cuida para la Sudamericana.
Y a los
30 minutos, llega una nueva jugada polémica, cuando Soto desborda y su centro atrás lo
recibe Pillud, pero su disparo es rechazado sobre la línea, rebote que concreta
Zaracho, ante un jugador de Atlético busca
cubrir su tiro con las manos, nuevo penal que el árbitro vuelve a dejar pasar.
Final con
derrota para un Racing que sigue sin encontrar el rumbo y convive con situaciones
desesperadas, por lo que el miércoles, para enfrentar a Libertad, el equipo va
a depender más, de las ganas y el corazón que pongan sus integrantes, pero
especialmente del apoyo incondicional de sus hinchas, posiblemente lo único
positivo con lo que hoy por hoy puede contar el equipo.
Ahora, el resultado será ¿Un punto de
partida o un punto final?.
Me lo pregunto porque un triunfo podría ser la
inyección anímica necesaria para iniciar una especie de nuevo ciclo, pero una
derrota podría ser el fin de Diego Cocca como técnico de Racing, dado que sumaría
otro paso negativo por la Copa Sudamericana a la ya olvidada Copa Argentina,
además de transitar por un presente muy malo en la Superliga, un combo difícil de
sobrellevar de aquí en adelante, frente a un plantel numeroso y a una hinchada
impaciente.
Es por eso que el
próximo jueves será un día muy especial para el hincha de Racing, porque va a
tener mucha repercusión lo que pase el miércoles, pero ojalá podamos leer,
escuchar y hablar de que vamos a jugar tres clásicos seguidos.
Por el
bien de Racing. Por el bien de nosotros los hinchas.
Hasta
pronto.