miércoles, 7 de julio de 2010

La rebeldía que faltó adentro, estaba afuera.

Siempre hablo de Racing, pero hoy quería dejar una reflexión sobre la Selección.

Dejando de lado los errores tácticos y el tempranero gol de Alemania, que pudo haber modificado planes y confundir ideas, es casi inaceptable que una Selección Nacional que tenía 90 minutos por delante y que se supone estaba “herida en su amor propio” no muestrara signos de reacción para sobreponerse al sorpresivo golpe recibido.

Peor aún después del segundo gol recibido, donde uno espera que aparezcan él o los líderes que llevaran al equipo hacia delante aún con el riesgo de recibir más goles.

El fondo de Argentina no achicaba y el equipo quedó partido al medio con un juego que se iba diluyendo a medida que pasaban los minutos y la inseguridad fue ganando a todos.

Era como si sabían lo que les podía pasar, algo que finalmente sucedió igual.

Pero un equipo que aspira a ser el mejor del mundo, debe estar preparado para enfrentar situaciones difíciles, porque el fútbol está lleno de virtudes y errores, que son lo que lo hacen impredecible, por eso debe tener buenos jugadores, pero también contar con algunos que posean el carácter necesario para convertirse en líderes naturales en los momentos adversos, demostrando que nada está perdido hasta el final.

Eso es lo que lo hace grande, digno, respetado.

No alcanzó con el esfuerzo y la entrega de Tévez ( hoy la expresión máxima como jugador para el hincha argentino ) porque podrá ser “ el jugador del pueblo” pero no es un líder.

Los líderes aparecen fundamentalmente en los momentos críticos y con sus “actitudes y el grito justo” se transforman en una inyección anímica para sus desanimados compañeros haciéndoles ver que se puede revertir el trámite.

Esos “gritos” que deberían haberle llegado por ejemplo a Messi, para que reaccionara anímicamente y de esa manera ser el jugador que todos esperábamos.

Pero parece que a Messi en los momentos críticos o adversos le falta rebeldía, faceta que lo diferencia aún más de Maradona, esa rebeldía que Diego como jugador le sumó siempre a su talento y que lo convirtió en el más grande.

La rebeldía que le falto a muchos jugadores, incluso hasta para “desobedecer” al técnico, sacando a relucir su amor propio dejando todo por esta camiseta.

Lamentablemente esta vez, la rebeldía que faltó adentro, estaba afuera.

Hasta pronto.

pascual1443@gmail.com.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con este comentario acerca de la selección...No critiqué a Maradona en este proceso pero entiendo que debería dirigirnos un entrenador más experimentado , que aplique más táctica, entrenamiento duro y parejo y humildad!!!!