El recibimiento fue espectacular, pero el equipo no pudo entregarles el premio esperado.
Racing a priori tenía más posibilidades de ganar el
clásico y el comienzo pareció confirmar esa premisa, sobre todo cuando antes de
cumplirse el primer minuto Rojas envía un excelente centro y se dan tres
acciones en la misma jugada para abrir el marcador, la que va a buscar Zuculini
y tapa Rey, la de Conechny que despeja Zabala en la línea y el remate final de Almendra
que sale desviado.
Si Independiente venía con la idea de no perder la intensidad
del ataque hizo que se viera desbordado y buscó más defenderse que atacar, mientras
Racing a través del buen trabajo de Almendra lo seguía acechando y un cabezazo
de Vergara y un remate desde un ángulo difícil de “Maravilla” Martinez al que responde bien Rey
lo confirmaban, pero es evidente que algo pasó porque fue perdiendo potencia y después
de los veinte minutos comenzó a declinar físicamente y dejó que Independiente comience
a explotar las espaldas de un extraño Martirena y un remate de Pussetto es
tapado por Pardo sobre la línea.
Ya el partido era más equilibrado porque Racing comenzaba
a perder muchas pelotas en la zona de volantes y en una pelota larga Pussetto convierte
pero el tanto es anulado por clara posición adelantada, un llamado de atención para
un equipo que no pudo regular el ritmo del partido dado que fue perdiendo
precisión y control de la pelota en un medio campo que ya tenía a Almendra impreciso
(quizás por haber sido tocado), a Zuculini desordenado y entrando en roces
peligrosos y a Sosa que acusaba cierto cansancio, todo eso con el valor
agregado de que el árbitro Ramírez en cada disputa de la pelota casi siempre
favorecía a Independiente y entonces el partido se fue abriendo con alguna que
otra posibilidad en ambos arcos.
Para el segundo tiempo Almendra es reemplazado por Rodríguez,
pero lo más preocupante era la falta de energía mental y física que comenzó a confundir
al equipo que además de dar muchas ventajas en la recuperación fue perdiendo
totalmente claridad y la búsqueda ofensiva
comenzó a ser a ciegas, sin darle sentido a las pelotas largas, por lo general
para un “Maravilla” que veía como su esfuerzo iba a ser infructuoso o para un
Conechny (de buen partido, mejor en el primer tiempo) que la veía pasar por
arriba.
El desorden del equipo largo en el campo beneficiaba
a Independiente quien de a poco se fue animando a más y en un par de minutos
tuvo dos jugadas donde pudo ponerse en ventaja, en la primera después de una
gran atajada de Cambeses, Martirena rechaza de cabeza en la línea un remate de
Montiel y en la segunda Cabral convierte pero estaba adelantado y es anulado,
Racing estaba desconcertado y al igual que muchos de
nosotros, por no decir todos, Costas sentía que se podía perder el partido, por
lo que –llamativamente- agota los cambios realizando cuatro de golpe Mura por
Martirena, Balboa por Vergara, Barrios por Zuculini y Di Césare por Rojas
(lesionado), pero ese aire fresco no fue la solución, incluso la inseguridad se
iba adueñando del equipo hasta en los pases simples y esos errores hacían que el
rival se acercara peligrosamente a Cambeses, quien seguía sosteniendo su valla
en cero.
En tiempo de descuento se dan dos jugadas que marcan
lo desconcentrado que estaba el equipo, las dos comienzan con un tiro libre a
favor Racing y finalizan con contragolpes que le pudieron dar el triunfo a Independiente,
el primer tiro libre a los 47 minutos lo ejecuta mal Rodríguez quien
inexplicablemente no llega a levantar lo necesario la pelota que es rechazada, la
recibe Mura y también la envía a la altura del pecho para que el rival inicie
una contra que no se concreta gracias al gran esfuerzo de Conechny. Dos minutos después el otro tiro libre (muy
frontal) lo vuelve a realizar mal Rodríguez (increíble!) y en la devolución Mura
ensaya un remate que se desvía en un rival y le da a Independiente la jugada
más clara del partido para irse ganador, lo que por suerte no sucedió porque
Galdames la tiró afuera. (Una jugada que me hizo recordar el tiro libre que
finalmente patea Ubeda con De Michelis en el arco y de contra nos hace el gol
Pipino Cuevas)
El
impulso inicial no le alcanzó para ponerse en
ventaja y si bien tenía el respaldo interminable de su gente, no lo tenía físicamente y a los veinte minutos el equipo fue
minando su energía, lo que le impidió seguir llevando adelante el juego directo con la intensidad que siempre propone, algo que los terminó afectando en lo motivacional.
Todos los hinchas queríamos que Racing ganara el
clásico, pero no es fácil reponerse de todo lo emocional que este plantel está viviendo
hace una semana, sobre todo pensando que el jueves deben afrontar otro partido decisivo
por la Copa Argentina, por eso hay que contemplar que lo de ayer solo fue un
tropiezo que hasta puede servir como grito de alerta, sabiendo que la real
exigencia se les va a reclamar el jueves ante River.
Vamos Racing carajo! Vamos con todo Gustavo!
Hasta pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario