En Rosario y dentro de un clima caliente que no solo ponía nerviosos a los jugadores de Newell’s, Racing supo cómo jugar el partido y a pesar de que sufrió sobre el final, terminó logrando un triunfo más que importante.
Creo que el equipo tuvo mucha actitud y buscando no
contagiarse de los gritos de los irritados
hinchas y de los nervios de su rival, encontró en la tranquilidad de un Arias
que continúa en gran nivel, en la gran tarea de Di Césare, (permítanme decir
que por su firmeza y prestancia va camino a ser un Roberto Perfumo), en el buen
trabajo de Almendra, quien ante la ¿ausencia? de JuanFer, sigue siendo el único
que aporta buenos pases en el medio y en el
despertar de Roger, quien parece haber dejado atrás su letargo, los pilares
para ir creciendo en el partido.
Racing ya tenía bastante control del juego ante el
desorden de su rival y a los 20’ dio el primer aviso, cuando en un tiro de
esquina, Roger de cabeza estrella la pelota en el palo, pero en una jugada que
inicia Almendra con un hermoso caño, asiste a Martínez quien desde fuera del
área remata y vence la estirada de Macagno. un GOLAZO digno de un jugador que tiene
innegables condiciones técnicas, pero que esta vez le agregó responsabilidad y compromiso.
A las pocas acciones del local, Arias seguía
respondiendo con seguridad y el primer tiempo finalizó uno a cero, que era un buen resultado, pero el
estadio era una olla a presión con un ambiente se iba enrareciendo más porque
todo se discutía y eso podía llegar a hacer confundir a los jugadores
académicos y al árbitro del encuentro.
Era lógico pensar que en ese clima, el segundo
tiempo se iba a jugar más tensionado, con un Newell’s que saldría a buscar el
empate desesperadamente y un Racing que si conservaba cierta calma, podría
tener espacios para darle el golpe final y a los 7’estuvo a punto de lograrlo
cuando Salas pone a Urzi mano a mano con el arquero, pero su remate cruzado se
va desviado, desperdiciando una oportunidad.
Cada tanto Racing tenía posibilidades porque el
equipo rosarino, se iba desordenando cada vez más y casi como único recurso, recurría
a los centros sobre el área académica, por lo que a los 18’ Costas decide dos
cambios, Conti entra por un Salas que sigue estando bajo (en el primer semestre
estaba más activo, no paraba de correr y tenía un mejor control) y Solari lo
hace por Baltazar, de gran desgaste físico.
Minutos después Zuculini recupera una pelota, abre
para Rojas que descarga en Roger, este habilita a Urzi sobre la izquierda,
quien pone un centro rasante que Solari va a buscar y solo frente al arquero toca
la pelota en forma deficiente y cuando todos lo gritábamos ¡pierde el gol! y la
gran oportunidad de la noche para cerrar el partido. Increíble pero cierto.
Posteriormente Almendra es reemplazado por Barrios,
Rojas por Elordi y Roger por Carbonero, con el fin de darle más aire al medio
campo y para ver si con la velocidad del exGimnasia podía encontrar alguna
contra más para no terminar sufriendo, pero el “combo negativo” de Solari se
completó faltando pocos minutos al cometer penal por ir a buscar la pelota con
los brazos abiertos en un centro, acción que finalmente confirma el VAR, pero que
por suerte patea a las nubes Ramírez.
En un final de tono dramático por el penal y algunos
otros inconvenientes, (la lesión en la cabeza del jugador Rodrigo Cedrés al
golpearse con la cámara, el enojo de la gente para con todos y el botellazo en
la cabeza de uno de los hijos de Gustavo Costas), Racing terminó consiguiendo el
segundo resultado positivo en la semana, que lo vuelve a posicionar bien en la
tabla (habrá que esperar algunos resultados), pero que juntos actúan como la
inyección anímica que les permite ganar confianza para enfrentar con fe a los
chilenos y a nuestros vecinos con una única consigna: GANAR!
Hasta pronto.
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